Joyas arquitectónicas en playas mexicanas

Las playas mexicanas siempre han sido más que simples destinos turísticos. Además de sus envidiables climas y los espectaculares escenarios naturales, tienen una energía creativa que no deja de atraer todo tipo de expresiones artísticas. Desde festivales, residencias, o simplemente como fuente de inspiración para creadores. De ahí que en los últimos años hayan sido el terreno elegido para que varios arquitectos den rienda suelta a sus diseños.

Talentos internacionales como Tadao Ando y grandes nombres mexicanos como Alberto Kalach han experimentado con sus propuestas en las playas de nuestro país, creando estructuras que se adaptan al terreno costero y se convierten en auténticas obras de arte.

El boom de la costa oaxaqueña

Aunque la belleza natural de la costa oaxaqueña nunca ha sido un secreto, en años recientes se ha convertido en uno de los destinos más populares de México. Siempre famosa por sus grandes olas para surfear, ahora también ha recibido grandes proyectos gastronómicos, propuestas artísticas y varias joyas arquitectónicas.

El común denominador en un lugar tan espectacular es, sin duda, la naturaleza. Los paisajes, el agua azul y la frondosa vegetación tienen que ser los protagonistas de las estructuras que se construyen aquí. Materiales, orientación y decoración, todo está dispuesto para que los visitantes se sumerjan en el ambiente único de las playas oaxaqueñas.

Como muchas de las cosas que están sucediendo en la región, al centro de esta tendencia arquitectónica está Puerto Escondido. Específicamente una franja de playa, a menos de media hora de Zicatela, conocida como Punta Pájaros. Ahí han florecido proyectos únicos en el mundo como la famosa Casa Wabi.

Este alucinante complejo al borde del Pacífico surgió entre las mentes del artista mexicano Bosco Sodi y el arquitecto japonés, ganador del premio Pritzker, Tadao Ando, con el objetivo de conectar arte, naturaleza y comunidad. Arquitectos como el portugués Álvaro Siza, los paraguayos Solano Benitez y Gloria Cabral o el estudio mexicano Ambrosi- Etchegaray pudieron aportar pabellones únicos que han hecho de Casa Wabi el núcleo artístico que pretende ser.

A escasos minutos se encuentra el Hotel Terrestre, una de las mejores opciones para hospedarse en Puerto y joya arquitectónica diseñada por Alberto Kalach, quien conoce como pocos la zona. Las estructuras abovedadas de Casona Sforza son otro de sus proyectos más reconocibles, un poco más al sur, en La Barra de Colotepec. Este hotel tiene 11 suites que, entre lo singular de sus formas, materiales y su disposición abierta, se funde a la perfección con el entorno playero.

En Punta Zicatela está Casa TO, un espacio único por la forma en que integra materiales crudos, como concreto y acero, con la naturaleza que lo rodea. Fue concebido por el arquitecto Ludwig Godefroy como una estructura sencilla que, sin embargo, siempre sorprende con formas inesperadas.

Unas horas más al sur de Puerto Escondido, en la misma costa oaxaqueña, está el poblado de Zapotengo, donde el estudio mexicano Arquitectura 18 construyó La Casa del Sapo. Inspirado en la cabaña donde Henry David Thoreau vivía en Massachussets, este diseño está pensado para encontrar paz cerca del agua y apartado de la sociedad.

El siempre vivo Caribe Mexicano

Quizá la región turística más importante del país, en gran parte por sus paradisíacas playas. A diferencia de Puerto Escondido, varios destinos en la Península de Yucatán llevan décadas bajo el reflector internacional y desde entonces se han construido algunos edificios que ahora pueden ser considerados clásicos.

Puede que el ejemplo más memorable sea el del Hotel Camino Real en Cancún, que Ricardo Legorreta construyó en 1975. Después de casi cincuenta años su icónica estructura inclinada sigue siendo un referente entre los modernos hoteles que han llegado a la ciudad.

Lo cierto es que la oferta y las nuevas opciones no dejan de crecer en esta región y su arquitectura no se limita a los clásicos. El paisaje de Tulum, por ejemplo, se ha transformado de la mano de diseños de arquitectos como Eduardo Neira, la mente detrás del famoso Azulik. Entre los techos y puentes de bejuco, los pisos de madera y algunos complementos de cemento, la estructura de este sitio es una auténtica fantasía arquitectónica.

Bacalar es otro de los sitios que se ha convertido en una tendencia reciente en el Caribe Mexicano. Y no es para menos, los siete colores de su laguna son razón suficiente para hacer el viaje. Pero, aquí también hay algunas maravillas arquitectónicas, como Azul Nomeolvides, una construcción que fue pensada para no perturbar el ecosistema de Bacalar, prácticamente escondida entre los grandes árboles y la maleza de la selva maya.

La nueva arquitectura de la Baja

Al noroeste del país, la arquitectura de costas californianas enfrenta un clima cambiante, menos benévolo que en otras playas mexicanas. Pero, eso no significa que no haya atraído nuevos e interesantes proyectos.

Las casas en los árboles del hotel Acre en San José del Cabo, son una propuesta fresca en uno de los destinos playeros más populares de México. Las estructuras, construidas con palo de arco tejido, se elevan por encima de las palmeras que rodean todo el complejo, para que la brisa de la Baja llegué sin interrupción hasta cada una de las habitaciones.

Ahí mismo, en San José, se encuentra el Hotel Mar Adentro, del arquitecto Miguel Ángel Aragonés. Una propuesta diferente, que destaca por su diseño minimalista, ideal para conectar la experiencia entre playa y desierto que recorre toda la región.