Explorar las profundidades buceando en la isla de Guadeloupe

El equipo de Under The Pole y Luiz Rocha nos guiaron en una expedición para descubrir las profundidades de las aguas alrededor de la isla de Guadeloupe.

20 Jun 2023
Nicolás Mollon, buzo de profundidad de Under The Pole, se acerca a un banco de peces. Foto: © Rolex/Franck Gazzola.

Nicolás Mollon, buzo de profundidad de Under The Pole, se acerca a un banco de peces. Foto: © Rolex/Franck Gazzola.

El azul turquesa que rodea la isla caribeña de Guadeloupe inunda el paisaje desde la ventana del avión.
Es imposible observar el mar a cientos de pies de altura y dimensionar la cantidad de organismos que habitan ese azul intenso. Después del aterrizaje cruzamos por una densa selva, parques naturales con cascadas y una de las carreteras más bonitas que he recorrido en mi vida, para finalmente instalarnos en el hotel y cerrar la noche con una cena de sabores caribeños acompañados de una Gwada (la cerveza local) bien fría.

Luiz Rocha y Under The Pole

El segundo día empezó con una introducción al equipo y el ecosistema que nos llevarían a explorar. Éste fue mi primer encuentro con Luiz Rocha, Emmanuelle y Ghislain Bardout, y su equipo de Under The Pole.

Luiz Rocha es un biólogo, pionero en la exploración de las profundidades de los océanos. Es también uno de los cinco Laureados de los Premios Rolex a la Iniciativa 2021, que reciben proyectos con el potencial de influir de manera positiva en el planeta. Durante su carrera ha pasado más de 6,000 horas bajo el agua, en las cuales ha realizado más de 70 expediciones por todo el mundo y ha descubierto alrededor de 30 nuevas especies de peces. 

El laureado Luiz Rocha, buzo profundo e ictiólogo de la Academia de Ciencias de California (izq.), Emmanuelle Perié-Bardout (centro) y Ghislain Bardout (der.), cofundadores de Under The Pole. Foto: © Rolex/Franck Gazzola.
El laureado Luiz Rocha, buzo profundo e ictiólogo de la Academia de Ciencias de California (izq.), Emmanuelle Perié-Bardout (centro) y Ghislain Bardout (der.), cofundadores de Under The Pole. Foto: © Rolex/Franck Gazzola.

El equipo de Under The Pole se integra por un grupo de buzos especializados que ha empujado los límites de la exploración con visitas a lugares como el Ártico y las islas Canarias para descubrir lo que habita las profundidades. Con el apoyo de Rolex Perpetual Planet Initiative, su programa DEEPLIFE pretende explorar y proteger los bosques animales, compuestos en su mayoría por esponjas y corales en las profundidades el océano. Ambos forman parte de la Iniciativa Perpetual Planet de Rolex y fue así como cruzaron sus caminos para explorar en conjunto las aguas de Guadeloupe, estudiar los arrecifes y entender cómo los bosques animales de la zona están cambiando.

“Nosotros tenemos la suerte de explorar estos ecosistemas que son parte de nuestro planeta. Es nuestra responsabilidad trabajar para protegerlos.”

Luiz Rocha

“Lo que hacemos es costoso. No solamente las exploraciones, sino la comunicación y la generación de conciencia sobre nuestro programa”, afirmó Ghislain Bardout. Aquí es cuando tener partners a largo plazo como Rolex resulta fundamental. Su apoyo a la expedición de DeepLife continuará hasta 2030. “La ciencia necesita tiempo y exploración, y más cuando hablamos del tipo de lugares con los que estamos trabajando. Necesitamos al menos una década para programas como el nuestro”, nos explicó.

Twilight Zone

“No podemos cuidar lo que no conocemos”, anotó Luiz al inicio de la charla. Inmediatamente se dispuso a explicarnos qué es el área mesofótica, conocida como twilight zone. Se refiere a los corales, las algas y el resto de los organismos que se encuentran en este ecosistema, donde la luz es muy escasa. Va de los 30 a los 200 metros de profundidad y es una de las zonas menos estudiadas del océano. Como consecuencia, y como lo dijo Luiz, pocas veces la protegen. Para salvaguardar la biodiversidad marina es esencial entender los ecosistemas, pero física y tecnológicamente esto resulta muy complicado. Luiz Rocha y el equipo de Under The Pole son de los pocos buzos con la capacidad para hacerlo. Y nosotros estábamos a un par de horas de conocer de cerca su modo de trabajo.

Luiz Rocha realiza su última revisión de seguridad antes de una inmersión al suroeste de Guadaloupe. Foto: © Rolex/Franck Gazzola
Luiz Rocha realiza su última revisión de seguridad antes de una inmersión al suroeste de Guadaloupe. Foto: © Rolex/Franck Gazzola

Al terminar nuestra “clase”, partimos hacia alta mar para conocer a otro de los miembros más importantes del equipo de Under The Pole: The WHY, una embarcación que no sólo funciona como el medio para surcar las aguas del Ártico y el Caribe, sino que es un laboratorio móvil, la bodega con todo lonecesario para esas exploraciones tan profundas, la cocina del equipo y, más que todo…, su casa.

