La vuelta a Sicilia en cinco días

La Italia insular, separada de la bota tres kilómetros, es casi un mundo aparte del resto del país, uno que bien vale la pena descubrir.

31 Oct 2017

Messina
La puerta de entrada a Sicilia es esta ciudad, que se conecta a la península con un transbordador que lleva coches de un lado al otro. Messina se localiza justo en el extremo noreste de la isla por lo que es el punto de partida perfecto para esta ruta. Antes de comenzar el viaje se puede hacer una parada en el centro de la ciudad para visitar su famoso duomo y su aún más reconocido reloj.

Taormina
Por un lado, hermosas playas y mucho sol, por el otro, años y años de historia. Taormina es uno de esos pocos destinos que lo tiene todo: desde el teatro griego hasta el Edna, que lo controla todo desde lo alto. La mejor época para ir es el verano, cuando se organizan muchos eventos al aire libre. Con tantas actividades, vale la pena dormir unas noches en el Belmond Grand Hotel Timeo —las vistas de este lugar no tienen precio— y disfrutar de sus instalaciones, con la alberca incluida.

Agrigento

Alguna vez ésta fue una de las ciudades más destacadas de la Magna Grecia: Acragante. Hoy los 60 mil habitantes que viven aquí conviven con los recuerdos de un pasado magnífico. Hay que visitar los templos, como el de Juno Lacinia, para entender la importancia de este centro. Bastante cerca, sobre la costa, se encuentra el Verdura Golf & Spa Resort, que puede ser una buena parada para descansar y disfrutar del mar.

Palermo
La ciudad más reconocida de la isla tiene una característica que nunca pasa desapercibida: está llena de personalidad. El carácter de Palermo y de su gente no se parece a nada más en Italia y eso es lo que la hace más especial. La ciudad tiene un tamaño manejable, iglesias y museos para visitar y una gran oferta gastronómica. El mar, la carga histórica en cada rincón y un ánimo relajado la convierten en una ciudad en la que da ganas quedarse a vivir.

Cefalú
Si en otros rincones de la isla predomina el pasado grecorromano, aquí, en las playas de Cefalú, se respira el recuerdo normando y aragonés, por su relación con la corona española. La catedral es una de las más bellas y originales de Italia y el pueblo, que se extiende a lo largo del mar, es tranquilo y relajado, como si viviera en otro tiempo.

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