San Cristóbal de las Casas es una ciudad de pura saturación visual. El cielo, las paredes, las puertas, las iglesias, los mercados, las plazas y la gente: aquí todo parece tener más color que en ningún otro lado. A pesar de tener casi 200 000 habitantes, San Cristóbal mantiene esa cualidad de ciudad pequeña en la que todos se conocen: los locales, los vendedores, los estudiantes, las almas libres, los retirados y los investigadores. A este destino la gente llega por una temporada corta y termina quedándose mucho más tiempo.
San Cristóbal tiene un ambiente muy particular de coexistencia en todos los niveles. Aquí encontramos hoteles boutique y hostales llenos de viajeros europeos en busca de una experiencia más bohemia, centros de investigación migratoria y estudios antropológicos con tiendas de productos orgánicos y puestos callejeros de marquesitas. También están los andadores peatonales llenos de cafés, bares, tiendas de artesanías y una sorprendente cantidad de locales vegetarianos.
En el plano auditivo, la música en vivo juega un papel importante en el día a día de San Cristóbal, ya sea con un trío improvisado de reggae en el andador de Guadalupe, un grupo de jazz en el bar Bebop, la infalible dosis de rock en español y trova en “la Revo”, o una procesión para la Virgen con cantos guadalupanos a todo volumen. Del mismo modo, la diversidad de idiomas que se escuchan en las calles de la ciudad contribuye a su encanto inclusivo.
En la plaza de la Paz no hay que hacer mayor esfuerzo para apreciar una mezcla de español, inglés, francés, alemán y, sobre todo, tzotzil y tzeltal, las lenguas indígenas pertenecientes a los dos grupos étnicos predominantes en Chiapas, ambos de origen maya. Además, esta plaza da lugar a todo tipo de eventos, desde convenciones de motociclistas hasta recaudaciones de firmas para todo tipo de organizaciones, pasando por los campamentos de grupos revolucionarios justo en la cruz atrial que mira hacia la catedral.
Qué hacer
– Probar Cacao Nativa, la franquicia local. Un paraíso para los amantes del chocolate en todos sus formatos: caliente, frío, frappé, tableta, panqué o galleta.
– Conocer el Museo del Palacio de San Cristóbal de las Casas, en un emblemático edificio estilo neoclásico del siglo XVIII. El mismo edificio fue la sede de la presidencia municipal cuando se llevó a cabo la firma que unió a Chiapas con México, y donde, en 1994, se proclamó la Primera Declaración de la Selva Lacandona del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
– Ir la Internacional y la Espirituosa para tomar una cerveza artesanal y probar el pox, un destilado local de maíz, caña de azúcar y trigo.
– Comer en Kokono, que ofrece una propuesta tradicional a cargo de la chef chamula Claudia Ruiz. El menú se centra en los sabores y platillos chiapanecos clásicos con un toque moderno, como la sopa de chipilín, el tamal zoque y el chilacayote en dulce.
– Visitar el Centro de Textiles del Mundo Maya y Na Bolom, dos imperdibles en el plano cultural.
– Escaparse una mañana a San Juan Chamula, uno de los lugares más intrigantes no sólo de la región los Altos de Chiapas, sino de todo el país.
– Pasar por el taller de Omorika, un proyecto colaborativo de la diseñadora Margarita Cantú con más de 80 artesanos de la región. El concepto: crear piezas textiles y decorativas que utilizan diferentes formas de desperdicio como material.
– Hacer una parada en Galería MUY, un espacio de exhibición, producción y convivencia para artistas chiapanecos —principalmente mayas y zoques— con propuestas contemporáneas.
Dónde dormir
Casa Cafeólogo $$
Esta casona en el centro ofrece habitaciones pequeñas, cómodas, prácticas y muy lindas. Su cafetería de especialidad es de las mejores de la ciudad.
Sombra del Agua $$
78 habitaciones, decoración con artesanías chiapanecas, plantas por todos lados, gastronomía de primera y una terraza superagradable que invita a pasar la tarde entre amigos.
Casa Lum $$$
Ubicado en el andador peatonal Guadalupe, este colorido hotel tiene una gran ubicación y un servicio muy cálido. Sus habitaciones son amplias y su restaurante muy bueno.
Hotel Bo $$$
Con un gran diseño, uno de los mejores restaurantes de la ciudad (Lum) y un spa de primera, Bo es el favorito en la ciudad. Ideal para parejas.
Dónde comer
Corazón y Sazón
Un pequeño tesoro en medio de la oferta restaurantera. Corazón y sazón ofrece una mezcla entre comida tradicional mexicana y la del sureste. Aquí hay que probar los típicos tamales de Chipilín, la crema de zanahoria, el pulque, los chilaquiles y el panqué de plátano. Es un restaurante pequeño que cuenta con una hermosa terraza.
Condesa, cantina mexicana
Para esas noches que quieras escaparte de la rutina, este nuevo bar es un gran lugar para bailar música ranchera, banda y tropical, en ocasiones con músicos en vivo. Pero a esta cantina mexicana no sólo se viene a bailar, también puedes comer botanas en las que abundan los chamorros, la salsa de molcajete y el queso chiapaneco. Con precios accesibles, podrás disfrutar de un lugar con un ambiente desenfadado.
Brasa. Cocina de Fuego
Inaugurado hace un par de meses, este restaurante ofrece una combinación entre comida local e internacional. El lugar es amplio y cuenta con una linda terraza. Liderado por el chef Gilberto Martínez, su menú se centra en platillos con pescado, res y cerdo. Tienen unas costillas barbecue al estilo Brasa: costillar de cerdo de 450 gramos, bañadas en salsa y acompañado de vegetales. Los comensales frecuentes recomiendan las tostadas de atún y el short rib con puré de betabel rostizado. Para el postre, hay que probar la tarta de chilacayote con crema y naranja confitada.
Asiarico7
¿Quién iba a pensar que encontraríamos excelente cocina coreana de autor en Chiapas? Su menú es amplio y los platillos que aquí se sirven tienen una especial combinación de sabores: puedes probar desde el kimbap de camarón o de champiñones hasta un Budae Jjigae (salchicha de res, jamón de pavo, kimchi, queso americano y fideo de ramyon).
Cuándo ir
En términos de clima, la mejor opción es entre noviembre y abril, meses libres de lluvias. Planear un viaje para año nuevo es ideal; sin embargo, hay que ir preparados con varias capas porque la temperatura puede bajar bastante en las noches.
Cómo llegar
Primero hay que tomar un vuelo (de hora y media) desde la Ciudad de México a Tuxtla Gutiérrez. Después toca un viaje en carretera de otra hora y media (y mucha niebla) para llegar a San Cristobal. En el aeropuerto se puede tomar un taxi, un colectivo o rentar un coche.
¿Sabías que?
El nombre de San Cristóbal hace referencia a Fray Bartolomé de las Casas, quien brevemente fue obispo aquí en el siglo XVI.
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