Extrañaremos la vieja carretera de Oaxaca a Puerto Escondido
Con la nueva carretera de Oaxaca a Puerto Escondido será posible viajar entre los dos destinos en menos de dos horas, pero no será igual que antes.
POR: Iker Jáuregui
Después de más de diez años de planes y trabajos de construcción, por fin podremos viajar de Oaxaca a Puerto Escondido en menos de dos horas, a través de la nueva carretera Barranca Larga-Ventanilla. Eso significa que ya no será necesario recorrer el largo camino a través de las sierras oaxaqueñas que, aunque puede resultar lento y difícil para muchos viajeros, en realidad es un roadtrip inigualable.
Hasta ahora, la única manera de llegar en coche desde la Ciudad de Oaxaca a Puerto Escondido era por la carretera de curvas que se formaban entre la sierra. Sin paradas, el viaje puede llegar a tomar hasta seis horas, eso si no te toca detrás de un camión, imposible de rebasar por la poca visibilidad del carril contrario. Sin embargo, lo ideal es ir parando por la ruta y conocer todo lo que el trayecto ofrece a sus viajeros.
Aunque hay varios caminos, sin mucha variación de distancia o tiempo entre ellos, puede que la mejor opción sea recorrer la carretera a Miahuatlán. Saliendo de la Ciudad de Oaxaca, lo primero con lo que te encontrarás será Ocotlán, hogar del pintor surrealista Rodolfo Morales, donde, además de poder conocer su obra, podrás visitar el (otro) Templo de Santo Domingo, un convento dominico del siglo XVI.
Conforme avanza la carretera, hacia el sur, los rastros de historia y arte barroco del centro de Oaxaca irán quedando atrás y la naturaleza tomará protagonismo. El panorama se llena de verde y, de hecho, hay tramos donde los árboles y la maleza se atraviesan en el camino. Mientras subes por la sierra, lo siguiente en la lista es parar en San José del Pacífico y quedarse ahí al menos un par de noches.
Bautizado como la capital de la psicodelia en México, San José es mucho más que solo un lugar en donde puedes encontrar hongos alucinógenos. Toda la subida y todas las curvas desde la Ciudad de Oaxaca, tienen su recompensa con las vistas en lo más alto de la sierra. Los miradores de San José del Pacífico incluso llegan a estar por encima de las nubes y hay muchísimos trails de entre los que se puede escoger para disfrutar mejor del panorama.
Después de unos días arriba de las montañas, de vuelta en la carretera el clima empieza a cambiar drásticamente con cada kilómetro recorrido. El frío y la neblina van quedando atrás para crear una antesala de lo que será el calor y la humedad en el destino final. Pero, justo antes de llegar a la costa oaxaqueña hay otra oportunidad para detenerse.
A poco más de dos horas al sur de San José del Pacífico, al costado de la misma carretera que acabará llevándote a la costa, se encuentra el pueblo de Pluma Hidalgo, donde se forma la Cascada Arcoíris. Sobre todo en temporada de lluvias, cuando sus pozas brillan con un intenso azul turquesa, la cascada se convierte en una parada obligatoria para nadar.
Tras esta última desviación, la costa oaxaqueña comienza a verse en el horizonte, para rematar lo que es un viaje largo pero que vale toda la pena. Sí, con la nueva carretera podremos conocer fácilmente las dos facetas de Oaxaca – tanto la cultura y la historia de su capital, como el encanto natural de sus costas – incluso en un mismo fin de semana. Pero hay veces en que no todo se trata de llegar a tiempo.
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