Todos los años, tan pronto como se nota un descenso en la temperatura, los viajeros empiezan su peregrinación hacia Whistler. No hay que darle muchas vueltas para encontrar una explicación. La verdad es que en estas montañas se puede vivir lo mejor del invierno. No sólo tiene las condiciones perfectas para practicar esquí y snowboard, con pistas de clase mundial, hasta 12 metros de nieve y una de las temporadas más largas, también tienen paisajes naturales de ensueño, que cuando se cubren por completo de blanco se vuelven insuperables.
Por si el atractivo natural y las emociones de los deportes de invierno no fueran suficientes, en realidad la experiencia va más allá de la montaña. Los viajes a Whistler se completan con una oferta de hoteles de lujo, gastronomía y entretenimiento donde todos los viajeros pueden encontrar algo. Si estás planeando ir este invierno, te compartimos lo mejor para hacer y disfrutar al máximo de uno de nuestros destinos de nieve favoritos.
A lo que venimos…
Primero lo primero. Si llegaste a Whistler muy probablemente hayas venido para conquistar las pistas de esquí. Y es que este es uno de los mejores y más grandes centros de esquí en todo el mundo. Más de 3,000 hectáreas de terreno, divididas en dos montañas y doscientas pistas, lo hacen un auténtico paraíso para los amantes del deporte.
No dejes que el panorama te intimide, una de las mejores cosas de Whistler es que tiene algo para todos los niveles. Te encontrarás desde esquiadores experimentados, hasta principiantes que apenas están descubriendo el deporte. Una variedad de pistas verdes, las más fáciles y accesibles, pero también algunas dobles negras, las más retadoras para quien tiene experiencia.
Todo está resuelto para los visitantes que se quieren animar a bajar por las pendientes. Ahí mismo hay varios lugares donde puedes rentar lo necesario para la montaña, desde equipo hasta ropa y calzado. Incluso puedes tomar clases personalizadas con un ex atleta olímpico para mejorar tu técnica.
La aventura en la naturaleza apenas comienza
El esquí y el snowboard son sólo una de las formas que hay para disfrutar de la montaña. La cantidad de actividades que hay para disfrutar de la naturaleza de Whistler incluso pueden llegar a ser abrumadoras. Simplemente hay mucho por descubrir y hacer.
Para continuar con las actividades extremas, los imperdibles definitivamente son los paseos en tirolesa, incluyendo una de dos kilómetros de largo; el dog sledding, una forma única de sumergirse en la naturaleza; y los snowmobiles, perfectos para quienes buscan aún más velocidad.
Pero, desde luego también hay formas de ver las montañas en calma. Quizá la mejor sea a bordo del PICO 2 PICO Góndola, uno de los sistemas de góndolas más largo del mundo, que se extiende en un circuito de más de 13 kilómetros, y durante un viaje de 11 minutos ofrece una vista 360 de la región a través de su piso de cristal.
Por sabores no paramos
Una cosa es segura, cuando bajes de la montaña, después de pasar todo un día esquiando, te encontrarás hambriento. Por fortuna, Whistler está lleno de opciones para comer, con propuestas internacionales e innovadoras, también algunas más tradicionales y espacios perfectos para relajarse y disfrutar.
No tienes que buscar demasiado para encontrar el sabor local. Muchas de las cocinas aquí han optado por enfocarse en crear platillos utilizando los mejores ingredientes de la región. Alta Bistro es uno de los favoritos justamente por su menú orgánico, siempre fresco, impulsado por productores de la comunidad.
Araxi, liderado por el chef James Walt, lleva varios años siendo reconocido como el mejor restaurante de la ciudad, en buena medida por sus famosas ostras, pero también por una amplia selección de vinos.
Entre las opciones internacionales, en Sushi Village encuentras un ambiente animado, perfecto para empezar la noche. Los platillos con algas, calamares, fideos y, desde luego, muchos rollos hacen un menú más que completo para cualquier paladar. Pero, aquí también hay que venir a probar el sake, preparado de maneras únicas y divertidas.
Todo está dicho, las montañas de Whistler están haciéndote un llamado para crear recuerdos que durarán toda la vida. Sumérgete en su magnética cultura montañosa estas vacaciones de invierno y diviértete como nunca antes.
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