11 destinos bajo la tonalidad del azul

Lo que une a estos destinos es su combinación perfecta de escenografía y hospitalidad.

13 Apr 2022
11 destinos bajo la tonalidad del azul

Foto: Diego Berruecos

1. La Mamounia – Ana Hop

Foto: Ana Hop

Comenzó como un jardín real en el siglo XVIII y hoy es uno de los hoteles más exquisitos y emblemáticos de Marruecos. Su nombre le hace honor al príncipe Maumon, quien lo recibiera como regalo de bodas por su padre, el sultán Mohammed III. Un siglo más tarde se construyó la edificación que hoy se cuenta entre las más hermosas de la hospitalidad marroquí, pese a que vivió múltiples modificaciones a lo largo de los años. Quienes pasan unas noches en su interior pueden revivir el lujo al estilo del antiguo mundo musulmán, entre jardines, arcos, psicinas y hammams. Y cuando las horas suaves han hecho efecto y renovado las energías, los visitantes visitan la medina para tomar el té, caminar en los mercados y visitar, quizá, la grandiosa Kutubía, la mezquita más grande de la ciudad. En La Mamounia los tonos azules provienen de un juego de claroscuros cuidadosamente diseñado por el arquitecto e interiorista francés Jacques García.

2. St. Barths- Diego Berruecos

Una isla volcánica en pleno Caribe con cultura francesa y un pasado colonial sueco (por extraño que suene), Saint Barths es un refugio único para unos días de serenidad y placer. En la isla viven menos de 10,000 personas y en el año reciben unos 200,000 visitantes: las matemáticas indican que este paraíso promete exclusividad. Para gozarlo basta elegir un hotel como Le Sereno o Le Barthelemy, visitar la Baie de St. Jean, donde se encuentran algunos de los mejores bistrós, ir de shopping a Gustave, la capital, o practicar windsurf y kayak en las aguas serenas y cálidas de Anse de Grand Cul de Sac.

Fotos: Diego Berruecos

3. Vancouver- Diego Berruecos

Dependiendo de la época del año, esta ciudad cambia su fisionomía, y sin duda es en otoño cuando se convierte en un destino perfecto de luna de miel. En esa temporada las 1,500 especies de árboles nativos crean una paleta de tonos ocres y amarillos jamás vista; la ciudad se llena de flores y los parques y jardines, como el VanDusen Botanical Garden y el Stanley Park, ameritan un circuito de caminata por sí mismos. La hospitalidad en la ciudad tiene decenas de opciones preciosas, como el Fairmont −que data de 1939− y el clásico Wedgewood Hotel & Spa, ubicado a pocas calles de Robson Street, el distrito de shopping por excelencia. 

4. Ruta de los Faros, Galicia- Diego Berruecos

Localizada en el noroeste de España, en la provincia gallega de A Coruña, la Costa da Morte propone algunas de las vistas al mar Atlántico, en una de las áreas más biodiversas y mejor conservadas del litoral de Galicia. Esta región, que constituye el límite occidental de Europa, propone un recorrido entre acantilados, playas desiertas y ensenadas que va desde Malpica hasta Finisterre y que tiene por hilo conductor 44 faros (que datan desde el siglo xix). Un destino perfecto para un roadtrip de unos mil kilómetros y con panorámicas inigualables, como las de Puerto de Vigo y las islas Cíes. 

5. Amazonia peruana- Ramiro Chaves

Un recorrido que propone una combinación de aventura y rélax profundo es el de un crucero por la impetuosa y poco explorada selva amazónica de Perú. Desde recorridos en grupos pequeños de varios días y bajo la guía experta de naturalistas (en embarcaciones que emulan los viajes del siglo XIX), hasta una estadía en un lodge exclusivo como Inkaterra Reserva Amazónica, un hotel ecológico frente al río Madre de Dios, en el que habitan unas 540 especies de aves y que ofrece servicios de spa donde se combinan tratamientos clásicos con ingredientes exóticos del Amazonas.

