Durante décadas, las ciudades –en especial aquellas que han sido fundadas desde épocas muy antiguas– se han erigido a partir de mitos y ritos. Los mitos con el paso del tiempo y las creencias ortodoxas toman forma de leyendas; historias sobre maldiciones, espectros, apariciones fantasmagóricas, hechizados y poseídos que han tenido especial relevancia precisamente en aquellos lugares cuya antigüedad ha permitido reunir la presencia de cientos de murmullos fantasmas de todas las épocas.
En estos sitios se han relatado apariciones estremecedoras, ruidos ensordecedores, posesiones y extrañas presencias que rayan entre la anormalidad y la fascinación de sus narradores por lo paranormal. A continuación te mostramos 7 de ellos:
Bosque Aokigahara (Japón)
También conocido como Kuroi Jukai, el “mar negro de árboles”, este bosque ubicado a las faldas del Monte Fuji (curiosamente uno de los sitios más sagrados del mundo) ha presenciado cientos de suicidios a lo largo de su historia. Se dice que antes de convertirse en el segundo bosque con más suicidios en el mundo –y por ende donde se han visto deambular fantasmas–, el lugar ya estaba hechizado por seres pertenecientes a la mitología japonesa. Inclusive existen poemas con más de mil años de antigüedad que aluden a su carácter maldito.
Boleskine House (Escocia)
Uno de los sitios más místicos del mundo donde, se dice, el polémico ocultista Aleister Crowley realizó varios contactos con “los señores de la oscuridad” y abrió un supuesto portal al inframundo. Ubicada a un costado del Lago Ness, en Reino Unido, la mansión fue elegida por guía de su Santo Ángel de la Guarda en 1899. En ella se laboraron cientos de rituales influenciados por el Libro de la Magia Sagrada de Abramelín el Mago y cuya oscuridad superó las expectativas del mismo Crowley. Trabajadores como su ama de llaves describieron los actos paranormales que llevaban a personas que pisaban la casa a enloquecer. Tiempo después, el músico Jimmy Page adquirió la residencia advirtiendo también la gran potencia de energía que se percibía. Hace no mucho la casa se incendió por causas inexplicables. Sin embargo, habitantes aledaños siguen afirmando la presencia oscura y cataclísmica de la zona.
(Unsplash / Nathan Anderson)
La isla de las muñecas (México)
Una de las pequeñas hectáreas de tierra que pueblan a los canales de Xochimilco, en la Ciudad de México, es ésta, una isla repleta de muñecas y peluches colgados, deteriorados por la humedad, la suciedad y el tiempo; alrededor de 3,500 muñecos figuran en esta isla, considerada como embrujada. Si el sitio es ya de por sí lúgubre, sus leyendas lo hacen más surrealista. Los muñecos fueron puestos por su dueño Julián Santana, agricultor y limpiador de los canales de la zona, que en aquel tiempo aseguraba que estos juguetes ahuyentaban a los malos espíritus de su hogar. Pero el mismo dueño comenzó a percibir que estas figuras con cara comenzaban a generar vida propia. Las oía llorar o reír en sus pensamientos y comenzó a fecundar aquella leyenda de que los espíritus de las personas que morían ahogadas entraban en sus muñecas. Muchos vecinos afirman que la nieta misma de Julián había muerto ahogada en los canales y que frecuentemente se le ve en este islote.
(Foto: Wa17gs)
La isla Poveglia (Italia)
Ubicada en Italia, muy cerca de Venecia, es conocida como la isla de los muertos pues fue en este lugar, en el siglo XIV, donde miles de personas murieron por el virus de la Peste. En aquella época el gobierno de Italia decidió enviar a todos los infectados a esta isla, de manera que cadáveres y moribundos eran difícil de distinguir. Se cuenta que eran tantos los cadáveres (unos 160,000 cuerpos de hombres, mujeres y niños) que el suelo de la isla comenzó a formar una capa de ceniza de consistencia espesa. Más tarde, en este lugar se concretó un hospital psiquiátrico donde los pacientes afirmaban ver apariciones de cadáveres y fantasmas que murieron a causa de la plaga. Se sabe que uno de los médicos encargados practicó terapias poco honestas en sus pacientes. De hecho se dice que experimentaba con ellos a través de la tortura para lograr un triunfo en la historia de la medicina. Poco después se mencionó que el hombre se volvió loco y que también comenzó a ver inesperadamente los cadáveres. Actualmente está isla está deshabitada e inaccesible al público.
La Casa de Madame Lalaurie (EUA)
Delphine Lalaurie es conocida por haber torturado y asesinado a más esclavos negros en la historia de Nueva Orleans, EEUU. Nacida en el seno de una familia acaudalada, Madame Lalaurie, como se le conocía, llegó a la ciudad para habitar en una mansión sobre de las calles más famosas, la Calle Royale. Ahí, una serie de asesinatos dolorosos se llevaban a cabo, todos liderados por esclavos negros; desde desmembramientos, párpados cocidos, dedos sin uñas, operaciones de cambio de sexo que habían terminado en críticas infecciones y esclavos enjaulados que esperaban por su turno. Madame Lalaurie fue la embajadora de esta atrocidad, tuviendo que huir a París al ser descubierta. Tiempo después la mansión fue utilizada como refugio para vagabundos, quienes afirmaron haber escuchado gritos y lamentos ensordecedores por toda la casa. Se dice que aún se puede encontrar la silueta de una mujer sombría y perversa deambulando la casa.
(Foto: Flickr/Reading Tom)
Penitenciaría Eastern State (EUA)
Además de los hospitales, las prisiones son sitios especialmente propensos a las leyendas de espantos. En Filadelfia, la Penitenciaría Eastern State es la más conocida. Construida en 1829, fue la primer prisión del mundo y como tal utilizaba métodos de organización bastante radicales; se les cubría la cabeza con una capucha negra a los prisioneros cuando salían de sus celdas para no establecer contacto con sus vecinos presos y sus muros eran extremadamente altos para que fuese imposible la comunicación. En resumen, a los presos se les dictaba la penitencia de la soledad. Los castigos para quien intentase escapar o romper las reglas de comunicación eran igualmente inexorables, como por ejemplo el “baño de agua”, que consistía en bañar al prisionero con agua helada y pasar toda una noche colgado en la pared. Otra de las medidas más célebres era encadenar al prisionerio del cuello y muñecas y engraparle la lengua. Un solo movimiento y el condenado podía arrancarse la lengua. No se sabe con certeza cuántos fueron los que murieron aquí pero sin duda hoy –y a pesar de fungir como museo– aún pueden escucharse ecos de quienes dieron vida al sufrimiento en cada una de sus celdas.
(Foto: Thesab / Wikimedia Commons)
Castillo de Edimburgo (Escocia)
Uno de los sitios encantados del mundo y ciertamente de los más hermosos. Ubicado en Edimburgo, Escocia, sobre una gran roca volcánica, fue construido a principios del siglo XII. El espíritu de Lone Piper o el gaitero solitario ronda sus pasillos, acompañado de los espíritus de presos que fueron olvidados en sus entrañas. Se cuenta también que en 1650 apareció el cadáver de un niño sin cabeza, mismo que más tarde se le vio deambular cuando el castillo iba a ser atacado. Las lúgubres historias continúan y entre los siglos XVI y XVIII, la explanada del castillo fue la sede primordial de la quema de 200 personas acusadas de hechicería. De hecho, se sabe que Edimburgo fue la ciudad escocesa con más asesinatos por brujería en la historia.
(Wikimedia Commons)