Sheung Wan: entre la historia y el futuro de Hong Kong

Este fue el lugar donde los británicos izaron su bandera cuando llegaron a Hong Kong, pero ahora se ha convertido en un barrio de moda que mantiene algo de su esencia.

28 Mar 2025

En lo que se conoce como Possession Point, en el barrio de Sheung Wan, uno de los primeros asentamientos chinos en la isla de Hong Kong, el 25 de enero de 1841 la marina británica izó su bandera y Hong Kong se convirtió en su colonia. Desde hace algún tiempo, este barrio primigenio se ha vuelto un lugar donde cohabitan puestos de mariscos secos, galerías de arte, anticuarios y cafeterías que admiten mascotas.

Hong Kong es una ciudad y también una región que no deja de cambiar y transformarse: pueblo pesquero chino, colonia británica y, en la actualidad, un territorio de soberanía china bajo la fórmula de “un país, dos sistemas”, denominado como región especial administrativa. Una cuña de tierra que incluye las Islas Exteriores, los Nuevos Territorios, la península de Kowloon y la isla de Hong Kong. Un enclave estratégico en el delta del río de las Perlas, en la provincia de Cantón, que conectó y conecta el comercio entre China y Occidente. Un lugar en el que sus habitantes buscan su propia identidad a contrarreloj, con 7.5 millones de personas que viven en 1,110 kilómetros cuadrados, es decir, casi 7,000 personas por kilómetro cuadrado. Su densidad de población es de las más altas del mundo. En las Islas Feroe, que tienen una superficie similar, su población no llega a los 50,000 habitantes y su densidad es de 37 personas por kilómetro cuadrado; 37 personas son las que suelen hacer fila en la puerta de un restaurante hongkonés a la hora de la comida fuera del trabajo.

Las mencionadas cuatro partes que conforman Hong Kong están comunicadas entre sí por puentes y túneles, obras de ingeniería sobre y bajo el agua que cruzan y recorren vehículos privados, junto con la red de transporte público. En Hong Kong hay autobuses de dos pisos, miniautobuses con capacidad para 16 personas que, una vez llenos, no paran hasta que se queda una plaza libre; un metro en el que algunas de sus estaciones son complejos comerciales con varias salidas al exterior; una flota de ferries y unos estrechos tranvías de dos pisos que sólo circulan por la isla de Hong Kong, conocidos popularmente como ding ding, por el sonido de advertencia que hacen a su paso y que es uno de los más característicos de la isla. Todos estos medios de transporte, el pasajero puede utilizarlos haciendo uso de la Octopus Card, una tarjeta monedero con la que también se puede pagar en muchos negocios adscritos a la misma.

Desde la zona de Tsim Sha Tsui, en el extremo sur de la península de Kowloon, se ven los rascacielos ocupados por bancos y aseguradoras internacionales que se alzan en el distrito financiero conocido como Central, en la montañosa y verde isla de Hong Kong, la versión oriental de la hoguera de las vanidades. Rascacielos armónicos y acogedores física y espiritualmente para quienes trabajan dentro de los mismos, al estar construidos siguiendo los parámetros del feng shui, ese arte o técnica que tiene como pilar un sistema filosófico de la antigua China, país del que también proviene Wong Kar-wai, en concreto de la ciudad de Shanghái. Este director de cine, en sus películas muestra a Hong Kong por medio de callejones oscuros, puestos de comida, tugurios, bares, habitaciones de hoteles, pensiones con las paredes forradas de papel pintado, así como redacciones de periódicos, imprentas y talleres textiles. Negocios que había en el barrio de Sheung Wan, también conocido como Tai Ping Shan, uno de los primeros asentamientos chinos y uno de los barrios más antiguos de la isla de Hong Kong. Un refugio cultural alternativo en un tranquilo entramado de calles y callejuelas en pendiente en el que ahora hay tiendas de ropa, cafés, galerías de arte, anticuarios, restaurantes y tiendas de mascotas. Sus difusos límites pueden ser, al norte, la terminal del ferry Hong Kong-Macao y la estación de metro Sheung Wan; al sur, Hollywood Road; al este, el distrito financiero Central, y, al oeste, Hollywood Road Park, un parque de estética china en el que antes estuvo el denominado Possession Point. A la calle aledaña, que por aquel entonces llegaba hasta la costa, la bautizaron con el nombre de Possession Street, que conserva hasta ahora.