Fotos: Ramiro Chaves

6. San Carlos, Sonora- Ramiro Chaves

En línea recta por la carretera federal 15 desde Hermosillo se llega a esta costa que posee un mirador con una de las vistas oceánicas más espectaculares del planeta y un cerro mítico, el Tetakawi. Rodeadas de cactus y mezquites, en un paisaje desértico y poco visitado por los turistas, las playas de San Carlos son un lujo para quienes buscan total privacidad, el encanto de lo inexplorado, la posibilidad latente de una aventura fuera de los circuitos clásicos de luna de miel. El mar de Cortés se ofrece a la vista desde los bares y marisquerías, como The Hang Out y el Sunset. Un pueblo sin tiempo para rentar una villa y perderse en paz. 

7. Ayutla, Sierra Gorda, Querétaro- Ritta Trejo

Las aguas frías y azules del río Ayutla, en la Sierra Gorda de Querétaro, se encuentran en un punto con las del río Santa María y el choque entre la calidez y los sustratos de esta última con la naturaleza de las primeras produce un efecto tonal esmeralda y turquesa. Este pequeño territorio, que forma parte de la región de Concá, posee una cualidad de belleza simple, pura, que se explora mejor en coche o bicicleta. Para hospedarse hay opciones que van desde rentas temporales hasta una estadía en el tradicional Misión. El destino es perfecto para reconectar con la naturaleza. 

Foto: Ritta Trejo

8. Alrededores de Balandra- Javier Azuara 

Ésta es, sin dudas, una de las playas más bonitas de México y posee la cualidad de encontrarse muy cerca de La Paz, en Baja California Sur, un destino en el que la gastronomía de la Baja se combina perfectamente con una vida nocturna movida, galerías de arte y espacios culturales, y la posibilidad siempre apreciada de navegar y explorar el mar de Cortés desde adentro. A Balandra puedes arribar en velero, pasar el día completo, seguir tu recorrido hasta la marina de La Paz y luego disfrutar una cena en Oliva al Mare y descansar en el Baja Club Hotel, una de las propiedades más exquisitas en las que la arquitectura original de una vieja construcción de la ciudad ha sido intervenida con elementos del estilo náutico francés para crear una experiencia de hospitalidad única. 

Foto: Javier Azuara

9. Cuatro Ciénegas- Ritta Trejo

Pueblo Mágico a una hora de Monclova, Coahuila, podrías sentirte en una historia del Viejo Oeste al estilo mexicano: las tradiciones aquí se respetan como antaño y entre viejas cantinas, restaurantes modernos (como El 40) y pequeñas tiendas pasas de pronto a estar en uno de los espacios geográficos que mejor conservan algunas de las formas de vida prehistóricas del planeta, así como una vegetación silvestre y una fauna autóctonas de unas mil especies diferentes. La Poza Azul, con sus aguas cristalinas, invita a hacer recorridos en kayak y a nadar, mientras que las dunas de yeso asombran con su misterioso arte producido por la naturaleza. 

Fotos: Camilo Christen

10. Hotel Punta Caliza, Holbox- Ramiro Chaves

Un hotel puede ser un destino en sí, sobre todo cuando ha sido diseñado para contener el sitio que a su vez lo contiene o emularlo. Este proyecto fue concebido para resolver un espacio de hospitalidad en un sitio aislado del mar (pese a hallarse cerca de una de las playas más hermosas de México) y del mangle protegido de la zona. La solución fue construir palapas de cedro aisladas entre sí por espejos de agua turquesa, rescatando por un lado la concepción de la construcción maya (perfecta para el clima caribeño) y el paisaje acuático de Holbox. Pensado para una experiencia privada y serena, se encuentra en Paseo Kuka (T. 998 316 8140).

11. Van Dyke, Islas Vírgenes Británicas- Diego Berruecos

La más pequeña de las Islas Vírgenes Británicas tiene un origen colonial misterioso, apenas reconocible en el nombre con el que fue bautizada y los restos de un fuerte establecido en el siglo XVII. Sin embargo, la fama de esta tierra de origen volcánico está más asociada a la navegación en velero y a la privacidad de sus playas que a la historia. Nadar en piscinas naturales que burbujean entre rocas enraizadas en el mar, en Virgin Gorda, gozar el ambiente bohemio de sus playas y descansar en un paraíso terrenal como el Ritz-Carlton St. Thomas

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