De entre los más de 40 mil McDonald’s que existen en los cinco continentes, ninguno está precisamente diseñado para destacar mucho más allá de lo necesario. Los arcos amarillos normalmente tampoco son un símbolo de elegancia, si no de simple practicidad. Sin embargo, hay algunos locales que son la excepción a estas normas y que se distinguen por la particularidad de su diseño o arquitectura. Es el caso del famoso McDonald’s de Oporto, que muchos viajeros reconocen como el más elegante del mundo.
La distinción no se hace en vano. El edificio llama la atención a todos los que están acostumbrados a los típicos locales rojos y amarillos, con bancas de plástico y juegos infantiles, porque bien podría ser un lugar con valor histórico. Y es que, en realidad, lo es.
El histórico Café Imperial de Oporto
Este particular McDonald’s en Oporto ocupa el local que antes le pertenecía al histórico Café Imperial, justo en la Plaza de la Libertad, el corazón y punto de reunión de esta ciudad portuguesa. El antiguo restaurante se construyó en la década de los 30 y, conforme a los cánones estéticos de la época, su diseño desborda un característico estilo Art Decó que aún se puede ver en varios rincones de la ciudad.
Sin embargo, aquí brilla y llama la atención especialmente porque, después de todo, hablamos de un McDonald´s. Esta locación cambió los colores juguetones de otros restaurantes de la cadena, por el blanco del mármol y los detalles en café. Aquí las ventanas son elegantes vitrales ilustrados con escenas de la vida social de Oporto, que frecuentaba el antiguo Café Imperial.
Un McDonald’s diferente
El McDonald’s más elegante del mundo existe gracias a las regulaciones históricas de Oporto, que protegen los edificios con patrimonio artístico en la ciudad.
Cuando en 1995 la cadena de comida rápida encontró la ubicación ideal para abrir su nuevo restaurante en Oporto, justo en el centro de la ciudad, se encontró con este obstáculo. Si querían abrir en esa privilegiada ubicación, no podían hacer grandes alteraciones en la arquitectura de un edificio histórico de la ciudad.
Así fue como los lujosos detalles del Art Deco portugués de la década de los 30 se mezclaron con los arcos dorados y las hamburguesas para crear lo que muchos definen como el McDonald’s más elegante del mundo.
