48 horas en Madrid: cafés, bares, comida deli y cañas
Es posible que nunca haya habido un mejor momento para visitar Madrid. Nuevos hoteles, cafés y lugares repletos de creatividad.
POR: Lorena G. Díaz
Una hotelería imparable, nuevos lugares de moda, talentosos chefs o exhibiciones internacionales son la prueba de que durante los últimos años Madrid ha experimentado una efusión de creatividad y emprendimiento. Y aquí, y así, comienza la fiesta, una a la que todo el mundo está invitado y donde lo difícil no es qué hacer en una de las capitales europeas más efervescentes, sino qué se queda fuera de estas 48 horas en Madrid.
Día 1
Mañana
En los últimos años Madrid ha renovado su oferta hotelera, sobre todo la de lujo, tras años de hastío y aburrimiento. Así, y durante la pandemia, valientes y lujosas apuestas como el Four Seasons o el Mandarin Oriental Ritz han abierto sus puertas, amén de propiedades rejuvenecidas como el Rosewood Villa Magna o el mismísimo The Madrid Edition, la más reciente de cuantas han abierto en la capital. No están solas, Bless, Only You o el mismísimo Ocean Drive también son otras deliciosas opciones donde alojarse en Madrid, tal vez menos lujosas, pero igualmente carne de Instagram.
Una vez seleccionado el hotel, salimos a la calle con la más madrileña de las actitudes: sin saber cuándo volveremos, aunque para lograrlo lo primero sea calmar el hambre… y también la sed.
Probablemente no haya plato más emblemático que el bocata de calamares que sirven en cualquiera de los bares de la Plaza Mayor, pero como si algo abundan en Madrid son las novedades, una de las más recientes nos espera en Bombastic, con algunas de las mejores tapas de la gastronomía española servidas de forma cañera. Por nada del mundo hay que perderse sus arroces, sus croquetas y sobre todo su hamburguesa Bombastic.
Tarde
Construido por Antonio Palacios entre 1919 y 1026, el Círculo de Bellas Artes encierra uno de los secretos menos secretos de la ciudad: su azotea. Aquí se puede tomar algo y ser muy feliz, pero sobre todo lo que se debe es hacer la foto de rigor en la que aparecerá reflejada una de las mejores instantáneas de Madrid. La terraza está presidida por la estatua de bronce de Minerva, otro de los hotspot del lugar.
En tierra firme y en una de las zonas comerciales más actuales, las Salesas, la tienda conceptual Do Design ofrece objetos de diseño, moda y arte tan originales que merecen, al menos, una visita. Hay otras tiendas, muchas, bonitas y pequeñas, entre ellas Pez, Malababa o Le Marché aux Puces.
Noche
Acaba de llegar, pero por su popularidad parece como si llevara media vida dando de cenar mejor que bien a madrileños y visitantes, por eso es de recibo reservar mesa en Sillao, para disfrutar de lo mejor de las cocinas peruana y cantonesa donde se brinda con piscos y se come sin medida.
Uno de los mejores platos aquí es cualquiera que salga de su magistral dominio del wok. Los amantes de los dim sums también encontrarán en Sillao su particular nirvana gastronómico.
Beber, brindar y bailar es posible en lugares como Bar Cock, una reliquia madrileña decorada como un club de caballeros inglés. Aquí no hay nada cool, más bien todo lo contrario, pero sirven algunos de los mejores cócteles de la capital que han disfrutado desde el mismísimo Frank Sinatra hasta Pedro Almodóvar. Pura leyenda en activo desde 1921.
Día 2
Mañana
El nuevo placer madrileño se puede tomar en taza o en vaso para llevar, pero sea como fuere estamos hablando del café. En los últimos años han proliferado nuevos, y buenos, templos donde disfrutar de esta bebida y acompañarla por un bollo recién horneado.
La toma de decisión sobre dónde hacerlo se antoja ardua pero, ante la duda, la respuesta está en Santa Kafeína que, con un local minúsculo, reúne a un buen puñado de sibaritas del café que peregrinan hasta aquí cada mañana no sólo para recoger uno de los mejores cafés de Madrid, sino por, también, acompañarlo por su rico sandwich de pastrami y su banana bread casero que sirven caliente.
Con el estómago caliente y el corazón contento el rumbo nos lleva ahora hacia La Casa Encendida, uno de los más memorables proyectos de reutilización arquitectónica. Este espacio alberga exhibiciones, conciertos y charlas en un gran edificio neomudéjar de principios del siglo XX.
No muy lejos de aquí se encuentra el Mercado de San Fernando, que si bien una vez fue un espacio tradicional de puestos de compra, hoy es un animado centro moderno con numerosos espacios gastronómicos, desde tradicionales tapas hasta sushi.
Tarde
Es un cliché, pero ningún viaje a Madrid está completo sin una visita a algunos de los museos de arte más importantes de Europa.
Dos de ellos son los fundamentales: el Museo del Prado, con su extensa colección de obras de Goya, El Greco, Velázquez o Rubens y el Museo Reina Sofía, donde poder contemplar el basto y magnífico Guernica de Picasso, amén de otras muchas obras maestras.
Es raro que la palabra vermú no haya aparecido hasta ahora en esta guía, porque si hay algo que adoran los madrileños, y los españoles en general, es este acto sagrado que se toma a la hora del aperitivo pero que en realidad cualquier excusa es válida para disfrutarlo durante el día.
Antes de cenar, y en pleno barrio de Malasaña, el vermú mítico que sirven en La Ardosa se puede, y tal vez hasta se deba, acompañar también por un pincho de tortilla para darse cuenta de a lo que sabe Madrid. Eso sí, hay que dejar sitio para la cena, que llega justo tras presenciar la puesta de sol en uno de los mejores lugares donde hacerlo, el Templo de Debod, un edificio del antiguo Egipto ubicado al oeste de la plaza de España, junto al paseo del Pintor Rosales.
Noche
Bravas, torreznos, calamares, flamenquines y el tradicional matrimonio de anchoa y boquerón son algunos de los platos que sirven en Bareto, el lugar perfecto para homenajear Madrid y homenajearse a uno mismo a base de algunas de las mejores tapas de la gastronomía española. Podría definirse como el bar de toda la vida con una buena dosis de sofisticación.
Autodefinido como salón de tertulia, coctelería y aperitivos, Corazón es uno de los locales preferidos por los madrileños para terminar la noche, cualquier noche, en mitad de una estética pop y copas bien servidas en pleno centro de la capital.