Todo esto de verdad existe en Arizona

Viajamos a Arizona a través de la lente de la fotógrafa Melissa Lunar, que nos transporta a los paisajes marcianos del desierto.

31 Oct 2024

El Gran Cañón es uno de los paisajes más famosos de Arizona.

El pretexto para volver a Arizona siempre estará en sus imponentes paisajes desérticos. Nunca dejan de sorprender sus dimensiones naturales, los colores de las rocas, que parecen fuera de este mundo, igual que los cielos estrellados.

Podríamos regresar mil veces y aun así sería imposible no sentirse abrumado por la profundidad de un lugar donde cualquier escala queda corta.

El verdadero reto es lograr capturarlo todo. No sólo por lo técnicamente complejo que resulta encuadrar este horizonte en una sola toma, sino, más que nada, por lo difícil de hacerles justicia a los paisajes. Es normal que el sentido común y la lógica quieran engañarnos e intentar convencernos de que estas fotos no son reales, que son producto de algún complejo software de computadora, de una buena edición o, incluso, de la inteligencia artificial. Pero todo esto de verdad existe en Arizona.

Melissa Lunar viajó hasta allá con su cámara para retratar algunos de sus paisajes más famosos: la infinitud del Gran Cañón y los colores de Sedona. También descubrió una inmensa herencia cultural que se ha mimetizado con el entorno que la rodea.

Más allá de la impresionante naturaleza, estas fotos también nos muestran la arquitectura de Frank Lloyd Wright, un renovado impulso gastronómico (y vinícola), la cultura ranchera, el legado navajo y algunos edificios surrealistas que surgen entre piedras naranjas.

Sedona

El color de estas piedras es una de las principales razones que atraen a los viajeros que hacen el viaje hasta Arizona. Estos excepcionales tonos naranjas ciertamente tienen una explicación geológica: el óxido de hierro las tiñó así hace millones de años. Sin embargo, la realidad es que ningún razonamiento científico vale frente a un paisaje tan especial, único en el mundo.

Chapel of the Holy Cross

Por si el paisaje extraterrestre de Sedona no fuera de por sí surrealista, sus montañas naranjas aún guardan sorpresas. En medio de un desolado sendero surge Chapel of the Holy Cross, un improbable edificio moderno inspirado en el Empire State y construido en los años cincuenta.

Scottsdale

Como uno de los centros urbanos de Arizona, en Scottsdale se ha formado una intensa escena cultural que mezcla la herencia del desierto, las costumbres de los navajos y el talento de nuevas generaciones creativas que le cambian la cara a la ciudad a partir de la arquitectura, el arte contemporáneo y la gastronomía. Siempre con la naturaleza como la verdadera protagonista.

Taliesin West

Frank Lloyd Wright no fue ajeno a los encantos del desierto de Arizona y precisamente en Scottsdale construyó su residencia de invierno, donde podía escapar de los meses fríos en Wisconsin. Construida con piedras, arena y cualquier material que se pudiera recolectar del desierto, la estructura fue pensada por Lloyd Wright para mimetizarse con su entorno. Hoy, Taliesin West está abierta al público y es uno de los pocos lugares donde se puede conocer de primera mano el trabajo del legendario arquitecto estadounidense, además de uno de los museos más completos sobre su obra.

Lower Salt River

Este río salado de más de 300 kilómetros fluye por buena parte del centro de Arizona, partiendo por la mitad el escenario pedregoso y desértico que predomina en la región. El recorrido a bordo de kayaks, paddle boards o lanchas siempre se acompaña de paredes de roca naranja, entre las que se puede avistar la fauna local más cerca que en cualquier otro lugar.

Gran Cañón

Si de paisajes dramáticos se trata, el Gran Cañón pertenece a su propia categoría. De por sí, cada que se nombra se deja en claro su tamaño, pero dos palabras no alcanzan a contener los acantilados de hasta 800 metros de altura que serpentean a lo largo de los 446 kilómetros por donde corre el río Colorado.

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