Ensamble Artesano: hacer frente a la crisis con artesanía

Durante más de 25 años, Fundación Haciendas del Mundo Maya (FHMM) ha trabajado con comunidades de la península de Yucatán, fomentando el desarrollo sustentable en la región del sureste. Cuando el grupo empresarial del que es socia, empezó a restaurar haciendas, se dio cuenta que la hacienda no empieza en la propiedad sino que incluye a la comunidad y ahi se volcó a trabajar en el desarrollo de esas comunidades formando FHMM. Lo que comenzó como un grupo empresarial dedicado a rescatar y restaurar antiguas haciendas henequeneras, creando un nuevo tipo de hospedaje y destino turístico, dio un giro cuando Marilú Hernández, socia del grupo y presidenta de la FHMM, se dio cuenta que más allá de las propiedades históricas, había una comunidad que atender. Ahí fue cuando dio un vuelco al trabajo comunitario para elevar la calidad de vida de las comunidades mayas de la zona y se creó la Fundación. Frente a la contingencia por el coronavirus y los efectos socioeconómicos adversos de la pandemia para las poblaciones rurales de Yucatán y otras partes del país —en particular el sector artesanal—, Marilú Hernández, nos cuenta sobre su nueva y ambiciosa iniciativa de apoyo en todo el país, Ensamble Artesano.

Artesanía vs. coronavirus

Háblanos de la iniciativa Ensamble Artesano, ¿cómo surge la idea de apoyar a artesanos frente a la crisis por el COVID-19?

Ensamble es una plataforma que incluye a 42 fundaciones nacionales, con la que buscamos trabajar de manera coordinada frente al reto tan enorme que representa el coronavirus para México. En esa plataforma nos organizamos por grupos; uno muy grande se formó en torno a poblaciones vulnerables. Dentro de ese grupo, nos dimos cuenta de que no había nadie cubriendo el sector artesanal. Nosotros, por medio de Fundación Haciendas del Mundo Maya, llevamos trabajando con artesanos más de 25 años, entonces conocemos muy bien el sector en Yucatán, aunque no tanto a escala nacional.

Al ver la pérdida de empleos formales en todos los niveles socioeconómicos, sobre todo acentuada en comunidades y poblados rurales, decidimos enfocarnos en ello. Para muchas familias que se dedican a la artesanía, todos los miembros participan en la misma actividad o complementan su ingreso mediante actividades relacionadas con turismo o construcción, otras industrias muy afectadas. De hecho, muchos artesanos habían preparado su producción para la venta en Semana Santa, que no pudo salir.

¿Qué otras iniciativas participan en el proyecto?

Nos sentamos a pensar en cómo podíamos ayudar con esta situación crítica desde la fundación, con otras organizaciones cercanas que también trabajan con artesanos. Encontramos muy buenos socios, por ejemplo Ana Holschneider, de Caralarga, y Andrea Césarman, de Design Week México —quien se sumó junto con sus socios Emilio Cabrero, Jaime Hernández y Marco Coello, así como con el equipo de México Territorio Creativo— y su proyecto de trabajo con artesanos, Visión y Tradición. Enfocándonos en las fortalezas de cada quien, empezamos a diseñar el proyecto Ensamble Artesano. Finalmente hemos contado con el apoyo de empresas, como Estafeta, que será un socio muy importante en ayudar al proyecto con los envíos y entregas de productos.

Desarrollo artesanal

¿Cómo funciona Ensamble Artesano?

Es un apoyo de 3,000 pesos mensuales para cada artesano, durante tres meses. Del total, no pueden gastar más de 30 por ciento en insumos, para que les quede un ingreso mínimo al mes de 2,200 pesos. Los donativos van directo a los artesanos para ayudar a su producción, pero en realidad el apoyo es doble. La producción la ponemos a la venta en una plataforma digital, como Colección Ensamble. Una vez que se venden los productos, se ingresa de nuevo la misma cantidad de dinero que se invirtió en el primer momento. Estamos armando una currícula, junto con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y Educación Financiera de Citibanamex, para  ofrecer capacitación y recapitalizarlos. Así podrán afrontar mejor estos momentos tan difíciles. Los ayudaremos a constituirse como empresa artesanal y a que se capitalicen.

