Nuevo look: Centurion Lounge

Ya hace 20 años que las salas Centurion Lounge son uno de los espacios favoritos (y más apreciados) por los tarjetahabientes American Express: el lugar donde todos queremos refugiarnos para pasar el tiempo antes de subir al avión.

The Centurion Lounge abrió sus puertas en la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en 1993, entonces se convirtió en la primera sala vip de la marca en todo el mundo.

Hoy, Estados Unidos, Argentina, Brasil, India y Australia presumen también de espacios como éste, y sólo en México hay un total de seis salas que reciben alrededor de 800 mil viajeros al año.

Para celebrar este legado, American Express ha decidido renovar la sala Centurion Lounge de la Ciudad de México, ofreciendo una nueva imagen y amenidades que los tarjetahabientes pueden disfrutar para sentirse como en casa antes de tomar un vuelo. Estos beneficios incluyen un menú gourmet desarrollado por el chef Enrique Olvera (basado en ingredientes frescos, orgánicos y con procesos artesanales que celebran la gastronomía mexicana), una carta de vinos seleccionada por la reconocida sommelier Sandra Fernández, zona de relajación semiprivada estilo lounge, pantallas de vuelos, centros de entretenimiento HD y una sala exclusiva para niños.

Los tarjetahabientes Centurion también disfrutan de una cava de vinos con festivales por temporada y un carrito de cocteles de ginebra y mezcal.

Además, The Centurion Lounge está ambientada con la colorida exposición “Latidos de México” del fotógrafo argentino Ariel Carlomagno, que se exhibió en distintas galerías de la Ciudad de México hace algunos años.

Espera relajante:

The Centurion Lounge también cuenta con spa, estética y acceso a regaderas con previa reservación a través del servicio Concierge de American Express. Estos beneficios son cortesía para los tarjetahabientes Centurion e incluyen los mejores tratamientos de bienestar sin la necesidad de salir de la sala.

¿A quién no le gustaría llegar al avión después de haber recibido un masaje antiestrés, un baño de vapor o una sesión de belleza?