The WHY

Entrar en The WHY se siente como si fuera el hogar de alguien. Un área de convivencia llena de fotos que no sólo documentan las expediciones, sino que fungen como recuerdos de mascotas y miembros de la familia. Hay también una cocina compartida, además de libros y objetos cotidianos. Todo está perfectamente acomodado entre microscopios, tubos de ensayo, aletas, reguladores, tanques de oxígeno y nitrógeno. Después de una minuciosa preparación, el equipo de Under The Pole y Luiz Rocha se subieron a la lancha de motor que los llevaría hacia la zona de inmersión.

El resto los seguimos en otra embarcación. A lo lejos parecía un grupo de superhéroes en camino a su siguiente misión. Y ahora que lo pienso, en retrospectiva, creo que no están lejos de serlo. Han dedicado su vida a salvaguardar el planeta para futuras generaciones. ¿Qué misión de vida podría ser más valiosa que ésa? “Ponemos mucha energía en lo que hacemos y quiero que esto sirva para algo”, reafirmó Emmanuelle. Y aunque ser buzo de profundidad no suena como un trabajo particularmente peligroso, la verdad es que sí presenta muchas complejidades. Necesita cuidado, precisión y mucha preparación.

No obstante, como me dijo Emmanuelle, “los grandes riesgos vienen con grandes recompensas”, y ellos claramente están dispuestos a correr esos riesgos. “Bajar tantos metros es complicado para el ser humano –explicó Ghislain–. Sólo unos cuantos de nosotros podemos hacerlo y es porque hemos dedicado nuestra vida a bucear. Pero no es fácil y se siente como si estuvieras en otro mundo. Es otro ecosistema, otra vida, hay otras especies. Nos hemos encontrado con animales que jamás han visto a humanos en su vida. En la Polinesia Francesa vi a tiburones que nunca habían visto a humanos. Y su comportamiento es completamente distinto al de los tiburones que nadan en la superficie. La percepción de muchas cosas cambia cuando estás allá abajo”.

The WHY, la goleta de Under The Pole, navegando por la costa de Guadeloupe. Foto: © Rolex/Franck Gazzola.
The WHY, la goleta de Under The Pole, navegando por la costa de Guadeloupe. Foto: © Rolex/Franck Gazzola.

Pasaron horas bajo el mar. Tomaron las muestras que necesitaban para estudiarlas, colocaron sus instrumentos de trabajo y subieron al barco con todo el material para analizarlo. Yo los acompañé no más de 30 minutos buceando. Pero entre el sol, el movimiento del barco y la emoción, para el final del día estaba agotada. Mientras tomaba un baño caliente en tierra firme, pensaba en lo difícil que debería ser para ellos tener que bañarse en un barco después de un día tan largo. Cuando llegamos a la cena, y mientras aún procesaba mis reflexiones de la ducha, le pregunté a Emmanuelle qué era lo más difícil de vivir en The WHY. Yo, por supuesto, esperaba una respuesta más relacionada con el confort, pero ella me sorprendió con un “bajarnos del barco”. Y es que queda muy claro que lo que ellos hacen día con día es una pasión más que un trabajo, que tiene poco que ver con el confort y todo con trascender gracias a esta investigación. Y no importa qué tanto suene como cliché, están trabajando para hacer un mundo mejor.

Cuidar las profundidades

“Los océanos profundos son mucho más diversos y bellos de lo que la gente cree –comentó Luiz, que está haciendo un gran trabajo para protegerlos, mientras cenábamos–. “No es un desierto de agua helada como todos lo imaginan. Es vibrante, está lleno de vida y es un tipo de vida que nadie jamás ha visto antes”. “Y debe de ser muy emocionante ser de los primeros en explorar eso”, le respondí. Después de hacer una pausa y reflexionar, me dijo con cara de preocupación: “Sí. Pero aun sin presencia humana ya hay restos de plásticos que llegan hasta allá. Me gustaría poder contagiar la emoción que generan ese tipo de inmersiones a los demás, porque entonces entenderían la importancia de preservar el medio ambiente. No entiendo cuando la gente me pregunta por qué es importante conservar los arrecifes de coral. No veo a nadie cuestionando el valor de La Mona Lisa. Y si se incendiara el Louvre, estoy seguro de que mucha gente correría a salvar las obras. Los arrecifes están en peligro de verdad. Y nadie está corriendo para salvarlos”.

Con el apoyo de la Iniciativa de Perpetual Planet de Rolex, Luiz y el equipo de Under The Pole están haciendo la parte más difícil del trabajo. Están ahí afuera, investigando y descubriendo la importancia de estos sitios. Pero si nosotros ya tenemos esa información a la mano y no hacemos nada por cuidar el planeta, el trabajo de ellos pierde todo el sentido. A los que estamos acá en tierra firme nos toca también hacer nuestra parte de superhéroes.

Erwan Marivint y Ghislain Bardout se sumergen cerca de Guadeloupe, bajo la supervisión de Emmanuelle Périé-Bardout (centro). Foto: © Rolex/Franck Gazzola.
Erwan Marivint y Ghislain Bardout se sumergen cerca de Guadeloupe, bajo la supervisión de Emmanuelle Périé-Bardout (centro). Foto: © Rolex/Franck Gazzola.

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