Además del donativo, tenemos abierta una modalidad de compra anticipada en la plataforma. Ahí puedes entrar y comprar un vale para que, en el momento en que esté lista la colección —que calculamos será en octubre—, puedas escoger los productos (de edición limitada) que quieras antes de que salgan a la venta al público. Los precios serán muy accesibles, ya que todas las ganancias van de vuelta a los artesanos. También es un esquema ideal para regalos corporativos. Es un proyecto muy ambicioso, estamos hablando de más de un millón de dólares, y nuestra meta es poder vender estas piezas antes de que termine el año.

Sé que han tenido una muy buena respuesta inicial con Ensamble Artesano, ¿cierto?

La respuesta ha sido enorme. Todo el mundo entendió que esto es urgente, pero también importante. La idea era llegar a 2,000 ó 2,500 artesanos. El dinero que ya recaudamos a través de donaciones cubre esos primeros apoyos. Lo que buscamos ahora es ampliar los apoyos a otros 1,000 artesanos que quieren sumarse a la plataforma. Ahorita tenemos más de 3,600 solicitudes para apoyos.

Impacto local, alcance nacional

¿Cómo lograron diseñar una iniciativa tan amplia y ambiciosa en tan poco tiempo?

El proyecto lo armamos en dos semanas. Sabíamos que teníamos que actuar inmediatamente, porque esto no era algo que pudiéramos llevar a cabo en seis meses o un año, y luego ponerlo a trabajar. La iniciativa de Ensamble Artesano tenía que estar lista lo más pronto posible, para que los artesanos pudieran tener un ingreso. Decidimos invitar, entre las tres organizaciones y otros aliados, a personas que trabajan con artesanos y tienen una responsabilidad social con ellos, una relación formal de trabajo. No veíamos cómo llegar directamente a los artesanos a lo largo del país sin la participación de otras organizaciones o intermediarios logísticos. Tenemos algunas ONG como Fundación León XIII o un proyecto social artesanal del Estado de México que se llama Musgo. También convocamos a diseñadores como Taller Lu’um o Tributo, que trabajan muy de cerca con artesanos. Y finalmente, grupos de artesanos organizados, como Taller de Obsidiana de Teotihuacán, que incluye familias de artesanos con mucha tradición y buena presencia en el mercado.

¿Cómo esperan fortalecer la artesanía más allá de la contingencia actual?

No existe el gremio artesanal en México, no actuamos de forma organizada. Los hoteleros, los restauranteros, los taxistas muchas veces actúan como gremio, sobre todo para enfrentar dificultades, pero los artesanos nos vemos como competidores; no se comparte información ni conocimientos. Esta es una oportunidad de unirse en un frente común y fortalecer la artesanía en México. Si a todos nos va bien, nos va a ir mejor más adelante. Trabajar en una plataforma colaborativa como Ensamble Artesano va a ser muy educativo para todos.

Artesanía como fuerza cultural

¿Qué representa para ti la artesanía?

La artesanía es cultura, cualquier pieza artesanal nos habla de una cultura. Eso no se puede perder. México es uno de los países con mayor diversidad artesanal y eso se ha perdido en muchos otros lugares. Tenemos un potencial enorme para posicionar a México como un gran productor de artesanías de calidad. Es una fortaleza, y tiene la historia para contarse. Cada vez más, el mundo se vuelca hacia el consumo con responsabilidad y las personas buscan la historia detrás. La artesanía tradicional es bellísima, pero también es válido innovar y enriquecer la artesanía con diseño, que se acople a nuestra vida cotidiana contemporánea. La cultura, como el lenguaje, cambia y se modifica a lo largo del tiempo. Por eso me encanta trabajar con creativos que integran la artesanía a su vida diaria, la cocreación de piezas entre artesanos y diseñadores. Eso es parte también de lo que trata Ensamble Artesano.

¿Nos puedes compartir alguna experiencia o anécdota de viaje en México que te haya marcado, que te haya enamorado de la artesanía mexicana?

Cuando ves las manos de cualquier artesano trabajando, si están hilando una hamaca, por ejemplo, en un pueblo en medio de la selva de Yucatán, urdiendo tan apaciblemente, se vuelve como un concierto de hilos. Y si tienes esa hamaca en tu casa, te remite a esa experiencia, a esa historia, a esas manos, a esa labor maravillosa.