España

Estas piscinas naturales son el lado menos conocido de España y las vas a amar

Entre aguas cristalinas y zonas naturales protegidas, estos sitios te harán vivir un verano diferente en España, lejos de las multitudes.

POR: Pamela Herrera

Aunque los destinos de playa españoles se encuentran entre los más visitados por los viajeros en verano, el país tiene otros rincones refrescantes que no se llenan (por suerte) de turistas.

Con más de 1,772 espacios naturales protegidos, en la nación ibérica se hallan también algunas de las aguas termales y pozas más bellas de Europa. Estos son algunos de ellos.

Alicante

Las Fuentes de Algar o Les Fonts d’Algar, en catalán, fueron declaradas como Zona Húmeda Protegida en 2002 gracias a un acuerdo del Gobierno Valenciano.

Alimentadas con el agua de las lluvias que caen de la Sierra de Bèrnia y El Ferrer (por cierto, también declarada en 2006 como Paisaje Protegido por Espacios Naturales Protegidos de la Comunitat Valenciana) hacia el río Algar.

Las Fuentes de Algar se encuentran en el poblado de Callosa de Ensarriá, a 15 km de Benidorm. Aquí es donde se forman manantiales, cascadas y tolls -pozas en valenciano- de agua helada y cristalina.

Algar, Alicante. Foto: Wikipedia

El agua fresca resulta un alivio perfecto para las altas temperaturas del verano. Consideradas como fuentes de salud, estas pozas además son accesibles por medio de una caminata muy disfrutable, de un kilómetro y medio, a orillas del río Algar.

En el camino, sólo queda admirar los cultivos de nísperos, el bosque de ribera con álamos, arbustos, sauces y el fascinante modelado de forma kárstica de la piedra caliza, producido a lo largo de miles de años por la erosión del agua.

Nota: puedes consultar las tarifas y las normas de entrada en el website oficial.

Valencia

Si buscas una piscina natural de poca altura, perfecta para que los niños también disfruten de una tarde de verano, debes visitar Bolbaite, en Valencia. Aquí se encuentra, según los viajeros y locales, la piscina natural más bonita de esta provincia española.

La piscina natural de Bolbaite nace del río Sellent, que atraviesa el municipio dividiéndolo en dos. Sus aguas son cristalinas y tienen una tonalidad esmeralda.

A orillas de la piscina de Bolbaite se encuentran merenderos con sillas y mesas, duchas y aseos, todo lo necesario para pasar un día perfecto.

Piscinas de Bolbaite, Valencia. Foto: Wild Swimming Holes

Las grutas que rodean a la piscina son ideales para practicar senderismo, si bien se trata de un recorrido con cierto grado de dificultad, por lo que vale la pena ir preparado, con celular cargado y GPS a mano.

Gracias a la popularidad que ha tenido esta piscina natural de Bolbaite, ahora la entrada está regulada, por lo que es necesario hacer reservación y comprar los tickets con anticipación mediante su página web.

Madrid

La segunda capital más grande de la Unión Europea, además de edificios emblemáticos, tiene rincones naturales para habitantes y visitantes. Las Presillas de Rascafría son un conjunto de piscinas naturales alimentadas por el río Lozoya.

Aquí, los jardines verdes, las tres pozas naturales y la vista panorámica con el Pico Peñalara de fondo crean un sitio idílico para nadar y pasar un día de verano alejado -pero no tanto- de la gran ciudad.

Las Presillas de Rascafría están ubicadas en el valle El Paular, al norte de Madrid. Cuentan con estacionamiento, mesas, senderos y jardines repletos de encinos, olmos y nogales de gran tamaño que ofrecen sombras para aquellos que deciden hacer un picnic, aunque vale aclarar que existen varias restricciones para preservar el lugar y una de ellas es la de no llevar mesas ni sillas.

Otras cosas que no están permitidas son asistir con animales de compañía, llevar frascos de vidrio y los juegos de pelota.

Las Presillas, Madrid. Foto: Minube

Está permitido nadar, aunque solamente en las piscinas adaptadas para uso recreativo. En las demás zonas por donde pasa el río, en cambio, debido a la corriente caudalosa, sólo se permiten actividades como el senderismo.

El acceso a Las Presillas es gratuito y no hay un aforo limitado, pero si quieres disfrutar del lugar sin muchas personas a tu alrededor puedes visitarlo durante las primeras semanas de julio y las últimas de septiembre.

 
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