Las misteriosas Piedras Bola de Ahualulco en Jalisco
Entre pinos e historias de gigantes esta zona natural protegida se convirtió en el misterioso atractivo geológico de Jalisco.
POR: Pamela Herrera
Conocido por ser el lugar con las piedras esféricas naturales más grandes del mundo, el Cerro de Piedras Bola -o Cerro del Águila- se convirtió en una zona de exploración para viajeros, senderistas e investigadores de todo el mundo.
Esta área verde protegida se localiza en el municipio de Ahualulco de Mercado en Jalisco, a una hora y media en auto del centro de Guadalajara.
Un camino por el bosque
En la entrada del municipio de Ahualulco hay una piedra gigante que indica el comienzo del recorrido. La recomendación es llevar un vehículo todo terreno, ya que después de una vía pavimentada, encontrarás un sendero de terracería bastante rústico.
Un letrero de madera sobre la carretera indica la ruta hacia el Cerro del Águila, unas escaleras a un costado te guían para que te adentres en los seis kilómetros de bosque espinoso, pero si lo prefieres, puedes seguir con el auto hasta llegar al final del camino.
Mientras avanzas hacia el Cerro Piedras Bola, vas a tropezar con lo que queda de lo que una vez fue el Parque Ecológico de Piedras Bola. Una tirolesa abandonada con cables oxidados rodeada de encinos y robles, un puente colgante deteriorado cubierto por los árboles, baños sin puertas y una construcción de lo que fue una casa de los guardabosques. En este punto, el misterio y el paisaje de película se mezclan con el ambiente para alimentar hasta la imaginación más austera.
Cruza el puente y sigue el camino marcado. Verás en otro letrero de madera recargado sobre un árbol la dirección que debes tomar para encontrar las piedras gigantes.
Si sigues por los puentes, aunque a lo lejos, podrás observar un auditorio al aire libre con dos piedras bola a cada lado y una más al frente, como parte de los restos del proyecto del parque ecoturístico que comenzó en 2005 y que para 2009 ya estaba abierto al público, pero en 2013 por falta de recursos por parte del estado este sitio ya se encontraba abandonado.
Durante la caminata puedes escuchar los sonidos de algunas aves como el aguililla de cola roja y el cabezón mexicano y observar los pinos y ocotes del bosque mixto de Quercus (o bosque de encinos).
Al llegar a la cima del Cerro de Piedras Bola encontrarás estas formaciones geológicas únicas en su tipo. El investigador Robert L. Smith en 1968 descartó que las Piedras Bola fueran una creación humana y, de acuerdo con sus estudios, son el resultado de una erupción del volcán de Tequila -localizado a unos 30 km del lugar-, combinada con el enfriamiento por capas, la cristalización de la lava y el equilibrio de la fuerza de la materia con la tierra de la región. También, aseguró que se formaron hace más de 40 millones de años, durante el desarrollo de los hombres anatómicamente modernos.
Por otro lado, Roberto Maciel Flores, investigador de la Universidad de Guadalajara aseguró que se ha intentado encontrar una explicación a algo que es inexplicable. Señalando que otras teorías intentan explicar que la forma casi perfecta de las esferas se debe a que la lava caliente rodó por tantos kilómetros al salir del volcán que al asentarse en el cerro ya tenía esta forma.
Aunque en otras regiones del mundo, como Nueva Zelanda con sus rocas Moeraki, este fenómeno se repite debido a la exposición que han tenido a la erosión desde hace millones de años; las esferas de Jalisco son las más grandes registradas hasta ahora con un diámetro que va desde uno hasta los casi cuatro metros.
Otro sendero te guía hacia Las Torrecillas, área donde se encuentran las piedras bola con mayor diámetro de las que sobresale una en particular: ubicada en la punta de una formación de piedra erosionada, esta piedra bola parece esperar el momento adecuado para caer y rodar por la montaña. El paso del tiempo, el aire y el agua se hacen notar en la base de ésta, la forma de las columnas pegadas y compuestas por jal, tierra y espuma volcánica se convirtieron en uno de los mayores atractivos geológicos del área.
Sigue tu camino hacia el mirador, allí encontrarás muchas más piedras bola que están enterradas, descubiertas a la mitad e incluso, algunas de cuya existencia te darás cuenta porque apenas sobresalen de la superficie de la tierra.
Un juego de gigantes
Antes de que el investigador estadounidense determinara el origen de Piedras Bola, las hipótesis no faltaban. Algunos pobladores aseguraban que éstas fueron talladas por poblaciones indígenas, para mencionar una de las tantas ideas que inspiraron.
Una de las leyendas más populares entre los pobladores, relata que estás piedras son las canicas con las que jugaban los gigantes que habitaban en la ruta de Guachimontón hace cientos de años. Ellos, a quienes se los concebía con una altura de entre nueve y 15 metros, se divertían con sus juguetes de piedra.
Aún hoy día rondan teorías de fenómenos sobrenaturales asociados a las piedras, ya que se cree que entre los materiales que las componen -basalto y arenisca- se crea un campo magnético de energía que hace más difícil el ascenso a la cima.
¿Cuándo ir?
La recomendación es visitar este sitio entre octubre y febrero, cuando las temperaturas son cálidas sin resultar agobiantes(oscilan entre los 25 y 27ºC). De julio a septiembre es temporada de lluvia y el camino puede llegar a ser un poco más complicado, aunque ofrece el espectáculo visual del cerro bañado por la tonalidad verde más brillante que te puedas imaginar.
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