El sensacional Museo del Oro en Bogotá (y por qué hay que verlo una vez en la vida)

Ubicado en Bogotá, el Museo del Oro es uno de los recintos culturales más importantes del país sudamericano. En sus 80 años de historia sus salas se han ganado el reconocimiento de albergar la colección de orfebrería precolombina más grande del mundo: suma alrededor de 60 mil piezas, de las cuales 34 mil están hechas de oro y aleaciones de cobre, y otras 25 mil son de materiales como cerámica, piedra y hueso.

El valor de estas piezas radica no sólo en los materiales preciosos con los que están hechas, sino en la destreza técnica que pusieron en ellas las culturas orfebres. Además, cada obra expuesta aquí es única ya que eran hechas con un molde de cera cubierto de un capa de cerámica que, una vez que se usaba, era destruido.

A continuación les presentamos las diez obras imperdibles durante una visita al museo.

Poporo Quimbaya

Los poporos son recipientes que los indígenas utilizaban para almacenar la cal que usaban cuando masticaban hojas de coca. En 1939, el Banco de la República de Colombia adquirió este artefacto que terminó por convertirse en un símbolo del país y aparecer incluso en monedas nacionales.

Máscara con decoración facial

Esta máscara nos da una idea clara de la fisionomía que caracterizaba a las culturas precolombinas en esta región de Sudamérica. Personas con nariz y  orejas prominentes.

Balsa Muisca

Esta es una de las piezas más famosas del museo. En ella se representa un importante ritual en el que los caciques saltaban al agua en atuendos de oro para pedir a los dioses una buena cosecha. La balsa que se encuentra en el museo es similar a una que se halló durante una expedición al fondo de la laguna de Guatavita en busca de El Dorado y que se perdió en un incendio en el puerto de Bremen.

Pectoral en forma de Hombre-Jaguar

El jaguar era un animal importante para las antiguas culturas; representaba el poder del sol, el oro, el fuego y el trueno. Por esta razón, los sacerdotes eran los únicos con la autoridad suficiente de convertirse en verdaderos hombres felinos, algo que lograban por medio de indumentaria hecha de oro; de máscaras, uñas, pectorales e incluso pieles.

Hombre Murciélago

Para estas culturas precolombinas cada animal tenía su propia cosmología. El ser humano podía acceder a esta visión del mundo al alterar su cuerpo para que se pareciera a una de las tantas especies de la fauna, por esta razón eran comunes los términos como el hombre-delfín o el hombre-jaguar. Esta pieza, por ejemplo, es la representación de un hombre-murciélago.

Caracol

A la entrada del museo se encuentra un singular objeto, se trata de una  pieza de oro que se realizó al cubrir una concha de mar con este metal precioso. Así, esta obra representa la estrecha relación que las culturas de Cali tenían con la naturaleza.

Casco

Los antiguos orfebres de este país son famosos por su destreza a la hora de manipular el oro para crear asombrosos artefactos. Una de las técnicas que más dominaban era la del martillazo, la cual fue utilizada para crear este casco. Más que un medio de protección, esta pieza era ornamental ya que su color dorado aludía al poder del sol. 

Sala de la ofrenda

Esta pieza es una representación de antiguas ofrendas en las que los indígenas aventaban objetos a lagos para obtener el favor de los dioses. Hay que destacar que la sala en donde se exhiben está acompañada de cantos  hechos por los sacerdotes kogui que aún habitan en la Sierra de Santa Marta en Colombia, y para quienes los objetos del lugar son sagrados por pertenecer a sus ancestros y representar al cosmos.

Corona

Los indígenas solían utilizar el oro en sus atuendos ya fuera con pectorales, narigueras o aretes. Estos objetos daban el estatus de las personas como en el caso de los caciques. Por ejemplo, los quimbayas adornaban las coronas con las luces solares para aludir al poder que el astro había otorgado a la personas.

Máscara de Calima

Las máscaras tenían una función muy importante en los rituales funerarios de los indígenas de Colombia. Estos objetos eran usados como medio de conexión que ayudaba a los difuntos a dejar el mundo terrenal y llegar al más allá.

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