Copenhague

¿Qué hacer en un invierno en Copenhague?

Aunque los meses fríos son menos populares en la capital danesa, hay varias ventajas al visitarla en temporada baja. Una guía para recorrerla abrigados.

POR: Liliana López Sorzano

Hay ciudades que son más atractivas en algunas estaciones. De Copenhague hablan maravillas de los veranos, pero, contrario a lo que la gente puede pensar, viajar en invierno tiene varios atributos. Para empezar, los precios de los hoteles se reducen drásticamente, las reservas en los restaurantes de alta cocina son más fáciles de conseguir durante esta época y se puede disfrutar de la cultura de los saunas y la tendencia en crecimiento de los circuitos de hidroterapia, entre otros. Además, esta estación es ideal para recorrer los acogedores cafés y panaderías, uno de los sellos que definen la ciudad, así como sus impresionantes museos.

Para comer

Es difícil encontrar otra ciudad en el mundo que haya tenido una drástica transformación en su escena culinaria como la que ha tenido Copenhague desde hace 15 años. El terreno de la alta cocina es uno que destaca dentro de la oferta europea empezando por Noma de René Redzepi, uno de los pioneros en haber cambiado la cocina nórdica y en haberla puesto en el mapa mundial. Otro de los más buscados es Alchemist del joven cocinero prodigio Rasmus Munk, quien ofrece una experiencia en el sentido literal de la palabra. No es un restaurante como cualquiera. La puerta de entrada del restaurante forjada en hierro se abre para acceder a un mundo que mezcla el arte, la tecnología, los sueños, las técnicas culinarias, los ingredientes sorprendentes y 50 impresiones (así les gusta llamar a todos los pasos) que no solo conjugan sabor sino concepto e historias. Todo esto sucede a lo largo de seis horas, cuatro espacios distintos con la mirada de sorpresa constante de los comensales. Además, quienes sean amante del vino, tienen un maridaje excepcional y especial con botellas icónicas y de añadas raras.

Jordnaer, a tan solo 15 minutos del centro de Copenhague, es como ir a un concierto de música clásica compuesta en el siglo XXI. También es el templo de los ingredientes excelsos y de lujo como el caviar, la trufa y las ostras porque su chef Eric Vildgaard repite el mantra de “solo lo mejor para nuestros comensales”. Esto se traduce en una experiencia de tres estrellas Michelin donde la comida es impecable, delicada, precisa y sabrosa mientras en la sala, su esposa Tina Kragh, maneja el servicio como un teatro donde todo funciona de manera coordinada y armónica.

Cerca de ahí se encuentra el restaurante The Samuel de una estrella Michelin, albergado en una entrañable y antigua casa del siglo XVII que fue recientemente restaurada en su interior. El chef Jonathan Bernsten ofrece una cocina que no escatima en la calidad del producto, elegante, sutil y estética. Su formación como sommelier al lado de su socio Rasmus quien es el director de vinos ponen especial enfásis en la cava la cual tiene una de las colecciones más grandes de Europa de champaña vintage Dom Pérignon.

Siguiendo dentro de la línea de la alta cocina, otro de los recomendados es Kadeau de un joven equipo multicultural dirigido por el chef Nicolai Norregaard, quien honra los ingredientes de la isla de Bornholm, su lugar de origen. Su cocina responde a los ritmos de las estaciones y en invierno hacen un menú que llaman “Preservación” en el que usan todas las técnicas posibles para transformar y preservar el producto de verano y de otoño: curados, ahumados, encurtidos, fermentados, entre otros. Toda la creatividad de sus platos se disfruta en medio de un espacio íntimo y acogedor con un servicio amable y cercano.

Pero no todo es alta cocina, el nuevo local de moda de la ciudad se llama Bar Vitrine, ubicado en una esquina en pleno centro de la ciudad. En este bar de vinos naturales y de baja intervención, la chef Dhriti Arora sirve una carta concreta de platos indios. El ambiente es animado y divertido, gracias un playlist que incluye jazz y música de los 70, y los ventanales de piso a techo ideales para ver a la gente pasar.  

En la misma linea de locales que celebran culinarias foráneas, se encuentra Juju del chef Kristian Baumann. Un entretenido bistró de comida coreana contemporánea en donde se puede pedir a la carta o un menú de los favoritos del restaurante. La elección de vinos se centran en los naturales y de mínima intervención.

