Tlalpujahua: el pueblo mexicano de la Navidad
En Tlalpujahua se ha creado una industria artesanal que fabrica esferas y adornos de Navidad, pero también un ambiente festivo todo el año.
POR: Iker Jáuregui
Con la Navidad a la vuelta de la esquina, el ambiente ya empieza a sentirse en diferentes partes del país. Sin embargo, hay un sitio en México donde la festividad sucede todo el año. Se trata de Tlalpujahua, un pueblo mágico en Michoacán, justo en la frontera con el Estado de México, que es conocido en el resto del centro del país como “el pueblo de la eterna Navidad”.
Al contrario de lo que podría pensarse, la razón de esta fama no es porque el clima recuerde al Polo Norte o por alguna leyenda popular, como suele pasar con otros pueblos en México que así se ganan sus apodos. Si no porque desde hace décadas los artesanos de Tlalpujahua se dedican a la producción de esferas y adornos navideños, que se ha convertido en el principal sustento del pueblo.
Un pueblo de origen minero
Cabe decir que no siempre fue así. Desde la época colonial y hasta finales del siglo XIX, Tlalpujahua fue uno de los principales centros mineros en la región. Su apogeo duró casi tres siglos, pero conforme las minas empezaron a agotarse y cerrar, la gente también se fue yendo del pueblo.
Como en muchos otros casos por todo el país, en la época moderna la población comenzó a migrar hacia ciudades más grandes, en busca de fuentes de empleo más certeras. Pero, en Tlalpujahua la migración también llevó cosas buenas y acabaría cambiando el rumbo del pueblo y su forma de vivir.
Las famosas esferas de Tlalpujahua
Fue a mediados de los 60, cuando Joaquín Muñoz Orta y María Elena Ruiz Villagrán regresaron a México después de haber vivido en Estados Unidos. En sus años fuera del país habían trabajado con adornos navideños y decidieron probar suerte con el mismo oficio en Tlalpujahua, solo que aplicando técnicas artesanales típicas de México, como el vidrio soplado.
El negocio fue un éxito y se extendió por Tlalpujahua para, décadas después, crear una pequeña industria de más de 400 talleres, con una derrama económica anual de aproximadamente 180 millones de pesos.
Pasar la “Navidad eterna” en Tlalpujahua
Además de la venta de esferas y otros adornos, Tlalpujahua también recibe a turistas que quieren vivir la “Navidad eterna” que promete el pueblo mágico. Muchas de las fábricas de adornos se han hecho prácticamente parques temáticos, adornados y en funcionamiento durante todo el año, para los viajeros que visitan el pueblo a menos de tres horas en coche desde la Ciudad de México.
Los habitantes de Tlalpujahua se han tomado en serio su slogan y han creado diferentes villas navideñas, para sentirse en la época festiva sin importar la fecha. Para quien busca otra cosa, el pasado minero del pueblo también se despliega en iglesias, las calles del centro, algunas ruinas de importancia histórica como la Torre del Carmen, o en sus minas clausuradas, como la Dos Estrellas.
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