Canadá está mucho más cerca de lo que las alucinantes experiencias que pueden vivirse entre sus tres costas nos llevan a imaginar. El vastísimo territorio de nuestro (casi) vecino del norte es pródigo en contrastes que, a cada paso, sorprenden, seducen y se traducen en vivencias perfectas.
Foto: Destination BC/Leo Zuckerman
Además, Canadá es justo lo que se necesita en momentos como éstos: bosques interminables, cimas retadoras, cielos inverosímiles, ciudades donde el amor por la vida se decanta lo mismo en museos, restaurantes y galerías que en hermosísismos parques.
Foto: Adrián Morillo
Sin Límites. Experiencias legendarias en Canadá, es una guía perfecta para descubrir Canadá durante el invierno y la primavera. Entre sus páginas encontrarás historias sobre el invierno en las cuevas de hielo de las Rocallosas y sus impresionantes cañones, las pistas de esquí de clase mundial de Whistler, los remotos y hermosísimos parajes que pueden alcanzarse (y esquiarse) a bordo de un helicóptero y, por supuesto, una peregrinación hasta el verdadero norte con el único fin de ver el cielo pintarse de colores con una aurora boreal.
Foto: Camilo Christen
Avistar osos grizzly en su hábitat natural o el raro placer de cazar tormentas en el Océano Pacífico son otras de las propuestas. Y, en un tono muy distinto, está la cocina de la provincia de Quebec, y las bondades variopintas que ofrecen ciudades como Vancouver, Montreal y Toronto, donde las experiencias urbanas pueden ser tan intensas y reveladoras como las que se viven en las cimas y los cañones más recónditos.
Foto: Destination British Columbia/Boundless/Yuri Choufour
Es increíble todo lo que se puede gozar entre el hielo, la nieve, las montañas, cuevas y bóvedas celestes. También, de un modo muy distinto, la sensación de visitar espacios naturales y ciudades cuando el ambiente se descongela y los seres vivos —léase osos grizzly pero también sibaritas ávidos de salir a disfrutar de la ciudad— se quitan el invierno de encima.
Foto: Tourisme Montréal/Boundless/Eva Blue
Sabemos que la invitación no podría ser más oportuna. Siendo así, sucumbir a la seducción, en este caso, no es más que un acto de urgente y exquisita sensatez. Vive sin límites las experiencias legendarias que Canadá propone para las temporadas de invierno y primavera.
