Al saber que 1,154 sitios alrededor del mundo han sido declarados Patrimonio de la Humanidad, nos nace la pregunta: ¿quién encabeza la lista y por qué allí hay tantos?
La respuesta podría sonar casi obvia, pero aquí va: Italia. Más allá de su gastronomía y arte, el país cuenta con un rico legado cultural, por lo que ha legado -a través de los siglos- 58 Patrimonios de la Humanidad, de los cuales 53 son bienes culturales, y cinco, bienes naturales.
La reina de los patrimonios
Italia ha logrado demostrar desde 1979, cuando Val Camonica fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, que tiene todo para encabezar la lista definitiva. Únicamente Valle de Aosta y Molise, ubicados en el norte y centro de Italia, no cuentan con sitios inscritos en la lista.
Estos sitios reconocidos por la UNESCO desde 1979 representan obras de arte, atestiguan un intercambio considerable de culturas, aportan testimonios únicos sobre tradiciones de civilizaciones vivas y extintas y, además, contiene hábitats naturales únicos donde sobreviven especies animales amenazadas.
De los 58 bienes que Italia hereda a la humanidad, destacan las áreas arqueológicas de Pompeya, Herculano y la Torre Annunziata, mismas que se unieron a la lista definitiva en 1997.
Los centros históricos de Florencia, Nápoles y Roma también son parte de la lista, así como Venecia y su laguna, las murallas venecianas de la ciudad fortificada de Bérgamo, y la popular Costa Amalfitana, donde las casas de colores intensos establecidas en acantilados son dignas de permanecer a la herencia histórica mundial.
¿Cómo se determina que un sitio es Patrimonio de la Humanidad?
Los patrimonios culturales y naturales son considerados como una herencia al bien común, por eso el esfuerzo de conservarlos, protegerlos y resaltar el valor que brindan a la humanidad.
La iniciativa debe surgir de cada país, quien debe presentar al Centro del Patrimonio de la Humanidad -organismo de la UNESCO- pruebas donde incluye los sitios de su territorio que considera relevantes, más allá de su historia y cultura local, tanto en el ámbito cultural como en el natural.
Una vez hecho el expediente, dos organizaciones: la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) evalúan detalladamente los 10 criterios de selección que los sitios deben cumplir para ser aceptados en la lista definitiva; éstos se dividen en seis para los bienes culturales y cuatro para los naturales.
Los bienes culturales y naturales deben ser únicos e irremplazables, así como tener carácter de integridad y autenticidad. Además, necesitan contar con un sistema de protección que garantice su salvaguarda. Los sitios elegidos pueden acceder a una financiación del Fondo para la conservación de Patrimonio de la Humanidad para su conservación aunque, claro, bajo ciertas condiciones.