Pedimos a un grupo distinguido de escritores, editores y curadores de diseño que respondieran a la pregunta: ¿cuál sería un destino de diseño en Estados Unidos al que valdría la pena viajar para conocer? Entre viviendas modernistas, proyectos comunitarios, parques escultóricos y páramos desiertos, éstos son sus secretos y recomendaciones. A continuación les dejamos la sugerencia de Rudy Weissenberg y Rodman Primack, fundadores AGO Projects.
Para nosotros, dos santuarios en medio del caos de la vida urbana son el Paley Park, en el corazón de Nueva York, y el Freeway Park, en Seattle. Ambos espacios públicos funcionan como agentes de congregación positiva: destellos elegantes e inesperados, diseñados y planeados para sorprender e inspirar, que brindan momentos contemplativos y nos ayudan a recargar las energías.
En 1967, William Paley donó y supervisó la construcción de un parque en la calle 53 —entre Madison y la 5a Avenida— que se volvió un referente instantáneo para los “espacios públicos de propiedad privada”. Es un ejercicio pequeño, diseñado por Zion & Breen, como un memorial para el padre del Sr. Paley. Con sus paredes verdes cubiertas de hiedra, una cascada sonora que enmarca el espacio y árboles de copas amplias, el espacio es un oasis modernista en una arboleda.
Freeway Park, en cambio, es un enorme parque brutalista diseñado por el famoso arquitecto paisajista Lawrence Halprin, que abrió al público en 1976: una mezcla de concreto con vegetación y agua que abarca una superficie de 21000 m2. Lo interesante es que se construye como un puente, una manera más consciente y estética para cruzar un enorme autopista —añadiendo espacios contemplativos y emblemáticos. Ambos parques son ejemplo de cómo el buen diseño puede cambiar nuestra experiencia y calidad de vida.
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En portada: Paley Park. Foto: cortesía de Seattle Parks & Recreation.
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