El hotel Peninsula de Beverly Hills inauguró The Terrace
Un jardín mediterráneo dentro del célebre restaurante Belvedere.
POR: Redacción Travesías
No hay ruido. De pronto, todos los sonidos típicos de un fin de semana en Beverly Hills —los autos, la gente— parecen haberse esfumado. The Belvedere, el restaurante del hotel Peninsula, siempre ha sido considerado por quienes lo frecuentan —y entre quienes se encuentran, claro, decenas de celebridades de Hollywood—, un oasis de paz.
En el marco del 25 aniversario del hotel, su restaurante ha sido completamente renovado, desde el espacio comedor, hasta la cocina y el menú. De la remodelación, además de los nuevos platillos, destaca la adición de un espacio sólo al atravesar las elegantes ventanas francesas: The Terrace, como su nombre indica, una terraza que es un jardín interior que pueden disfrutar sólo los comensales del Belvedere.
Rob Roche, director de mercadotecnia, comenta sobre este oasis dentro de otro abierto a finales de abril: “El objetivo era crear un espacio que recordara al campo mediterráneo. Hemos traído todas las plantas, árboles y flores que pudimos para dar esta sensación. Ahora todo es muy nuevo y pequeño, pero ya crecerá. Especialmente en la parte exterior del restaurante, el mobiliario y el ambiente consiguen la sensación que buscábamos. Y la comida también tiene ese acento”.
Roche sonríe cuando habla la comida y no es para menos. Todos los platos están hechos con ingredientes de primera calidad cuyos sabores, debido al cambio de enfoque en el menú, ahora pueden disfrutarse con mayor intensidad. “El chef David Codney ha estado en el Peninsula desde hace varios años. Estuvo muy involucrado en la remodelación de la terraza y del restaurante, así como de la cocina que también fue renovada por completo. Y creó un menú nuevo, totalmente diferente al que acostumbrábamos. Le gusta que todo esté fresco, del mar o de la granja a la mesa, usando productos locales, todo aquí es de California”.
En efecto, el menú tiene aires mediterráneos. Y los sabores son puros y frescos. Sergio, el mesero originario de Oaxaca que nos atiende durante la conversación, me sugiere iniciar la comida con una crema de maíz. Hago caso y, en verdad, el sabor es sorprendente. De cremosidad equilibrada y con una dulzura que no empalaga, es una gran opción para abrir el apetito.
Lo que hay después es un desfile de platos de los cuales es difícil discernir un favorito: el salmón en conserva con eneldo preparado en casa, funciona como una entrada perfecta, al igual que el orecchiette con pato confitado. Después, los platos fuertes: el pollo Mary asado con limón en conserva, romero y ajo y los filetitos de robalo, fresquísimos y preparados de la manera más sencilla, acompañados por espárragos y mantequilla de limón. Como guarnición extra, coliflor y tomates al horno con tomillo.
Justo después de la llegada de los últimos platos, aparece el chef David Codney, quien reafirma su interés sobre los productos locales y frescos. Luego me pregunta ¿de dónde eres? Y la respuesta resulta en un recorrido sobre los sabores de los chiles mexicanos: “¡Amo la comida de México! Esa fabulosa la mezcla cultural que tienen. He estado unas 20 veces allá. Oaxaca es maravilloso. Me han dado a probar picantes increíbles. Hubo uno que casi me mata una vez, pero me encantan”.
Para quien consiga llegar al postre, hay más sorpresas. Un delicioso pastel de chocolate acompañado de helado de plátano que parece un jardín encantado, una maravillosa panna cotta sabor limón ideal para los días soleados y un curioso postre perfecto para quienes no buscan un sabor demasiado dulce, que consta de queso de cabra con un toque de compota, sorbette, uvas y crema de avellana, acaso el postre más interesante y arriesgado del menú.
Una experiencia como la narrada puede disfrutarse un sábado al mediodía, pero Rob Roche –quien lleva al menos seis años trabajando en el Peninsula– recomienda visitar el lugar durante la noche: “Para mí el mejor momento para disfrutar esta terraza es durante o después de la cena, acompañado de un coctel cerca de la chimenea para tener un momento de relajación. Algunos huéspedes van a ese rincón a tomar un café para dar por terminada la noche. Es un lugar para estar cómodo y olvidarse de todo”.
The Terrace en The Belvedere
Todos los días de 6:30 a 22:30 h. Para entrar no es necesario ser huésped del hotel.
Hotel Peninsula Beverly Hills, 9882 South Santa Monica Boulevard.