Con 67 Parques Nacionales, México cuenta con suficientes rutas para practicar senderismo durante años sin repetirte, pero la del Cañón de Fernández en Lerdo es especial y por varias razones.
Situado al noreste del estado de Durango, entre los municipios de Lerdo y Cuencamé, el Cañón de Fernández fue declarado Parque Estatal en 2004. Se trata de 17 mil hectáreas de área protegida, donde sobrevive el último tramo del río Nazas. Allí, además, está una de las mejores rutas de hiking para recorrer en otoño. ¿La razón? El clima, por supuesto, aunque no es la única.
Hiking en otoño
Los álamos, los sabinos y los ahuehuetes son los encargados de acompañarte durante el recorrido que abarca 14 km. Los colores de las hojas y los troncos gruesos, que delatan los 800 años de vida de estos árboles, son un verdadero privilegio para los amantes de la naturaleza. Y es que además la vegetación del cañón se alimenta de la única parte viva del río Nazas.
Si bien durante el verano la ruta también es recorrida por los senderistas, en el otoño la vegetación y el clima se alían para ofrecerte una experiencia más amigable: en octubre los días no superan los 24 ºC y las lluvias son escasas, condiciones que lo hacen ideal para acampar allí mismo.
Avistamiento de especies
Otra de las razones para viajar en esa temporada es la biodiversidad que puedes observar, pues en el Cañón conviven 581 especies animales, de las cuales 25 son endémicas y, por la ubicación del río Nazas en medio del desierto, unas 27 son de peces, entre los más populares están los Catostomidae, mejor conocidos como matalotes, así como el Notropis nazas o carpita de Nazas.
Para quienes se animan a llevar el recorrido más allá y hacer alpinismo, no será raro encontrarse con algunas especies como las aguilillas pescadoras o de cola roja que sobrevuelan el lugar. Si practicas kayak (necesitas llevar tu propio equipo) en lo que queda del río, podrás ver garzas grises y blancas.
De ruta
Para hacer la experiencia puedes partir desde Torreón, tomando la carretera de Gómez Palacio. De allí sigues por la libre con dirección a Lerdo hasta alcanzar un tramo de terracería que te lleva hasta la entrada del parque, donde puedes estacionar el auto y empezar a caminar.
A un lado del río Nazas sólo debes seguir el camino que ya está marcado por el paso de otros senderistas. ¿La buena noticia? Debido a que es -en su mayoría- un terreno plano, es ideal para aquellos senderistas novatos.
