Como cada año, la mejor temporada para visitar las cascadas de Michoacán es de septiembre a noviembre cuando el lago de Pátzcuaro-Cuitzeo y el río Grande (entre otros) que alimentan a estas cataratas presentan un mayor caudal.
Tuxpan
A sólo cinco kilómetros del centro de Tuxpan está el Salto del Moro, una cascada con una caída de más de 30 metros de altura y una poza de agua azul.
Para llegar a ella es necesario bajar por un camino de 100 escalones que los habitantes de Tuxpan adaptaron de modo que los visitantes pudieran llegar a la cascada aunque, por su ubicación, el trayecto puede resultar complicado, por lo que conviene llevar calzados de senderismo.
Esta no es una cascada ideal para nadar, pese a lo tentadoras que resultan sus aguas cristalinas, ya que el suelo está repleto de piedras; sin embargo, es posible sentir la brisa del agua en el rostro desde una isleta de arena que está a unos cuantos metros de la caída; eso sí, para llegar a ella tienes que hacer algunos saltos entre rocas.
Cerca de la cascada hay unas mesas donde está permitido hacer un día de campo, lo mejor es llevar tu propia comida y agua, mucha agua. Aunque siempre puedes volver al centro de Tuxpan y comer bocoles, gorditas de maíz rellenas de chicharrón o frijoles y tamales piques.
El Salto del Moro es alimentado por el río Taximaroa que lleva el agua de Angangueo y Ocampo, regiones cercanas a Tuxpan.
Los Reyes
Después de recorrer 20 minutos en auto desde el centro de Los Reyes llegas a la cascada Chorros del Varal, conocida porque luego de la temporada de lluvias en junio, se forman siete caídas de agua de 70 metros de altura y 100 metros de ancho.
Chorros del Varal está enclavada en medio de las montañas, es alimentada por un río subterráneo y para llegar a ella es necesario bajar más de 800 escalones de piedra construidos por los habitantes del municipio. Como es probable que estén resbalosos por la humedad, es mejor llevar puestos los shark shoes desde el inicio de la bajada.
En esta cascada tampoco se puede nadar: en su desembocadura la corriente es tan fuerte que puede arrastrar a cualquier persona hacia el río subterráneo, pero no es poca cosa apreciar su potencia desde fuera del agua..
Desde 2007 Chorros del Varal es un Área Natural Protegida por ser un espacio con una gran biodiversidad. Durante tu descenso podrás avistar guacamayas, tlacuaches norteños, escarabajos y algunas plantas como el jazmín blanco y la botanera de Caracas.
Villa Madero
En el corazón de un bosque de eucaliptos y pinos está la cascada el Tejocote, a tan sólo 17 kilómetros del centro de Villa Madero.
Aquí verás árboles de mango, aguacate y zapote, y es posible que te cruces con iguanas, comadrejas y gatos montés.
La forma más sencilla de llegar es siguiendo los señalamientos de la carretera de Atécuaro, pero ojo, cuando el camino pavimentado termina empieza el de terracería. A 30 minutos de ésta, comienza la caminata dentro del bosque, por lo que no es posible entrar con el auto. A unos cuantos pasos más encontrarás la caída de 30 metros de la cascada alimentada por el río Villa Madero.
Mientras más cerca estés de la cascada, más húmedo -y resbaloso- estará el suelo, es recomendable llevar zapatos especiales para senderismo.
A las cascadas puedes aventurarte e ir por tu cuenta, pero también puedes contratar a Tour Operadoras: Ecoturismo Morelia, ellos ofrecen tours con guías expertos en ecoturismo.
