Brasil

Villa Buarque: el barrio en São Paulo para todo tipo de tribus urbanas

No importa qué día de la semana vayas, siempre habrá algo que hacer

POR: María Pellicer

A medio camino entre República, Santa Cecília y Santa Ifigênia, estas callecitas del centro de São Paulo son algo así como el eslabón perdido entre la ciudad rica y ordenada de Higienópolis y el desastre en el que, desgraciadamente, se ha convertido buena parte del centro de la ciudad. Villa Buarque se siente como un pequeño pueblo urbano, con los lanchonetes tradicionales compartiendo espacio con bares de vinos naturales y restaurantes con estrellas Michelin (sí, A Casa do Porco se encuentra aquí también). Este barrio es especial porque se trata de uno de los más auténticos reflejos de una ciudad donde todo está misturado. Donde, sin importar la hora o el día de la semana, siempre hay algo para hacer o ver, y donde los paulistanos, de todos colores, formas y tamaños, siempre están dispuestos a pasarla bien. 

Assaz Orgânica 

Los hornos de Assaz Orgânica justifican las filas que se forman todos los días sobre Major Sertório. Y la fila avanza rápido. Su pan de sourdough es el balance perfecto entre un exterior crujiente y un interior ácido que va bien con lo dulce o salado. Personalmente, siempre pido un canelé o dos, sólo por el gusto de hacerlo. 

Rua Maj. Sertório, 234-Vila Buarque, São Paulo 

Fotos: Izq, Assaz Orgânica. Der, Takkø Café 

Takkø Café 

Este sitio para los amantes del buen café se encuentra enfrente del parque Rotary. Además de suministrar buenas dosis de cafeína, funciona como oficina temporal para aquellos que trabajan de manera remota y tienen algún pendiente laboral que resolver en un sitio tranquilo. 

Rua Maj. Sertório, 553-Vila Buarque, São Paulo 

Z Deli

Toda una institución paulistana. Comenzó con un local diminuto en Jardims y se ha extendido por toda la ciudad. Sus sándwiches, hamburguesas y bagels son muy famosos, y sus hot dogs no se quedan atrás. Los fines de semana, en esta sucursal, ofrecen un brunch que se extiende hasta las dos de la tarde, así que no hay excusa para quedarse con hambre. Lo mejor de todo es que se encuentra en la sede del Instituto de Arquitetos do Brasil, obra que encabezó Rino Levi y que es como una clase magistral de modernismo convertida en edificio. 

Rua Bento Freitas, 314-Vila Buarque, São Paulo 

Fotos: Izq, Z Deli. Der, Beverino Vinhos Naturais 

Beverino Vinhos Naturais 

Con un claro foco en el vino natural y biodinámico, este local discreto ofrece una gran selección de etiquetas brasileñas y sudamericanas que sería difícil probar en otro lado.
Rua Gen. Jardim, 702-Vila Buarque, São Paulo 

Bar Moela

Siempre a reventar y siempre animado, aquí, además del ambiente, sí o sí hay que comer. Croquetas de costilla con mandioca, okra empanizada y frita, y una variedad de bolinhos vegetales y de carne que valen el viaje por sí solos. 

Rua Canuto do Val, 136-Vila Buarque, São Paulo 

El Bar Moela reúne a los residentes de Villa Buarque en torno a un gran ambiente y buena comida. Foto: cortesía.

Los SESC: para ver y oír

Los SESC (Serviço Social do Comércio) son toda una institución en Brasil y la unidad Consolação, en plena Villa Buarque, es una de las más famosas. Siempre hay que echarle un ojo a la cartelera, pues aquí suelen presentarse conciertos y obras de teatro durante toda la semana. Lo más sencillo es bajar la aplicación de sesc y revisar el programa directamente. Sólo hay que tener cuidado, en São Paulo hay más de 20 sesc (el de Pompeia, obra de Lina Bo Bardi, bien vale una excursión por separado). 

Para las caminatas 

Todos los sábados, domingos y días festivos, a partir de las siete de la mañana y hasta las 10 de la noche, un viaducto elevado en el centro de la ciudad se convierte en un paseo peatonal donde la mayoría camina, pero muchos también toman el sol, organizan pícnics o andan en bicicleta o patines. El espacio es democrático y variopinto, y generalmente va acompañado de música en vivo, de alguna de las azoteas cercanas, y de los cientos de murales callejeros que decoran los edificios que miran al Minhocão. La entrada es por Consolação y se extiende por unos tres kilómetros hasta Barra Funda. No hay que preocuparse por llevar agua, ya que siempre hay vendedores que venden cocos fríos y se puede pagar con tarjeta. 

Praça Roosevelt 

Éste es el centro de reunión para todo tipo de tribus urbanas. Sentarse aquí a tomar cerveza y ver personajes desfilar es otra forma de entender la ciudad más grande de Brasil

Villa Buarque se ha formado en el centro de São Paulo. Foto: Unsplash.

 
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