Las momias Chinchorro son las más antiguas del mundo y están en Chile
La enigmática y misteriosa cultura Chinchorro practicó la momificación artificial incluso mucho antes de que los egipcios lo hicieran.
POR: Iker Jáuregui
Cuando pensamos en momias, lo que normalmente se nos viene a la mente son los sarcófagos, las pirámides o las inscripciones de la cultura egipcia. Entre las excepciones habrá quien se remita a los ejemplares de Guanajuato. Pero, lo cierto es que mucho antes de que el suelo del bajío momificara de manera natural a sus muertos e incluso antes de que los egipcios comenzaran las prácticas con las que pretendían alcanzar la vida eterna, el desierto de Atacama, en Chile, tuvo a las momias Chinchorro.
Encontradas apenas en 1917, en la playa de Chinchorro, lugar que también serviría para bautizar a la misteriosa y desconocida cultura de donde provienen, se cree que el origen de estas momias podría remontarse hasta el año 7020 a.C., lo que las convertiría en las más antiguas del mundo.
Sin embargo, no siempre se ha reconocido este descubrimiento con la importancia que amerita. La historia de las momias Chinchorro ha estado llena de encrucijadas y misterio, incluso en la época moderna. Su descubrimiento, como el de la mayoría de las momias, fue una casualidad y aún ahora, más de cien años después, todavía hay muchas dudas sobre su origen exacto.
El primer descubrimiento
Fue el arqueólogo alemán Max Uhle, quien dedicó su vida profesional al estudio de las antiguas civilizaciones de América del Sur, el primero en documentar la existencia de las momias. Uhle las encontró en la ya mencionada playa de Chinchorro, en la costa más norte de Chile, casi en la frontera con Perú, en la región que ahora se conoce como Arica.
En ese entonces, el descubrimiento no se describió más que como un grupo de cuerpos bien conservados pertenecientes a los “aborígenes de Arica”. Aunque se sospechaba sobre su antigüedad, los primeros acercamientos, sin el equipo y el conocimiento moderno, fallaron en vislumbrar un dato real y durante mucho tiempo se creyó que las momias Chinchorro databan de apenas dos mil años atrás.
Hasta la década de los 70 se empezó a formular la teoría de que las momias podrían ser mucho más antiguas de lo que se había pensado en un principio, incluso hubo quienes señalaron que podría tratarse de los ejemplares más primitivos que jamás se hubieran desenterrado.
Pocos años después, en 1983, cuando se trabaja en la excavación de un nuevo sitio arqueológico de la zona, en el cerro del Morro, se encontró un gran grupo de momias que sirvieron para confirmar lo que alguna vez parecieron teorías descabelladas. Los descubrimientos se sometieron a una prueba de carbono 14 que determinó una antigüedad de más de siete mil años.
Los misterios que rodean a las momias Chinchorro
Desde el primer contacto que la humanidad contemporánea tuvo con esta antigua civilización, hace poco más de cien años en la playa de Chinchorro, se han ido encontrando más de 300 momias en diferentes estados de conservación. Incluyendo los restos del llamado “hombre de Acha”, que se momificaron en un proceso natural por las características del suelo salado de Atacama que ayuda a preservar los cuerpos, y se presumen tienen más de nueve mil años.
La intervención humana en la momificación de Chinchorro se ha podido rastrear a partir de las que son conocidas como “momias negras”, de aproximadamente el año 5050 a.C., con casi tres milenios de diferencia de los restos más antiguos pertenecientes a la antigua cultura egipcia.
Estos ejemplares toman su nombre y color característico del óxido de manganeso con el que se oscurecían a las momias y que culminaba un proceso sumamente elaborado, sobre todo en una cultura tan añeja. Al cuerpo del fallecido se le removían cabeza, brazos y piernas, además de la piel, para dejar sólo los huesos que se cubrían con una pasta blanca de ceniza, pasto, tierra y pelo animal.
Con el tiempo, se han ido encontrado más momias que datan de otros periodos y tienen diferentes características, mostrando que el proceso de los Chinchorro, de una importancia capital, fue evolucionando y complejizando. Sin embargo, ningún estudio o teoría ha alcanzado para definir con exactitud el propósito de este ritual. De hecho, tampoco se ha esclarecido demasiado sobre esta misteriosa cultura.
Sin aparente diferencia de edades, género o estrato social, los descubrimientos de momias Chinchorro no establecen ningún patrón que ayude a entenderlas mejor. No sucede como en otras culturas donde se privilegiaba el descanso de personajes de importancia o donde se distinguía a los líderes familiares.
En cuanto a la vida e historia de los Chinchorro, las momias y otros hallazgos han podido determinar que se trataba de un antiguo pueblo errante. La arqueología ha encontrado varios asentamientos por todo el desierto de Atacama, sobre todo cerca de la costa. Característica importante, considerando que esta se ha definido como la región no ártica más árida del mundo. De ahí que los especialistas hayan podido concluir que también se trataba de una cultura pesquera.
A pesar de su importancia fundamental para la humanidad y de haber sido la primera cultura en haber practicado la momificación artificial en todo el mundo, fue apenas en 2021 que la UNESCO reconoció su valor histórico. Hace dos años el organismo de la ONU incluyó a los asentamientos de la cultura Chinchorro y su proceso de momificación en su lista de Patrimonios de la Humanidad.
Un deterioro atípico
Justo cuando las momias Chinchorro empiezan a tomar relevancia universal, se han encendido algunas alarmas sobre su estado y conservación. Varias de los ejemplares que se reúnen en universidades, museos y centros de estudio de Chile han experimentado un cambio drástico en su composición. En los últimos años, algunas momias han ido degradándose para convertirse en una especie de lodo oscuro que ha alarmado a los especialistas.
Muchos de los 120 ejemplares que se resguardan en la Universidad de Tarapacá han padecido el mismo destino que, con ayuda de expertos de todo el mundo, como Ralph Mitchell, de la Universidad de Harvard, han podido identificar como producto de una degradación microbiana.
Los estudios han demostrado que el aumento general de la temperatura y humedad en el medio ambiente ha ocasionado la proliferación de microbios entre las momias Chinchorro. Aunque estos resultados han servido para modificar y mejorar el tratamiento de las momias descubiertas, que ahora se almacenan en lugares más frescos, los expertos temen que afectará irremediablemente la conservación natural de los ejemplares por descubrir.
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