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Tres (nuevos) hoteles para el regreso

Con diferentes ubicaciones y personalidades, estas propiedades abrieron sus puertas hace poco y, en definitiva, los tenemos en el radar

POR: Mariana Castro

Zadún, a Ritz-Carlton Reserve. Foto: cortesía.

En las últimas semanas, las casas se han convertido en espacios multifuncionales
 y prácticos, donde el restaurante, la oficina y el (intento de) gimnasio están a pocos pasos de distancia. Sin embargo, 
si mágicamente nos hubieran dado un pase libre para elegir dónde pasaríamos la contingencia, cualquiera de estos hoteles aparecería en la lista de peticiones. Con diferentes ubicaciones y personalidades, estas propiedades abrieron sus puertas hace poco y, en definitiva, los tenemos en el radar para nuestros próximos viajes.

Zadún, a Ritz-Carlton Reserve

LOS CABOS

Sólo hay cuatro propiedades Ritz-Carlton Reserve en el mundo y una de ellas se encuentra en Puerto Los Cabos. Con una arquitectura que se amolda al paisaje y una distribución a lo largo de dunas, Zadún está pensado para que el entorno sea
el protagonista y los huéspedes puedan conservar la privacidad en todo momento.

Zadún también es un hotel en el que perfectamente puedes pasar gran parte del día en la habitación. Espaciosas, elegantes, con mucha luz y un baño que todos quisiéramos replicar en casa, las habitaciones comparten la paleta neutra del hotel y reciben un toque de color con algunas piezas artesanales; por ejemplo, los textiles que vienen de Oaxaca. Todas tienen vista al mar y la mayoría cuenta con terraza y una pequeña alberca privada, espacios perfectos para disfrutar los atardeceres del Pacífico, que nunca fallan.

A pesar de lo tentador que es quedarse en cama, hay que hacer un esfuerzo y mover el plan de relajación a Alkemia, el spa del hotel, que además de los clásicos masajes y tratamientos tiene opciones más alternativas, como el cuarto para terapia de sonido. Para los que buscan un poco más de aventura, Zadún ofrece varias excursiones que forman parte del programa Ambassadors of the Environment, desarrollado por el oceanógrafo Jean-Michel Cousteau, que busca educar a los viajeros sobre temas de preservación y exploración de los mares alrededor del mundo.

En Zadún todo está puesto para disfrutar sin complicaciones. Foto: cortesía Zadún.

Si se trata de gastronomía, en Zadún se come mucho, y muy bien, en cualquiera de sus tres restaurantes. Primero está El Barrio, con un concepto mexicano que es particularmente exitoso a la hora del desayuno (mención honorífica a sus torrejas de pan de maíz). Luego está X, a un costado de la alberca principal, que ofrece un menú enfocado en los mariscos frescos; el chef es peruano, así que los ceviches son garantía. Finalmente, Humo, que sólo abre a la hora de la cena y, como su nombre lo indica, se especializa en creaciones a la parrilla. En Zadún todo está puesto para disfrutar sin complicaciones, pero, en caso de tener alguna petición, a cada huésped se le asigna un tosoani, un asistente siempre dispuesto a hacer la experiencia de viaje más placentera.

Este hotel se amolda a las características del paisaje; de un lado está el desierto, del otro, el mar de Cortés.

Un espacio: el bar Candil se alza en la parte más alta del hotel y mira hacia el mar de Cortés (por ello es muy popular al atardecer). Aquí, el mixólogo Héctor Ramírez se ha encargado de armar una muy buena selección que gira en torno al agave. Hay tequilas y mezcales, pero también sotol, raicilla, bacanora y otras botellas misteriosas que Héctor ha adquirido en sus viajes por México. Para los que no se animan con los destilados derechos, están los infalibles cocteles clásicos y algunos más artesanales.

Escondido Oaxaca

OAXACA

Después de mucho pedirlo, Grupo Habita finalmente llegó a la ciudad de Oaxaca a finales del año pasado. Con la intervención de Taller de Arquitectura X (tax), despacho liderado por Alberto Kalach, una antigua casona del siglo xviiise transformó en Escondido Oaxaca —ojo, no confundir
con Hotel Escondido, otro de nuestros favoritos, pero en la costa oaxaqueña—,
un hotel que combina lo artesanal con lo contemporáneo en cada rincón.

Foto: cortesía Escondido / Sergio López.

A pocas cuadras de algunas de las principales atracciones de la ciudad —como el andador turístico Macedonio Alcalá, el Centro Fotográfico Álvarez Bravo y la Plaza de la Danza—, Escondido Oaxaca presume un diseño interior impecable y discreto, tanto en sus 12 habitaciones como en
sus áreas comunes que, fieles al estilo
de Grupo Habita, son tan fotogénicas como agradables, en especial el Culture Room, pensado como espacio de lectura
y trabajo. Por su parte, el restaurante ofrece desayunos mexicanos (con muy buenas salsas) y un menú italiano para el resto del día.

Escondido Oaxaca, de Grupo Habita, combina lo artesanal con lo contemporáneo en cada rincón.

Un espacio: en el último piso del hotel hay un combo de bar, alberca y solárium que se presta para disfrutar el calor oaxaqueño con mezcal en mano.

Casa Hoyos

SAN MIGUEL DE ALLENDE

No es ningún secreto que San Miguel es hogar de algunos de los mejores hoteles de todo
el país. Ahora, a esa gran oferta de nombres conocidos se une Casa Hoyos, que abrió
sus puertas este año como una bocanada de aire fresco. A principios del siglo xx, la familia Hoyos adquirió una casona en el centro de la ciudad, que originalmente
se pensó como casa de cambio, después como tienda de semillas y hoy se ha convertido en un hotel boutique con sólo 16 habitaciones.

Al ser un inmueble protegido por el INAH, la propiedad fue cuidadosamente renovada y conservó los rasgos coloniales de su arquitectura, a la cual se le sumaron elementos artesanales de la región, como la loseta de pasta y las baldosas de barro. Con la misión de establecer un diálogo entre tradición y vanguardia, A-G Studio se encargó de los interiores y llenó de vida los espacios con un juego de geometría, colores y texturas. Las habitaciones,
por ejemplo, cuentan con piezas de diseñadores mexicanos contemporáneos, como Melissa Ávila, Paloma Layseca, Andrea Flores y Lucía Soto.

A-G Studio estuvo a cargo de la arquitectura interior de Casa Hoyos. Foto: cortesía Casa Hoyos / Diego Padilla.

El espacio: San Miguel tiene una buena oferta de terrazas y la de Casa Hoyos no decepciona gracias a BEKEB, un bar con mixología artesanal y creativa —sus tragos toman como base diferentes agaves, flores y raíces del país— a cargo de Fabiola Padilla, quien después de estar en el restaurante Cosme, en Nueva York, regresa a México con este proyecto.

 
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