Bajo el sol californiano
Recorrimos los freeways de Los Ángeles desde el centro hasta la playa, con escalas en el LACMA y el K-Town.
POR: Redacción Travesías
Origen: Echo Park
Destino: Venice Beach
Distancia: 39 kilómetros
Carretera: US 66
1. Echo Park
Uno de los barrios más cool de la ciudad. Además de que cuenta con una gran ubicación —a la vuelta de Chinatown, Silverlake y Los Feliz—, tiene un parque con un lago y el estadio de los Dodgers muy cerca. En los últimos años ha visto florecer negocios nuevos, pero sin perder su espíritu antiguo, de casas victorianas y diversidad en sus residentes. Una caminata por Elysian Park resulta un divertido paseo, con adolescentes en patinetas y policías entrenando. “Williamsburg de la Costa Oeste”, hay quien se atreve a llamarlo.
2. Downtown
Esquivamos edificios gubernamentales y rascacielos para hacer una escala rápida en uno de los clásicos de la ciudad, el Original Pantry Café, donde sirven desayunos 24 horas desde 1924. Los hotcakes son suaves y con mucha mantequilla y los huevos vienen acompañados con una chuleta que apenas cabe en el plato. Como está a dos cuadras del complejo de L.A. Live (con restaurantes, bares y teatros) así como del Staples Center, el ambiente nocturno se siente muy animado, con gente que sale de conciertos, turistas y residentes.
3. Koreatown
Sobre este barrio se han escrito artículos enteros, y parece que no tiene fin. Manejamos sobre Wilshire Boulevard; ahí está una sinagoga que hospeda una buena colección de arte contemporáneo (y seguirá expandiéndola hasta 2020), un teatro, muchos restaurantes, bares, karaokes, galerías y hasta un range de golf de cuatro pisos. Hay locales donde todo está en coreano (hasta los canales de televisión) y para elegir platillos lo único que se puede decidir es “spicy” o “no spicy”; en estos sitios no hay que perderse el kimchi, para paladares resistentes.
4. Miracle Mile
Sobre el propio Wilshire, pero unos cinco kilómetros al oeste, está el lacma, uno de los museos más grandes del país y, actualmente, muy de moda; recibe alrededor de un millón de visitantes al año y ofrece actividades de teatro y música, además de arte e historia. Al lado están La Brea Tar Pits, los lagos donde se han descubierto fósiles y por los que se puede pasear y ver cómo burbujea la brea con los gases que emergen del fondo. Enfrente hay que visitar el Architecture and Design Museum y el Peterson Automotive, uno de los más grandes del mundo en su tipo.
5. Santa Mónica
Una playa de todos: alemanes, ingleses e italianos se unen a los miles de residentes que vienen a andar en bici, acostarse en la arena o a gozar de la tibia agua del Pacífico. Donde sí se siente territorio más de los turistas es en el muelle, famoso por su rueda de la fortuna, zona de juegos arcade, restaurantes de cadenas y por ser el final de la Route 66, la carretera que corre desde Chicago. Un consejo que nos brindó un vecino fue comer un Japadog de carrito, ya que, aunque la fila es larga, el kurobuta terimayo espolvoreado con alga bien vale la espera.
6. Venice Beach
Terminamos la ruta en otra playa, pero con un sabor muy diferente. En el larguísimo andador costero —donde en el año 65 Jim Morrison formó The Doors— se encuentran hippies tocando guitarra, gente que entrena básquetbol y frontón, doctores que expiden licencia para marihuana por 40 dólares, tiendas de patinetas, patines y tablas de surf; hoteles “grafiteados”, heladerías, pianistas callejeros, encantadores de serpientes, restaurantes y hasta boutiques de lentes y ropa. Más que como parte de Los Ángeles, Venice se siente como otra ciudad, con identidad propia.
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