Por los muros de Matadero ya no rebotan los angustiantes balidos de corderos momentos antes de morir, desde hace un par de años el lugar se convirtió en un centro cultural que rescata todo tipo de arte, desde música y teatro hasta diseño y audiovisuales.
De ese antiguo rastro se conserva la estructura, edificada en ladrillos que hoy lucen un poco rasgados, y aún se ven los mosaicos que indican la ubicación de las bodegas donde se degollaban cerdos.
Justo donde se llevaban a cabo las peores matanzas de bovinos están ahora las Naves del Español, un complejo de dos teatros —gestionados por el Teatro Español—, cuyo terreno incluye una cafetería.
En la bóveda de enfrente, donde antes era la cámara de refrigeración, ahora está Abierto x Obras, un área especial para intervenciones artísticas. Desde ahora y hasta el 7 de enero encuentras Agostamiento, propuesta del colectivo Basurama que intenta transportar al visitante a las afueras de Madrid, donde no ha llegado la urbanización y los pobladores se dedican al cultivo de girasoles.
Matadero también tiene una Cineteca, enfocada en producciones nacionales, tan sólo estos meses se proyectan Los sonidos de la soledad, de Cristina Ortega (España 2015); Cervantes, la búsqueda, de Javier Balaguer (España 2016)—, y Dead show ahead, de Mauro Herce (España 2015).
Las actividades culturales de Matadero incluyen las áreas conocidas como Central de Diseño, Factoría Cultural (donde imparten talleres), y la Casa del Lector
Consulta la programación completa en mataderomadrid.org.
Por Esther González Jacques.