Con un tamaño manejable, buenas conexiones y mucho espacio para perder el tiempo, es fácil entender por qué su vecino madrileño le tiene tanto miedo.
Tamaño perfecto
Hay algo que a todo el mundo le gustará de este aeropuerto: su tamaño. Sería casi imposible perder una conexión aquí, pero hay suficientes cosas para hacer durante unas cuatro horas de espera. El punto medio ideal.
El tip
Para quienes vuelan fuera de Europa, no hay que salir del área Shengen hasta que sea hora de abordar. Una vez que se cruza el control de pasaportes no hay nada que hacer, quedarse del otro lado hace toda la diferencia.
Al aire libre
El Prat es uno de esos poquísimos aeropuertos que permite a los viajeros respirar aire puro antes de subirse al avión. Junto al área de comida rápida hay un gran patio —favorito de fumadores— lo suficientemente amplio como para caminar un rato y llenarse los pulmones de aire antes de abordar.
A la ciudad
Otra ventaja de BCN es que la distancia entre el centro y el aeropuerto es relativamente corta. Con tráfico normal, un taxi tarda unos 20 minutos en llegar al centro y cobra unos 30 euros. También hay opciones de tren de cercanías y autobús. Los espacios del El Prat son amplios, llenos de tiendas, bien señalizados. La obra estuvo a cargo del arquitecto Ricardo Bofill. El Aerobús conecta con el centro en 35 minutos y por 5,90 euros. Más información sobre el aeropuerto aquí.
Conexiones
171
Pistas
3
Pasajeros
35 millones. Ocupa el puesto 35 a nivel mundial por tráfico de pasajeros
WiFi
15 minutos gratis
Vuelos
Por el momento no existe la ruta directa entre mex-bcn. Existen vuelos de temporada que cubren la ruta cun-bcn. La opción más sencilla es volar a Madrid y hacer conexión. Se trata de uno de los puentes aéreos con mayor frecuencia.
Herencia del 92:
El aeropuerto de Barcelona desde 2011, El Prat, le debe su look al arquitecto catalán Ricardo Bofill Levi, también responsable de otras obras icónicas de la ciudad, como el Hotel W, que muchos conocen como La Vela. Con una clara influencia de arquitectura internacional, es difícil encontrarle la personalidad al edificio cuyo rasgo más notable es sin duda la torre de control. Esta remodelación se llevó a cabo como parte de los Juegos Olímpicos de 1992.