Hay quienes aseguran que Bacalar es mágico, que las aguas de las lagunas son curativas y la arena es rejuvenecedora. En Akalki tomaron esa filosofía y crearon un santuario holístico de relajación y sanación a las orillas de las “aguas de los siete colores”, como le llaman los locales a las lagunas.
Las once habitaciones, en las que todos los detalles están cuidados hasta la última instancia, hacen de este hotel un lugar verdaderamente exclusivo. La mayoría tiene una terraza que da directo a la laguna, que invita a darse un baño matutino en las templadas aguas dulces sin tener contacto con nadie más.
Todo el hotel está desarrollado a partir de modelos sustentables, los cuales son renovados permanentemente para que la estadía tenga el menor impacto posible en las áreas naturales. La arquitectura se apoya de materiales sustentables y el consumo energético es sólo el esencial para minimizar la huella de carbono (además generan su electricidad a partir de paneles solares). También han diseñado un manejo de residuos efectivo, en el que sólo se usa lo necesario y se procura reusar y reciclar todo; tienen, por supuesto, su propia composta, con la cual alimentan un huerto y un vivero, de donde cosechan frutas y verduras con los que preparan los platillos del restaurante.
Si bien vale la pena conocer el pueblo de Bacalar, lo mejor de este lugar son sus cuerpos de agua. Se puede pasear en kayak, barco de vela o de motor. El recorrido promete el avistamiento de muchas aves endémicas, así como una multitud de flora tropical que inunda los espacios.
También hay que aprovechar las maravillas que Akalki ofrece. Al ser un centro holístico, ofrecen un menú de tratamientos único. Tienen un centro de sanación que ofrece terapias para el bienestar físico y el emocional. Trabajan con diversas técnicas que restablecen el balance natural, que promete un estado lúcido y relajado. Tienen sonoterapia, terapia de piedras calientes, temazcal, masaje acuático y un ritual de tres etapas que inicia con un té relajante, después se hace una exfoliación y termina con un masaje Lomi lomi.
En estos tiempos en los que mantenerse sano parece un reto constante, aislarse en un lugar holístico dedicado especialmente al bienestar es un acto de amor propio.