Descifrar Hong Kong

La noche del 30 de junio de 1997, los hongkoneses sintieron la humedad típica del ambiente y un nuevo paso de página en su historia. Ese día, Hong Kong dejó de ser colonia británica, condición que tuvo que adoptar al perder China las guerras del opio contra los británicos en el siglo XIX, y dio inicio una transición con la que se integrará definitivamente a China en 2047. Hasta entonces, Hong Kong es una región administrativa especial en la que los hongkoneses viven preguntándose sobre el futuro, sobre cómo será la relación con China. En torno a este momento, y ambientada en Hong Kong, trata la película La caja china, de Wayne Wang, protagonizada por Gong Li y Jeremy Irons. Una historia triste de amor en la que sus protagonistas y el lugar en el que viven comienzan una cuenta atrás.

Cuando la isla de Hong Kong era colonia, los británicos y algunas de sus principales instituciones se asentaron en la parte alta de la isla, una manera gráfica de mostrar lo que era la realidad en aquel momento: los ingleses estaban por encima de los chinos. Algunas de aquellas instituciones que pusieron en pie los británicos para organizar la colonia se han convertido en centros de memoria y cultura abiertos a todo el mundo.

Uno de ellos es el complejo de la Comisaría Central de Policía, lo que hoy se conoce como Tai Kwun, su nueva denominación comercial. Se trata de un conjunto de edificios policiales y judiciales compuesto por la Comisaría Central de Policía, la Magistratura Central y la prisión de Victoria, en la que estuvo preso, entre otros, el vietnamita Ho Chi Minh. La otra institución reconvertida es el actual y patrimonial pmq (Police Married Quarters). En 1862 fue la primera escuela pública en Hong Kong que brindó educación occidental en primaria y secundaria. En el contexto de la Segunda Guerra Mundial, la escuela fue ocupada por las tropas japonesas, luego sufrió graves daños y, finalmente, fue demolida. Sobre aquellos escombros, en 1951 se construyó una residencia para las familias de los policías, entre los que había chinos que prestaban servicio en la cercana Comisaria Central de Policía (el mencionado Tai Kwun). En el año 2000, el edificio dejó de funcionar y desde hace pocos años es un centro creativo y de diseño, vinculado a su legado histórico. Entre Tai Kwun y PMQ sube y baja la reversible escalera mecánica cubierta al aire libre más larga del mundo: 800 metros que comunican Central, al pie de la montaña, a la altura de Queens Road Central, con Mid-Levels, en Conduit Road. Una escalera funcional para los residentes y curiosa para los visitantes, quienes la han convertido en una atracción turística. Wong Kar-wai la usó como un set en su película Chungking Express. Más desapercibidos pasan los rótulos de neón, de los que cada vez quedan menos. Desde hace no mucho tiempo están prohibidos y la mayoría se han quitado, ya que son peligrosos por sus grandes dimensiones y por estar colgados de las fachadas, además de que contaminan de manera lumínica. Sin los neones, los edificios están desnudos y Hong Kong se ha quedado a oscuras.

Nathan Road es la arteria principal de la península de Kowloon. En el pasado, esta calle y otras estaban iluminadas las 24 horas del día. No había negocio que no estuviera señalado por un neón colgado de la fachada de un edificio: casas de empeño, panaderías, saunas, restaurantes, casas de té, cafeterías, hoteles por horas o de amor, tiendas de medicina china y salones de mahjong, un popular juego de mesa de origen chino. Desde la década de los cincuenta, los rótulos de neón de Hong Kong han sido referencias visuales muy útiles para la orientación de las personas, así como herramientas de marketing para los negocios que los lucían y para quienes los fabricaban. Sin apenas neones, se está extinguiendo una industria y un saber. Quedan pocos maestros del neón, los denominados en cantonés (lengua que se habla en Hong Kong) si fu.

