No todo fue fatídico en la pandemia y Miami es un gran ejemplo de ello. En los últimos meses, este destino se ha vuelto particularmente atractivo para quienes buscan mar, sol, más espacio y menos impuestos. Esta nueva era no sólo ha disparado los precios de la finca raíz por el cielo, incrementado las mudanzas de gente de Nueva York, Chicago y la costa oeste de Estados Unidos, sino que trajo una oferta de restaurantes variada, interesante y de calidad.
Si bien hace unos años Miami no era precisamente reconocida por su calidad gastronómica, un huracán de nuevos proyectos está invadiendo la ciudad. Y si el criterio para juzgarlos es la lista de espera de las reservaciones, se podría decir que una época como los dorados años veinte está de regreso.
Larga vida al BBQ coreano
Cote, el aclamado BBQ coreano que tiene una estrella Michelin en Nueva York, es uno de los nuevos desembarcos de la Gran Manzana en el Design District de Miami. Simon Kim, su propietario, confiesa que su decisión de abrir se dio mucho antes de la pandemia, aunque lo inauguró apenas en febrero de 2021. “Me enamoré de esta ciudad por el sol y las playas, por la gente que es tan diversa y acogedora, y, finalmente, por la floreciente escena gastronómica, que alberga excelentes restaurantes de chefs y restauradores legendarios, quienes sirven desde las influencias de la comida latina, cubana y peruana hasta la cocina japonesa”.
A su vez, Cote es otro de los hot tickets del momento. Tiene un ambiente íntimo y elegante, pero a la vez festivo. Se puede pedir a la carta el steak omakase o irse por el Butcher’s Feast, la selección del chef de cuatro cortes de res —incluido uno madurado por 45 días—, con distintos acompañamientos coreanos. La carta de vinos merece especial atención, pues hasta la oferta por copas tiene grandes ejemplares. Además, gracias a la perfecta extracción del humo, tras comer aquí no es necesario ir directo a la ducha (como suele pasar cuando se trata del BBQ coreano).
La hora del brunch
En el mismo barrio, Le Jardinier —que también tiene una estrella Michelin en Nueva York— abrió unos meses antes de la pandemia. Este restaurante forma parte del mismo grupo que maneja L’Atelier, de Joël Robuchon, ubicado justo arriba. Hay que empezar con uno de los cocteles para seguir con las creaciones del chef Alain Verzeroli, ejecutadas por el chef de cuisine Seth Blumenthal, quien ofrece un menú francés centrado en los vegetales, como el delicado velouté de chícharos con mousse de parmesano, espárragos asados y pistaches, o el interesante risotto de espelta con hongos.
¿Pasta, sushi o brisket?
Sorprende ir por una de las autopistas y toparse con un espectacular donde anuncian la llegada de Major Food Group, el grupo restaurantero neoyorkino detrás de aclamadas propuestas, entre ellas el mítico italiano Carbone, que se inauguró en South Beach en enero de este año (conseguir una mesa en este lugar es un ejercicio de mucha paciencia). En el Design District también abrieron ZZ’s Sushi Bar, al cual sólo se puede entrar si se paga una cuantiosa membresía, anual y mensual.
Otra de las adiciones neoyorkinas es Hometown, considerado el mejor BBQ de la ciudad. De Brooklyn llegó al barrio de Allapattah, una zona de bodegas que ya está empezando a desarrollarse como lo hizo Wynwood hace un par de años. Jugosas costillitas de cerdo, briskets, costillas de res y alitas de pollo son despachados desde el ahumador y la parrilla de Hometown. De los especiales hay que pedir los rib tips con salsa melosa coreana y nueces, o el brisket-queso con totopos.
Sabores del Caribe e Italia
Por su parte, Red Rooster, del chef Marcus Samuelsson —un favorito en Harlem—, abrió sus puertas en Overtown, el barrio que le toma el pulso a la cultura afroamericana de Miami. La combinación del soul en los parlantes y el sabor de los platillos del Caribe y el sur de Estados Unidos hace de la energía de este lugar algo muy especial.
A esta gran oleada de restaurantes también se suma Osteria Morini, un italiano clásico del grupo Altamarea, la empresa detrás de Marea, en Nueva York. Además de las pastas, hay que probar el tartar de res y terminar con los bombolini, bolitas esponjosas de donut de ricotta. Ahmass Fakahany, CEO y dueño, afirma que, si bien la escena culinaria de Miami ha crecido poco a poco, no se puede negar que el último año puso a la ciudad en la mira de muchos.
“Aparte de lo obvio, del clima cálido y la posibilidad de poder cenar al aire libre durante todo el año, creo que los restauranteros están atraídos por una comunidad internacional vibrante, por la energía y la habilidad para experimentar con nuevos sabores dentro de sus menús. El crecimiento de la comunidad internacional y la llegada de más gente de la costa oeste y de Nueva York están haciendo de Miami un destino gastronómico muy hot”. En efecto, parece que todo seguirá creciendo y que este boom es una realidad que llegó para quedarse.
Foto de portada: cortesía Red Rooster.
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