En 1990 comenzó la renovación del templo católico más grande de todo México, el que ocupa el lugar 14 entre los 15 templos más grandes del mundo y el que, gracias a su arquitectura neogótica, resalta en una ciudad rodeada de obras barrocas: el Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe.
La historia
Ubicado en la calle 5 de Mayo del centro de Zamora de Hidalgo, Michoacán, comenzó a construirse en 1862 bajo la guía del arquitecto Jesús Hernández Segura, aunque debido a la Revolución Mexicana, la construcción quedó paralizada en 1914. Desde entonces y hasta 1990, cuando se retomó la edificación, se le conoció como el Santuario Diocesano inconcluso.
La iniciativa para terminar la obra vino de parte de monseñor José Esaúl Robles, octavo obispo de Zamora, quien solicitó al Gobierno del Estado que la obra fuera rescatada en marzo de 1988. Sin esperar a saber de dónde obtendría los fondos para ese rescate, anunció a los vecinos de Zamora que ésta ya sería retomada, y que como símbolo de agradecimiento hacia las autoridades y hacia el pueblo mexicano, decidió dedicar el santuario a la Virgen de Guadalupe.
La remodelación
Con más de cinco mil metros cuadrados, terminar la construcción del Santuario Diocesano no era tarea sencilla, pero en 1989 el despacho del arquitecto Manuel Guzmán presentó los planos para concluir la construcción que, tiempo después, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) aprobaría con algunas restricciones: el material utilizado debería ser cantera y el diseño original de la fachada se tenía que seguir al pie de la letra.
El resultado: una superficie de más de 20 mil metros cuadrados, torres que alcanzan los 90 metros de altura, una construcción de 75 metros de ancho y 95 metros de fondo con una nave principal de 34 metros de altura que terminó por convertirse en el templo católico neogótico más grande de México.
En 1995, el arquitecto Manuel Guzmán dejó de hacerse cargo de la supervisión de la obra, pero el Dr. Carlos Chanfón (especialista en arquitectura gótica) tomó las riendas del proyecto cuando el Obispo Carlos Suárez asumió el patronato de la Diócesis de Zamora.
Para los vitrales interiores se encargó la tarea a Fray Gerardo López, religioso carmelita, especialista en la materia y quien vino recomendado por la UNAM, mientras que las esculturas de bronce de 2.5 metros de altura le fueron comisionadas al escultor Carlos Espino, Miembro de Número del Instituto Mexicano de Cultura y quien ha exhibido 150 de sus obras en la Universidad La Salle.
Tras 19 años de reparaciones, obras, restauraciones y reconstrucción, el Santuario Diocesano de Nuestra de Guadalupe en Zamora Michoacán abrió sus puertas al público un 12 de diciembre de 2008.
El santuario abre sus puertas de lunes a domingo con la primera misa del día a las 7:30 AM, mientras que las oficinas de la misma abren únicamente de lunes a viernes a partir de las 10 hrs. Para llegar al templo desde Morelia son poco más de dos horas en por la carretera.
