MEX-PEK
El aeropuerto con mayor tráfico de Asia es, además de un hub importantísimo, una obra de arquitectura increíble.
POR: Redacción Travesías
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Sí, Shanghai es la puerta de entrada perfecta para China y para muchos otros destinos de Asia. Es fácil volar desde Europa o desde Estados Unidos, y para los que planean explorar otros destinos como Guangzhou, Tianjin, Chengdu o Hong Kong, éste es el punto de partida.
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A diferencia de lo que muchos piensan, China no está llena de productos corrientes “Hechos en China”. Todo lo contrario. El aeropuerto de Beijing es prueba de ello. Hay que buscar unos hermosos papalotes, en papel, decorados y elegantísimos que sino es para regalo son perfectos como adorno en casa.
Visa de 48 hrs
China ofrece a los viajeros en conexión un programa especial que les permite permanecer en territorio chino por 48 horas, cuando se encuentran en tránsito hacia un tercer destino. México y varios países latinoamericanos pueden aplicar. Lo mejor es que hay un programa turístico especial para quienes visiten China por 72 horas e incluye una visita a la muralla.
Descanso por horas
Todas las terminales de Beijing ofrecen este servicio: un hotel que se paga por hora y donde los viajeros, mareados del jetlag, pueden hacer una escala para tomar un baño, descansar en una cama y ver un poco de tele en chino. Dependiendo del tiempo que uno tenga puede pagar las horas que requiera. Se puede reservar en línea en la página del aeropuerto.
Información y datos duros
Vuelos directos: no hay vuelos directos desde México a Beijing. Aeroméxico vuela a Shanghai dos veces a la semana. También se puede volar vía Los Ángeles o San Francisco con American Airlines, United y Delta.
– Conexiones: 223
– Número de pistas: 3
– Pasajeros al año: 81,929,359
– Puesto mundial: 2
– Más información del aeropuerto en: en.bcia.com.cn
¿Cuánto pesa Sr. Foster?
Las Olimpiadas de 2008 fueron la excusa perfecta para encargarle a Sir Norman Foster el diseño de la terminal 3 de Beijing. El arquitecto inglés utilizó para esta obra los mismos principios que marcó en Stansted: un diseño simple y claro que permite que los viajeros encuentren siempre su camino. Todo está a la vista y cubierto por un gran techo curvo.
Ya desde la entrada uno sabe dónde facturar, dónde cruzar hacía los gates y aunque el espacio es monstruosamente grande, las caminatas son relativamente cortas. Desde el aire, y por las noches, la creación de Foster hace recordar a un dragón. La construcción es sin duda espectacular, más todavía cuando uno piensa en números: 1.3 millones de metros cuadrados de construcción, 50 millones de pasajeros para 2020 y solo 4 años que tardó en estar lista.
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