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Rosewood San Miguel de Allende: la nueva cara del bienestar

Entrenamiento funcional, experiencias en el campo, sesiones de introspección (y sí, muchos masajes) durante un fin de semana en un hotel al que siempre queremos volver.

POR: Mariana Castro

Hay veces en que los hoteles son sólo una escala durante un itinerario y otras en que existe mayor interés por aprovechar todo lo que ofrecen. También hay casos (los menos) en que un hotel es un destino en sí mismo y ofrece una experiencia de viaje redonda. En esta última categoría entra Rosewood San Miguel de Allende, donde en los últimos años se ha desarrollado una propuesta de bienestar integral que prueba que el wellness es mucho más que un gran masaje (aunque ojo, aquí no faltan los grandes masajes). Ésta es una propuesta para pausar la rutina un fin de semana y reconectarse con el cuerpo y la mente.

Día uno / Mañana

Entre las canchas de tenis, el gimnasio y las rutinas personalizadas, Rosewood San Miguel es ideal para aquellos cuyo concepto de bienestar está fuertemente ligado a mantenerse activos, aun en plena vacación. Sin embargo, para quienes buscan algo distinto y divertido para arrancar el día con movimiento, vale la pena ponerse el traje de baño y preguntar por la clase de Float Fit. Se trata de una sesión de entrenamiento funcional (burpees, sentadillas, abdominales, lagartijas) sobre una tabla que flota en la alberca. Tras varios minutos de sentirse el surfer menos agraciado del mundo, uno comienza a encontrar el punto de equilibrio y la clase se pasa volando. Advertencia, las caídas van a pasar sí o sí, por lo que mejor hay que relajarse y tomar cada clavado involuntario con filosofía (y muchas risas).

Tarde

Para reponer las calorías invertidas en la alberca, nada como una comida en el Restaurante 1826, donde el menú siempre está pensado para dejar que los ingredientes locales brillen. Si el clima lo permite, es mejor optar por las mesas ubicadas en el patio principal, uno de los espacios más lindos del hotel. Después hay que ponerse la bata y dirigirse a Sense, A Rosewood Spa, el cual ofrece tratamientos que van desde rituales para la piel hasta masajes enfocados en las distintas fases lunares. Uno de ellos es el Sinana, en el que se utiliza un péndulo y se colocan cuarzos en siete puntos de energía para alcanzar un equilibrio y un estado mental claro. Noventa minutos de disfrute inspirado en la luna llena.

Noche

No importa que sea la primera o la décima vez que uno visita San Miguel, hay una recomendación que siempre está fija: tomarse un trago en Luna Rooftop Tapas Bar. De la gran oferta de terrazas en este destino, la de Rosewood destaca por su menú de cocteles artesanales, tapas para compartir (hay que pedir los tacos de lechón) y una inmejorable vista hacia la parroquia de San Miguel Arcángel.

Día dos / Mañana

En los últimos meses ha quedado claro que el concepto de bienestar está presente en toda nuestra actividad diaria, incluido lo que llega a la mesa. Por ende, cuestionamientos como ¿de dónde viene este producto? y ¿cómo puedo contribuir a una dinámica de comercio justo? son cada vez más comunes y, por fortuna, hay proyectos que pueden servirnos como referencia para conocer más sobre el campo y darle el valor que merece. En San Miguel de Allende, uno de esos casos es Vía Orgánica, una combinación de rancho, escuela, tienda y restaurante que nace en 2009 con la misión de promover la agricultura sustentable y las economías locales.

En este lugar se respira aire fresco, buena vibra y un ambiente colaborativo y diverso. Sus puertas siempre están abiertas para todo el mundo, ya sea un grupo de productores en busca de un taller especializado, una familia que quiere saber cómo armar su propio huerto urbano o un grupo de huéspedes del Rosewood en busca de una experiencia campestre auténtica y llena de aprendizaje.

Tarde

Después de una buena caminata en Vía Orgánica, volvemos al hotel para ser parte de La Vibración del Amor, una experiencia de la serie Bienestar Introspectivo, la cual busca nutrir y fortalecer la mente y el espíritu de los huéspedes por medio de talleres con expertos en distintas áreas (desde inteligencia emocional hasta soundhealing). Más allá de la broma/cliché de “vibrar alto”, esta experiencia es una gran oportunidad para entender el papel de nuestras emociones en el día a día. Cerrar los ojos, meditar, dejar ir ciertos temas que nos causan malestar y retomar otros en los que no trabajamos muy seguido . Escucharse a sí mismo (y a los demás), compartir en un espacio seguro y darse un apapacho necesario al acabar la sesión. Bienestar en su estado más puro .

Noche

Cerramos el fin de semana de regreso en Sense, A Rosewood Spa (qué ganas de quedarse a vivir aquí), ahora para probar un tratamiento que forma parte de su oferta de remedios ancestrales: un exfoliante a base de mole, el cual hidrata la piel y elimina las células muertas, seguido de un masaje purificador. Al terminar, batita de regreso, té en mano y a relajarse en la comodidad de las suites o las residencias privadas. Room service, velas y a llenar la tina. Mejor cierre, imposible.

Fotos: cortesía Rosewood San Miguel de Allende.

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Rosewood San Miguel de Allende
Nemesio Diez 11, Zona Centro
T. 415 152 9700
rosewoodhotels.com

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