Así eran navegar en los barcos de vapor del canal de la Viga

Aunque pareciera algo sacado de una ficción, antes de ser una calzada, el canal de la Viga antes era navegado por lujosos barcos de vapor.

26 Aug 2024
Los barcos de vapor del canal de la Viga retratados por Antonio García Cubas.

Los barcos de vapor del canal de la Viga retratados por Antonio García Cubas.

La Ciudad de México no siempre fue un mar de concreto, ejes viales, segundos pisos y altos rascacielos. Hasta hace relativamente poco, parecía más bien como una Venecia tropical, donde los pedazos de superficie se conectaban por largos canales, como el Canal de la Viga, uno de los últimos en desaparecer y por donde incluso alguna vez navegaron barcos de vapor.

El antiguo canal de la Viga

Quizá el nombre te suena de la calzada que lleva al centro, de la estación de metro, o del mercado de mariscos más grande de la ciudad. Pero, antes de ser cualquiera de esas tres cosas la Viga era uno de los canales más importantes de esa ciudad fluvial que era México-Tenochtitlan.

El canal de la Viga era un cuerpo de agua que iba desde Chalco y Xochimilco, entonces pueblos fuera de la capital, hasta el centro. Desde la llegada de los españoles tomó importancia comercial por la conexión natural que creaba entre las principales zonas de producción agrícola, al sur de la ciudad, y sus centros mercantiles, como la Merced y lo que ahora es Jamaica.

Fue desde entonces que las embarcaciones empezaron a surcar sus aguas, transportando mercancía, pero con el tiempo también como una vía de transporte y de paseos recreativos para los habitantes.

Barcas, panguitas, canoas e incluso nadadores recorrían el canal de la Viga desde sus diferentes puertos, puentes y playas en los pueblos de Santa Anita, Ixtacalco o Ixtapalapa, nombres que quizá hoy se escriben diferente, pero que siguen resonando entre los habitantes de la Ciudad de México.

A mediados del siglo XIX el trayecto se modernizó, al igual que muchas otras cosas en México, influenciadas por las tendencias que llegaban de Europa y Estados Unidos. Las embarcaciones rudimentarias que antes recorrieron el canal de la Viga fueron reemplazadas por modernos barcos de vapor, iguales a los que ya llevaban años siendo la norma de movilidad en el Sena,  el Hudson o el Mississippi.

Barcos de vapor del canal de la Viga

Aunque hoy parecería algo sacado de una ficción, los barcos de vapor alguna vez navegaron la Ciudad de México, antes de que el canal de la Viga se entubó y se convirtió en la calzada de concreto que hoy conocemos.

Según el INAH, los primeros barcos de vapor llegaron a la ciudad en 1850 para su circulación en un tramo corto del canal, pero para 1877 ya se había autorizado su recorrido desde Chalco hasta el centro. Aunque fueron necesarias algunas adecuaciones, como la elevación de ciertos puentes que se encontraban por el camino, la modernización redujo el trayecto, que prácticamente atravesaba toda la ciudad, de cuatro horas en canoa a solo una hora a bordo de los barcos.

Periódicos y cronistas de la época dejaron algún registro sobre los viajes en estas embarcaciones. Los bandidos de Río Frío, la novela de Manuel Payro, se refiere a los barcos de vapor como “un lujo”, a diferencia de las chalupas o trajineras que normalmente cruzaban por el canal de la Viga. Las comodidades de la tecnología sólo estuvieron reservadas para las altas esferas de la capital y en realidad tuvieron un muy corto periodo de vida, pues el ferrocarril lo desplazó como un transporte mucho más rápido y eficiente. Además, todos los canales de la ciudad, incluido el de la Viga, empezaron a entubarse en la década de los veinte y pronto se convirtió en la calzada que hoy se recorre en automóviles.

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