Así es bucear entre los 5,000 barcos hundidos alrededor de Nueva York
Esta comunidad de buzos ha encontrado en Nueva York un destino inesperado para practicar buceo, en medio de tesoros hundidos.
POR: Iker Jáuregui
Nueva York no es precisamente uno de los destinos más socorridos para practicar buceo. De hecho, puede que la mayoría de los buzos ni siquiera sepan que es posible sumergirse en sus costas, incluso muy cerca de Manhattan. Pero, en realidad hay todo un ecosistema y varios tesoros esperando a ser descubiertos en las profundidades de su costa. Un grupo de entusiastas, los Big Apple Divers, llevan décadas reuniéndose para explorar estas aguas.
Sí, quizá Nueva York no sea la paradisiaca bahía tropical, con barreras de coral y aguas cálidas, preferidas entre la mayoría de los buzos. Pero, los Big Apple Divers lo defienden como uno de los lugares más divertidos e interesantes para la práctica.
En donde otros sólo ven aguas turbias, este grupo de buzos aficionados sabe que se esconden varios tesoros inexplorados. Para ser precisos, aproximadamente 5,000 embarcaciones hundidas a través de la historia cerca de la costa neoyorquina.
Los restos de todo tipo de barcos, desde grandes naves militares, hasta pequeños yates, de por sí son interesantes para los buzos curiosos. Pero, además se han convertido en una especie de hábitat artificial recuperado por la naturaleza en donde algunos peces locales encuentran refugio de grandes depredadores.
Wreck Valley
Este triángulo marítimo, a medio camino entre las costas de Long Island y Jersey Shore, es mejor conocido como “Wreck Valley” porque de toda la bahía neoyorkina aquí es donde más se acumulan los restos de viejos navíos que tanto atraen a los buzos, incluyendo la joya de la corona: el U.S.S. San Diego.
En teoría, este fue el único gran barco estadounidense que se hundió durante la Primera Guerra Mundial, víctima de una mina alemana, una particularidad histórica que ciertamente reúne a muchos curiosos.
Big Apple Divers
Esta comunidad de buzos se ha formado para introducir y promover la práctica segura en la ciudad y sus alrededores. Porque, aunque es un lugar apasionante para hacerlo, sin duda también vienen con sus retos y altos riesgos.
Las aguas de los ríos y costas de Nueva York son conocidas por sus bajas temperaturas y su opacidad, lo que ciertamente llega a complicar la práctica e incluso puede comprometer la seguridad de los buzos.
Obviamente todos los miembros de Big Apple Divers tienen que estar certificados para esta práctica. Pero, al reunirse, hacerlo en grupo y organizar talleres en comunidad también buscan disminuir los riesgos y seguir creando espacios para bucear en Nueva York.
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