Turquía es la parte fuera de ruta del Mediterráneo, donde el buen clima y los paisajes de postal se juntan con el característico carácter turco, se crea un destino único que, sin embargo, no está en cualquier itinerario.
Sugerimos dos playas: Kabak y Bordum, con restaurantes y bares para saber dónde comer y beber, además de opciones para hospedarse, obvio con vistas al mar, y varias cosas para hacer en estas franjas de costa.
Kabak
Kabak está en la costa suroeste de Turquía y es la playa paradisiaca que todos tenemos en mente. Por su contraste de tonos verdes y turquesa, cada vez más turistas llegan a ella, pero aun así se mantiene como uno de esos sitios lejos de las multitudes. Por su rica naturaleza, es perfecta para caminatas y unos días de desconexión.
¿Qué hacer?
Hemos escrito decenas de guías para recorrer las playas, encontrar chiringuitos, ir de compras o visitar sitios históricos y culturales, pero Kabak es lo opuesto a todo eso. Éste es el lugar perfecto para no hacer nada. Aquí podrás relajarte, tomar el sol y nadar en el mar una y otra vez. Por la mañana podrás visitar algunas de sus varias rutas de senderismo, que te darán vistas extraordinarias de su vegetación en contraste con el agua cristalina del mar.
Hacer yoga es una actividad cada vez más popular en la zona gracias a los múltiples retiros que se desarrollan ahí. Los hikes más conocidos son Butterfly Valley y Lycian Way, los cuales se conectan para una caminata de alrededor de tres horas. Otra opción es tomar el paseo en barco desde la laguna azul de Oludeniz hasta el valle de las Mariposas y la isla Gemiler para almorzar ahí.
Playas
Paradise Beach es una de las playas más tranquilas y vírgenes que encontrarás en Turquía. Ubicada al sur de Kabak, aquí podrás conectar con la paz y tranquilidad que perdemos en la vida diaria. No hay mucho más que un par de palapas a la renta y el mar entero para nadar todo el día.
Hospedaje
Lissiya Hotel ofrece impresionantes vistas del mar desde sus amplias habitaciones y suites, cada una cuidadosamente diseñada para brindar comodidad y lujo. Cuentan con albercas al aire libre, un spa de primer nivel y restaurante.
Por otra parte, Olive Garden Hotel, ubicado en lo alto de la bahía de Kabak, ofrece una experiencia serena y tranquila que te invita a relajarte y sumergirte en la naturaleza que lo rodea. Su restaurante hace todos sus platillos con ingredientes locales y, en invierno, se especializan en platos a la leña. El lugar es rústico, pero lleno de detalles y confort.
Bordum
A esta ciudad hay que venir en busca de todo lo que la enigmática costa de Turquía tiene para ofrecer. Es decir, una combinación perfecta entre lo paradisiaco de las aguas del Mediterráneo, pero con el carácter propio de una ciudad turca.
Los puertos se llenan de yates y veleros europeos durante los meses de verano, hay lujosísimos hoteles que no le piden nada a los de otros grandes destinos, además de gastronomía y entretenimiento de clase mundial. Sin embargo, Bodrum también tiene un ritmo intenso, una historia agitada y un enorme legado cultural, heredado de todos los pueblos que la habitaron en el pasado y cuya mezcla es tangible en la arquitectura, la gastronomía y el estilo de vida.
¿Qué hacer?
Pronto empezará a quedar claro que no es tan sencillo descifrar Bodrum y mucho tiene que ver con su pasado, que fue griego (de hecho, aquí supuestamente nació Heródoto), pero también romano y persa, para terminar formando parte del Imperio Otomano.
Los rastros de esta gran historia aún son tangibles por toda la ciudad. Las ruinas más importantes son las del famoso mausoleo de Halicarnaso, una de las siete maravillas del mundo antiguo, de cuya grandeza sólo queda un sitio muy reducido. El teatro de Halicarnaso, que data de la misma época y que tuvo que ser desenterrado por arqueólogos hace apenas unas cuantas décadas, se conserva en mejor estado y, de hecho, aún funciona como centro de espectáculos. El pasado medieval de Bodrum se puede ver en el castillo de San Pedro.
La versión más contemporánea de la ciudad está en sus marinas, como Yalikavak y Milta, donde lujosas embarcaciones tiran anclas y varias marcas internacionales han abierto boutiques. No sólo son la puerta de entrada y salida de la ciudad, sino los mejores sitios para ir de compras o pasear y buenas opciones para encontrar algo de comer.
Ningún destino mediterráneo estaría completo sin sus playas, y en Bodrum éstas son la joya de la corona. Bardakçı Koyu y Gümbet están cerca del centro de la ciudad y concentran buena parte de la actividad veraniega, mientras que Akvaryum y Kayaliklar Erkek son opciones casi vírgenes a las que se puede llegar luego de largas caminatas, que serán recompensadas por la privacidad y la calma natural.
¿Dónde quedarse?
Este destino también ha sido tierra fértil para algunos hoteles boutique e incluso cadenas internacionales han abierto sus puertas en él. EDITION agregó la Riviera turca a una larga lista de destinos cosmopolitas y le imprimió su característico toque de sofisticación con algunos de los que hoy son los mejores restaurantes en la ciudad. Aquí también hay un Mandarin Oriental, con playa privada y el lujo al que ya nos tienen acostumbrados en otras partes del mundo. Para clásicos está Maçakizi, que opera desde la década de los setenta como un negocio familiar que, sin embargo, ha sabido adaptarse y no le pide nada a hoteles de las vecinas islas griegas o la Costa Azul.
¿Qué comer?
Bodrum tiene mayor fama entre los propios turcos que como un súper destino internacional. Eso empieza a quedar claro cuando se observa los pasatiempos y placeres de la ciudad. Es especialmente notorio en la oferta gastronómica, la cual, inmune al turismo extranjero, se mantiene tradicional y auténtica.
La parada obligada para comer es el mercado de Cevat Sakir Caddesi, donde se vende materia prima y platillos turcos sin pretensiones, en su forma más pura y tradicional. Como toda ciudad portuaria, Bodrum tiene sus instituciones marisqueras, como İki Sandal y Memedof, dos tabernas con historia cerca de la playa.
¿Qué beber?
La vida nocturna de Bodrum se concentra en sus marinas y los bares de sus hoteles más chic. El Marina Yacht Club justo funciona según la conveniencia de los lujosos yates que esperan en el puerto y buscan la fiesta sin ir muy lejos, mientras que la mixología más sofisticada y las noches más tranquilas hay que buscarlas en los bares de hoteles como EDITION y Mandarin Oriental.