1. Los básicos
Ropa holgada, sandalias, un sombrero Panamá (o “de jipijapa”, como se le conoce en la región) y un abanico para el calor bastan para comenzar un recorrido por la mítica Campeche, una ciudad encantadora que se presta para recorrerse de “pe a pa”, visitar la colorida Plaza de Armas y pasear por el malecón. Se tiene que visitar el Jardín Botánico Xmuch-Haltun, caminar por los restos de las murallas construidas alrededor de la ciudad para protegerse de los piratas ingleses o recorrer el Fuerte de San Miguel, que aún conserva un almacén de pólvora, un puente levadizo y varios cañones del siglo XVIII.
2. Para abrir el apetito
De todos los restaurantes de la ciudad, La Pigua (Malecón Miguel Alemán 179 A, Centro; T. (981) 811 3365) es el restaurante que un amante de la gastronomía no puede perderse. Su carta ofrece lo mejor de la cultura gastronómica del sureste del país, creada por el chef Carlos Enrique Canul. Las especialidades van desde el paté de robalo y pimienta o los pulpos en su tinta que se acompañan de arroz con azafrán hasta los tradicionales camarones empanizados de coco y acompañados de dulce de manzana, platillos que se pueden acompañar con un delicioso vino blanco —bien frío, por favor—; hay que preguntar por las recomendaciones de la casa. Ojo con la crema Neptuno, de mariscos, puede ser una inolvidable tentación.
3. Aak-Bal
A una hora y media de la ciudad, por la carretera 180 que va a Champotón, junto al mar, se puede llegar a Aak-Bal (Carretera Federal Champotón-Carmen km 120-550; T. (55) 6284 1778), un desarrollo turístico que compite dignamente frente a los destinos paradisiacos de la Riviera Maya. Aquí uno puede hospedarse en suites cuyas terrazas ofrecen espectaculares vistas al mar.
4. A tomar el sol
En Aak-Bal hay mucho que hacer, desde deportes acuáticos como kayak y buceo hasta senderismo en los alrededores del resort. Cuenta con un gimnasio, hamacas para descansar en el playa con un delicioso martini, además de la alberca con bar, un muelle construido sobre rocas donde puedes avistar todo tipo de aves y dos restaurantes (uno en la playa) para degustar la comida regional e internacional.
5. Ecoturismo
En las afueras de Aak-Bal se encuentran comunidades dedicadas a la conservación de la tortuga carey. Cuentan con una serie de voluntarios que se dedican día y noche a cuidar el desove de las tortugas, marcar a las bebés con una especie de pulsera metálica y finalmente liberarlas en las noches cuando se reduce el peligro de que se las lleven animales cazadores. Es una especie en peligro de extinción porque su caparazón es de los más cotizados. Puedes consultar distintas operadoras como Xpicob (Carretera Federal 180, km 185; T. (981)13-16958) o Kankabi’ Ok Tours (Calle 59 núm. 3 A, entre 8 y 10, Centro; T. (981) 811 2792).