Huamantla: el pueblo de Tlaxcala que no duerme y se llena de color por una noche
La noche que nadie duerme es una tradición anual en Huamantla, cuando las calles se llenan de coloridos tapetes artesanales.
POR: Redacción Travesías
Cada 14 de agosto, Huamantla cambia sus colores para celebrar a su santa patrona, la Virgen de la Caridad. Este pueblo mágico de Tlaxcala, apenas a dos horas y media en auto desde la Ciudad de México, se mantendrá despierto hasta la madrugada del siguiente día para montar uno de los espectáculos más impresionantes de la región: los tapetes monumentales que cubren todas sus calles de cuidadosos y coloridos diseños artesanales hechos de aserrín, arena, semillas y flores.
La tradición anual de “La noche que nadie duerme” involucra a toda la comunidad en un esfuerzo que transforma sus calles. Familias enteras, amigos y vecinos se ponen a disposición de los alfombristas, un tipo de artesanos que sólo existen en Huamantla y que practican su arte una vez al año.
Estos alfombristas, ayudados por la comunidad de Huamantla, dedican entre seis y ocho horas a la confección de cada tapete, que puede llegar a medir hasta 100 metros de largo y requerir entre 80 y 130 costales de materiales para su elaboración.
Antes de la medianoche, más de ocho kilómetros de calle terminan cubiertos por tapetes de elaborados diseños, que los visitantes de todas parte de México e incluso otros lugares del mundo pueden contemplar… pero sólo por unas horas.
El arte de los tapetes monumentales de Huamantla
Los tapetes monumentales de Huamantla son un espectáculo efímero. A pesar de todo el trabajo que implica su elaboración, que en realidad empieza meses antes de la celebración, cuando se define el diseño de la alfombra y se piensan en los materiales adecuados, en realidad son imágenes creadas para terminar borradas.
Tan solo unas horas después de dejarlos terminados, desfilará por encima de los tapetes la imagen de la Virgen de la Caridad, llevada en un carruaje por una procesión, que con sus pasos irá desdibujando el trabajo de meses.
Entonces los artesanos de Huamantla cumplen su propósito: crear una alfombra digna para que la santa patrona del pueblo atraviese las calles y así mostrarle el camino de regreso hasta su santuario.
La noche que nadie duerme
Esta celebración se remonta al siglo XIX y es la fiesta más importante del pueblo mágico de Huamantla. El nombre se entiende porque, además de la elaboración de los famosos tapetes monumentales, la comunidad local permanece despierta durante toda la noche del 14 y la madrugada del 15 de agosto acompañando la procesión de la Virgen de la Caridad.
Las celebraciones también se extienden a la feria local y la “Huamantlada”, un encierro de toros al estilo de las Fiestas de San Fermín de Pamplona.
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