En el Museo de la Cultura Audiovisual Contemporánea, ubicado en los terrenos ganados al Puerto Victoria, en la península de Kowloon, se han recopilado dibujos de diseños de neón, así como algunos letreros muy conocidos, entre ellos una enorme vaca angus de un restaurante de carne. Además, desde el mismo museo se le pidió a la ciudadanía su colaboración y se pudo hacer un mapa con los neones que sobreviven en Hong Kong; neones que hablan de una época que se desvanece. Por la noche y hasta las 22:00, el M+ ilumina su fachada de 65 metros de alto y 110 de ancho, visible a casi dos kilómetros, mediante luces led, la fuente lumínica que por su bajo coste, eficiencia energética y fácil mantenimiento le ha disparado el tiro de gracia al neón.

La isla de Hong Kong

Isla que se encuentra al otro lado del Puerto Victoria, enfrente de la península de Kowloon, y a la que se puede llegar en ferry desde el muelle de Tsim Sha Tsui, en el extremo sur de dicha península, donde se concentran la Avenida de las Estrellas del cine hongkonés, una estatua de Bruce Lee, el Museo de Arte y el Centro Cultural de Hong Kong. Las embarcaciones verdes y blancas de la compañía Star Ferry llevan comunicando entre sí la península de Kowloon y la isla de Hong Kong desde 1898. En esta última hay dos muelles, Wan Chai y Central, puerta de entrada al barrio de Sheung Wan. Desde ambos, los pasajeros de los ferries tienen acceso a la ciudad por medio de pasarelas que discurren por encima de las carreteras y entre los edificios. Son un recurso urbano muy útil porque dan sombra, protegen de la lluvia y agilizan los desplazamientos a pie, como se desplazan muchas personas, mientras toman té o café, haciendo gala de una gran destreza para que no se les vierta el líquido encima de sus elegantes ropas.

Beber y comer en los medios de transporte público está prohibido. Los tranvías circulan muy cerca del mar, al pie de la montaña, mientras que los autobuses la atraviesan para ir a la cara sur de la isla. En la ladera de la colina se alzan los edificios de viviendas en los que reside la gente adinerada. La ascensión hasta The Peak, mirador desde donde hay una espectacular vista panorámica de Hong Kong, tiene tramos de una gran pendiente y durante la misma se puede ver cómo los edificios surgen entre la naturaleza como si fueran árboles. Hong Kong es una ciudad vertical, densa y verde. Muy verde y en la que también hay mucha agua, algo que se toma muy poco en cuenta en Lang Kwai Fong, una calle empinada repleta de bares y restaurantes en la que muy cerca brilla un rótulo de neón de la tienda G.O.D., realizado por el artista local Jive Lau. Además de este, en la isla de Hong Kong quedan rótulos de neón en Lockhart Street y Johnston Road, en la zona de Wan Chai.

Sheung Wan

Al barrio de Sheung Wan se puede llegar en metro, en ferry y en helicóptero. Donde hoy hay una estación de metro y un muelle con helipuerto antes había agua, sobre la que se construyó aprovechando los escombros y la tierra de las colinas cercanas después de que un gran incendio quemara cientos de casas de Sheung Wan en 1851. Después de aquel incendio vino la peste bubónica, con brotes casi anuales hasta la década de 1920 y con unas 20,000 víctimas mortales a causa de esta enfermedad, la cual es posible que tuviera su raíz en las ratas y pulgas que en su momento trajeron los barcos cargados de opio.

El encanto de Sheung Wan está en una mezcla de tradición y modernidad. Un barrio que en el pasado era conocido por sus tiendas de ataúdes y antigüedades asiáticas, mercados, pequeños restaurantes y templos. De aquello permanece poco, pero queda, como el Western Market, un edificio restaurado y de estilo eduardiano donde se venden artesanías y telas; el templo chino de Man Mo y su característico tejado de tejas verdes, y los puestos de mariscos secos en Dried Seafood Street y Tonic Food Street, establecimientos que se alternan con otros que se han instalado en los locales que quedaron vacíos al cerrar negocios históricos y tradicionales: galerías de arte contemporáneo, tiendas de ropa de jóvenes diseñadores hongkoneses y de segunda mano, restaurantes y minimalistas cafeterías, como Indigo Coffee, local que admite mascotas y que se encuentra en la pintoresca Tai Ping Shan Street, muy cerca de Hollywood Road Park, en la que también se encuentran la ecléctica librería Mount Zero, la galería de arte Artyze, donde se exhiben obras de artistas emergentes, y Sean Gallery, un espacio para los amantes de la cerámica en el que se exponen obras de artistas consagrados y emergentes, y se realizan talleres de cerámica. Este tipo de comercios atrae a muchos visitantes, del propio Hong Kong y de fuera.

