Cuandoo piensas en Kenia, ¿qué visualizas? ¿Un sol rojísimo iluminando la sabana salpicada con acacias y tú recorriendo el parque nacional en un 4×4, buscando leones enormes con un guerrero masái? Una clásica imagen de postal que merece la portada de cualquier revista. Ahora borra esos leones, elimina de la foto al guerrero masái, aléjate del parque nacional y, por favor, ¡bájate del 4×4!
Kenia es mucho más que la postal que nos ha llegado hace años por medio de agencias de viaje y los medios y es ese contraste con la realidad lo que más sorprende al pisar por primera vez esa tierra. Pero, ¿por dónde empezar?
Redescubrir un país desde sus partes
Necesitaríamos demasiadas páginas para hacer un recuento de experiencias fascinantes a lo largo del continente, así que me limitaré a compartir sólo algunas ideas que sirvan de inspiración para tu próximo viaje, para que te atrevas a añadir un par de noches con un toque de aventura extrema.
Una buena manera de comenzar a recorrer Kenia es desde el salvaje y remoto condado de Laikipia: una región bendecida por paisajes extremos, acantilados rocosos, dunas infinitas, lagos volcánicos, valles, montañas, mesetas, cañones, oasis y ríos. Ahí, donde las tribus nómadas se trasladan en camello y los samburu conservan intactas sus tradiciones.
Uno de los rincones menos explorados de Kenia, coronado por la rareza del lago Turkana: ese misterioso mar de jade, de un verde extremadamente intenso, que surge en medio del desierto y se extiende hasta Etiopía.
Es aquí donde la familia Francombe construyó Ol Malo, un rancho productivo cargado de magnetismo que será nuestra base para adentrarnos en las tierras del norte. Andrew y Chyulu nos abren las puertas de su casa, nos tratan como amigos de toda la vida y nos llevan a sus recovecos consentidos.
No hay un plan establecido. La flexibilidad es total y el único límite es la imaginación. Podemos hacer safaris a pie con un guía samburu que nos enseña a rastrear huellas y reconocer las plantas medicinales, recorrer las laderas cabalgando entre cebras y jirafas o llegar en camello hasta una casita del árbol para dormir bajo las estrellas. Las tardes se aderezan con botanas y buen vino, escuchando música country alrededor de la fogata.
Pero lo que convierte a este rancho en el epítome de la aventura son sus expediciones aéreas. Se necesita sólo un helicóptero sin puertas que obstruyan la visión, una selección de música perfecta con buenos auriculares, enclaves remotos y, por supuesto, la pasión de Andrew, que nos lleva a sus lugares predilectos.
Hay varias experiencias en helicóptero que se pueden ir añadiendo, según tus intereses, hasta convertirse en una aventura sin precedentes.
Desayuno campestre con vistas de infarto
Nada como embarcarte en un vuelo panorámico sobre los ríos, las montañas y los valles cercanos al rancho, recorriendo enclaves pintorescos en busca del sitio perfecto para aterrizar.
Si te hospedas en Ol Malo, su chef empacará una canasta con delicias locales para el picnic: jugo, café, té, granola, yogur natural, frutas de temporada y huevos de granja. Todo listo para admirar el amanecer en esa colina volcánica que, posiblemente, nadie había pisado antes.
Valle de Suguta, desierto de Chalbi y lago Turkana
Tras el desayuno, puedes añadir este safari aéreo que te lleva, durante todo el día, a la médula del enigmático valle de Suguta.
Volarás junto con miles de flamencos sobre las aguas cristalinas del lago Logipi. Caminarás sobre dunas de arena en el desierto de Chalbi.
Aterrizarás en la cima de volcanes extintos con pequeños lagos en su interior. Al mediodía disfrutarás el almuerzo sobre un cañón con vistas de infarto.
Encontrarás aves migratorias y animales salvajes en su hábitat natural. Nadarás en las aguas color jade del lago Turkana. Y regresarás al rancho a tiempo para un buen vino alrededor de la fogata.
Dormir en la isla Sur del lago Turkana
Si quieres llevar la aventura al siguiente nivel y salir un poco más de tu zona de confort para vivir algo fuera de serie, puedes pasar una noche épica en la isla Sur: un escondite inexplorado dentro del lago Turkana, donde el equipo de Ol Malo montará un sencillo campamento, con tiendas de campaña y los elementos esenciales para tu comodidad.
Podrás hacer un paseo en lancha para ir en busca de la perca del Nilo, un gigante acuático que puede medir hasta dos metros de largo, y relajarte bajo el infinito cielo africano compartiendo anécdotas alrededor de la fogata.
Al amanecer, tras un buen café y un desayuno caliente, la exploración continúa sobrevolando el desierto, con sus dunas doradas y encantadores oasis. Continuarás hacia el sur por la cordillera de Ndoto, volando sobre cascadas y bosques frondosos.
Volverás al rancho sin palabras, pero con anécdotas extraordinarias tatuadas para siempre en la memoria.
