El frío no siempre tiene que arruinar los planes de vacaciones. Por el contrario, a veces es la mejor condición para sacarle provecho a ciertos viajes. Y no, no sólo hablamos de resorts de esquí, la realidad es que no hay que ir muy lejos para sentirse a gusto en el invierno. Las cabañas de algunos destinos boscosos cerca de la Ciudad de México, como Valle de Bravo, Malinalco o Sierra Gorda son una gran opción para una escapada rápida en esta estación.
A menos de dos horas de la Ciudad de México, estos lugares ofrecen una desconexión del caos urbano y contacto con la naturaleza, sin tener que renunciar a ningún lujo. Todas las opciones redefinen el concepto tradicional, más bien rústico, de lo que es una cabaña, con propuestas arquitectónicas originales para disfrutar del ambiente que te rodea.
Mi Cielo en Valle de Bravo
A dos horas de la Ciudad de México, Mi Cielo es, antes que nada, un lugar para conectarse con la naturaleza y tus sentidos. Puede que durante el día la experiencia no sea muy diferente a la de otros destinos similares, pero después de que se ponga el sol sólo podrás guiarte por la luna y algunas velas, ya que no hay luz eléctrica en ninguna parte.
Las tres cabañas en Mi Cielo fueron diseñadas y construidas con el entorno en mente, siempre evitando interferir con la naturaleza. En las instalaciones sólo hay baños secos con aserrín, pero las regaderas sí tienen agua caliente. En los alrededores podrás encontrar un manantial donde sumergirte y muchísimas rutas de hike y bicicleta de montaña.
Wander Cabins
La ventaja particular de estas cabañas es que cuentan con cuatro diferentes opciones cerca de la Ciudad de México. Puedes escoger entre La Cañada, (a una hora de la Ciudad), Tzibantza (a hora y media), Valle de Bravo o Malinalco (ambas a dos horas). Todos los destinos cuentan con instalaciones únicas, diseñadas por arquitectos como Michel Rojkind, y con varios metros de distancia entre ellas, lo que te hará sentir que tienes el bosque entero para ti.
La estancia en Wander ofrece varias actividades para disfrutar del ambiente, incluyendo senderismo, bici de montaña y paseo a caballo. Las cabañas tienen baño privado con agua caliente, además de una cocina equipada. Algunas, además, incluyen zona de asado, sin embargo, no hay venta de comida o bebida por lo que tendrás que llegar con todo lo que quieras consumir.
Rancho Tehuan, Malinalco
Se podría decir que Rancho Tehuan ha crecido alrededor de sus huertos, con el propósito de explorar el proceso que implica llevar alimentos hasta la mesa. Todos los meses organizan experiencias gastronómicas en las que diferentes chefs invitados cocinan con ingredientes cosechados en el rancho.
Además de la cocina de lugar, dentro de sus 40 hectáreas hay varios rincones por ser descubiertos y para hacerlo lo mejor es quedarse en las casitas Tehuan: pequeñas y cómodas cabañas que fueron construidas con materiales del rancho. En tu estancia podrás hacer caminatas, aprender de permacultura o plantas medicinales y, por supuesto, disfrutar de cenas de la huerta.
Hacienda San Andrés
La impresionante panorámica desde las faldas del Popocatépetl es pretexto suficiente para visitar San Andrés. Todas las mañanas despertarás con una vista privilegiada del volcán, que ni los días más despejados de la Ciudad pueden soñar. Por si fuera poco, la hacienda está repleta de actividades. Tendrás una experiencia gastronómica extraordinaria, cosechando tus propios alimentos en el huerto y disfrutando de la cocina del chef Marco Margain.
Además, desde San Andrés puedes visitar los cercanos pueblos de Nepantla, Ayapango o Amecameca. Te recomendamos estar al pendiente de las experiencias especiales que tienen dependiendo de la temporada; si tienes suerte, puedes coincidir con algún festival o clase imperdibles dentro del hacienda.