Gare do Oriente: la T de Calatrava
La obra creada con motivo de la Expo Lisboa ’98 es una importante estación intermodal y un hito turístico de la capital portuguesa.
POR: Redacción Travesías
“Le llaman la Puerta del Sol, pero es la Puerta de la Noche, una lástima. Calatrava debe estar muy triste, pues no se ha respetado la delicadeza de su proyecto”. Álvaro Siza, arquitecto ganador del Pritzker en 1992, quien diseñó el sobrio Pabellón de Portugal para la Expo Lisboa ’98, se horrorizaba en una entrevista de El Mundo ante la “desaparición” de la exuberante Gare do Oriente, creada por Calatrava, con ocasión de la feria.
Su frontis, adornado por una rimbombante visera metálica, que debió ser la entrada visual al evento, quedó cubierto por un centro comercial (ex Puerta del Sol, hoy Centro Vasco de Gama). Santiago Calatrava, polémico e inabarcable como sus obras, tiene en sus trabajos ese algo monumental, al borde de la megalomanía, dirán algunos, perfecto para atraer las miradas. Es un arquitecto de exposiciones, y en la de 1992 de Sevilla se lució con sus estructuras esqueléticas de concreto y acero: el puente del Alamillo sobre el río Guadalquivir y, después, con el pabellón de Kuwait.
Más allá de la obra intrigante y sorprendente con motivo del evento, la ciudad necesitaba una estación importante que organizara el sistema de transporte multimodal.
Un sitio donde se entrelazara con naturalidad, en forma de una gran “T” de vidrio, hormigón y acero, la llegada del metro, buses, trenes, taxis y traslados desde y hacia el aeropuerto, acompañado de una galería comercial bajo los arcos cavernarios de la estación.
Los andenes, bosques de columnas metálicas, en un estilo que recuerda las catedrales neogóticas, que en sus “ramas” levantan un techo traslúcido, dan la sensación de ligereza. En las calles, las paradas de bus aterrizan sobre el pavimento con el dinamismo de una gran flecha.
Cerca de 150 mil personas utilizan a diario la estación para llegar a sus casas, trabajos, al aeropuerto, o simplemente, en calidad de turistas; éstos se reconocen porque buscan fotografiarse con la enorme y alba criatura de Calatrava.
- El arquitecto de las películas
Tomorrowland, una de las últimas megaproducciones de Disney, tiene la Ciudad de las Artes y La Ciencia, obra de Calatrava, en Valencia, como una de sus principales locaciones. En una entrevista con el medio valenciano Levante, el director Brad Bird (Los Increíbles) dijo: “su trabajo parece estar vivo”. Las obras del valenciano y su estética modernista han servido de inspiración para otras películas del último tiempo, como Guardianes de la Galaxia o Transformers: el lado oscuro de la luna.
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