La panadería

Son famosos los rollos de cardamomo de la ciudad pero lo son también todo lo que tiene que ver con bollería y pan de masa madre. París tiene una segunda sucursal y se llama Copenhague. La calidad es muy alta y cada local va elevando la barra. Hart Bageri, Juno the bakery, Lille Bakery, Mirabelle, Andersen & Maillard son algunas que merecen ser visitadas.

El arte y los museos

Aunque el Louisiana Art Museum de arte moderno y contemporáneo queda al norte de Copenhague, a unos 40 minutos en tren, vale toda la pena el recorrido porque conjuga de manera muy especial arquitectura, arte y naturaleza. El museo se abre generosamente hacia el mar del Øresund y lo primero que se antoja es recorrerlo en el exterior donde se encuentran esculturas de Calder, Miró y Henry Moore, entre otros. Entre sus colecciones permanentes, imperdible la sala del artista suizo Alberto Giacometti, la instalación de Yayoi Kusama, “Luces brillantes de las almas”, y la sala dedicada al danés Asger Jorn. Hay que tomarse como mínimo dos horas porque es extenso.

Sin ir muy lejos, también en la parte norte de la ciudad, otra joya museística necesita destacarse. El Museo Ordrupgaard se ubica en la antigua casa de la pareja de coleccionistas Wilhelm y Henny Hansen quienes donaron al estado danés toda su colección que empezó con arte danés, pero fueron muy reconocidos por la de impresionismo francés, una de las más grandes del norte de Europa. Solo por su colección permanente ya valió el viaje, y así descubrir la obra enigmática del artista danés Vilhelm Hammershoi, el parque con esculturas contemporáneas e interactivas de artistas como Olafur Eliasson, Tomas Saraceno o Jeppe Hein. La reconocida arquitecta Zaha Hadid construyó una ampliación del museo en hormigón y vidrio donde se ubica la cafetería. Cabe mencionar que durante los fines de semana es posible visitar la casa de Finn Juhl, uno de los diseñadores daneses más conocidos del siglo XX. La casa fue mantenida tal cual como la dejó después de su muerte  con arte, objetos de colección y, por supuesto, sus más célebres diseños como las sillas Chieftain, “hueso” y el sofá “Poeta”.

Entre los otros museos que no hay que dejar de visitar, hay que anotar en la libreta el Designmuseum de Dinamarca, NY Carlsberg Glyptotek y Thorvaldsens.

Dónde dormir

Una de las imágenes más instagrameables de Copenhague puede pertenecer a la alberca al aire libre de Villa Copenhagen, un hotel que combina sostenibilidad y diseño contemporáneo. El edificio que lo alberga fue originalmente una oficina de correos del siglo XIX, cuidadosamente restaurada para conservar su aire original, pero con un toque contemporáneo. Además de estar ubicado estratégicamente al frente de la estación de tren central de la ciudad, cabe destacar su maravilloso desayuno buffet. El hotel es dueño de Rug, un café panadería al que se puede acceder por la parte exterior del hotel. Toda la bollería y el pan de masa madre viene de ahí. Croissants, rollos de cardamomo, panes de chocolate, focaccias, pastelitos, todo sale recién horneado y es un lujo que tal calidad se encuentre en un hotel que cuenta con 390 habitaciones.

El lobby que está dispuesto también como un lounge cuenta con obras de Jaume Plensa y tiene un DJ los fines de semana, lo que hace que más allá de ser un vestíbulo de hotel sea realmente un punto de encuentro.

Para una experiencia distinta, el Kurhotel Skodsborg, a 20 minutos en tren hacia el norte de la ciudad, ofrece un espacio de calma frente al mar. Ubicado en una villa del siglo XIX, el hotel ha sabido mantener el equilibrio entre lo tradicional y lo moderno, con una arquitectura que respeta su historia. El spa es muy conocido por la oferta de tratamientos y por su gran circuito de hidroterapia entre camas de infrarrojo, duchas con lluvias de olores y sonidos, distintos tipos de sauna, jacuzzi, albercas con distintos tipos de burbujas y temperaturas, baños turcos, entre otros.

Eventos de temporada

Desde principios de febrero y hasta finales de mes, alrededor de los canales de la ciudad se celebra el Festival de Luz de Copenhague, un evento anual al aire libre  que llena la ciudad de instalaciones, proyecciones y exhibiciones artísticas de luz, todas gratuitas. Una de las ideas para verlo es embarcarse en un bote nocturno en Nyhavn. Por otra parte, el festival de Jazz de Invierno que tiene las mismas fechas se expande desde grandes escenarios para conciertos hasta acogedores cafés o bares de vino.

 
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