Cada calle de Sheung Wan tiene algo que atrapa, seduce y engancha. Las hay más populares, como Upper Lascar Row, conocida como Cat Street y en la que se sucede una hilera de anticuarios entre los que se puede comprar muebles o figuras de jade, porcelana y cerámica. Paralelo a los mismos hay un mercado al aire libre formado por puestos que venden todo tipo de baratijas: recuerdos de la revolución cultural china, como despertadores con la figura de Mao Zedong, pósters de Bruce Lee, revistas, antigüedades de la dinastía Ming, material de escritorio para practicar caligrafía china, etc. Muy cerca de esta calle queda el Hong Kong Museum of Medical Sciences, en un edificio de arquitectura colonial eduardiana que se construyó en 1902 para albergar el Departamento de Patología de los hospitales gubernamentales y que después se convirtió en el museo actual.

Entre el templo de Man Mo y el PMQ se encuentra Shing Wong Street, una calle escalonada en la que los negocios usan los escalones de piedra como asientos. Su parte más baja desemboca en Gough Street, mientras que la más alta da a parar a Caine Road; muy cerca de la misma hay un edificio histórico colonial convertido en el Dr. Sun Yat-sen Museum, uno de los fundadores de la China moderna. Entre ambas, Shing Wong Street hace esquina con Wing Lee Street y en este cruce casi se tocan dos tiendas que rinden tributo al universo hongkonés creado por Wong Kar-wai. Revive the Faded Time, tienda en la que suenan los boleros latinos introducidos por bandas de músicos filipinos en los años sesenta que el cineasta ha convertido en la banda sonora de sus películas y en la que su tranquilo dependiente vende pósters, postales y todo tipo de objetos relacionados con sus películas. La otra tienda es Yanshangkee Qipao Rental, un taller en el que se confeccionan y alquilan qipaos, vestidos chinos estampados como los que de forma estilosa luce Li-zhen (Maggie Cheung) en Deseando amar.

La otra calle con la que se cruza es Hollywood Road. En esta calle comercial, los comerciantes vendían antigüedades y la frecuentaban los marineros. Hoy lo hacen grupos de turistas dispersos que se paran delante de los escaparates de las tiendas que les llaman la atención. Donde casi todo el mundo entra es en Good of Desire (G.O.D.), una tienda que vende un popurrí de cosas relacionadas con Hong Kong, desde piezas de decoración hasta ropa. Mientras se mira y se compra por Hollywood Road se pasa por el templo Man Mo, el centro de arte y diseño PMQ, la escalera mecánica que comunica Central con Mid-Levels y Tai Kwun.

El barrio de Sheung Wan es un lugar de paso agradable, como esas lagunas en las que descansan las aves migratorias de camino a un lugar más cálido.


Guía práctica para quien visita Hong Kong

  • Aduana

Hong Kong es un puerto libre, por lo que los pasajeros no deben abonar impuestos extra por las compras efectuadas.

  • Moneda

La moneda es el dólar de Hong Kong.

  • Corriente eléctrica

En Hong Kong se utilizan enchufes y tomas de corriente de tres clavijas. La tensión de red es de 220 V, con una frecuencia de 50 Hz.

  • Para estar siempre conectado

Compra una tarjeta eSIM e instálala en tu teléfono.

  • Cuaderno de viaje

Letras y cine: ve la filmografía de Wong Kar-wai. Para entender Hong Kong es recomendable leer La crónica, de Martín Caparrós, y Días de Hong Kong, de Xavier Moret. 

Tetra Neon Exchange es un grupo dedicado a la conservación de rótulos de neón en desuso y que organiza recorridos para ver algunos rótulos históricos que sobreviven en Hong Kong. Otro proyecto similar es Hong Kong Neon Heritage Group, que busca crear conciencia sobre su desaparición.