Como toda gran metrópolis, la capital española es el punto de encuentro de muchísimas culturas. Es algo que se refleja en la cotidianidad de la cocina, pero también en la música y el arte. Incluso en la historia y la arquitectura. El mejor ejemplo es el Templo de Debod, una estructura egipcia de más de dos mil años que se levanta apenas a unos metros de la Plaza España. Estos encuentros podrían parecer improbables en otros lugares del mundo, pero no en una ciudad multicultural y con tanta historia como Madrid.
Aunque, contrario a lo que se podría pensar, la realidad es que el Templo de Debod no siempre ha estado aquí. No es producto de una anomalía histórica, de un paso perdido de la antigua civilización egipcia por la península ibérica, sino, más bien, un resultado de los mecanismos de la diplomacia moderna.
¿Por qué hay un templo egipcio en Madrid?
Se calcula que la capilla, que es la estructura más amplia del templo, y los dos arcos frontales que reciben a los visitantes fueron construidos entre el 185 A.C. y el siglo I, en el poblado de Debod, a las orillas del río Nilo, en territorio egipcio. Por los relieves al interior, su localización y su datación, los arqueólogos han podido determinar que su construcción estuvo dedicada a los dioses Amón e Isis. Pero, ¿cómo fue que acabó en Madrid?
El Templo de Debod fue un regalo que el gobierno egipcio hizo a España en 1968, como un agradecimiento por la colaboración española para salvar el patrimonio de los templos de Nubia, que corrían el riesgo de desaparecer tras la construcción de una presa en el Nilo.
Antes de llegar a Madrid, el Templo de Debod había atravesado un proceso de siglos de deterioro y en la década de 1960 tuvo que ser desmontado de su sitio original porque corría el riesgo de una inundación constante. La estructura fue llevada por partes hasta el puerto de Alejandría para después realizar su último viaje a España.
El Templo de Debod: vista panorámica de Madrid
Los restos del templo se montaron casi en su forma original en la capital española, con excepción de algunas piezas deterioradas que tuvieron que ser sustituidas. Además, se hicieron algunas adecuaciones para su posterior conservación, como reconstruir todo sobre una especie de tarima de concreto, rodeada por un espejo de agua.
El complejo actual fue inaugurado en 1972, en la cima de un alto del Parque del Cuartel de la Montaña, cerca de la Plaza España. Desde entonces ha atraído a muchos visitantes, no sólo por su atractivo histórico, sino también porque su relieve lo ha convertido en uno de los mejores lugares de Madrid para ver la puesta de sol y apreciar una vista panorámica de la ciudad.