48 horas en Medellín: qué ver y dónde comer
Vivir una auténtica experiencia paisa en dos días es posible con esta guía de la capital de Antioquía.
POR: Liliana López Sorzano
Un fin de semana en la llamada ciudad de la eterna primavera incluye sorprenderse con sus desarrollos urbanísticos, planes culturales y una rica gastronomía en constante evolución, pero que no deja de rendir homenaje a sus raíces.
DÍA UNO EN MEDELLÍN
MAÑANA
Para descubrir lo que tiene la despensa antioqueña, nada mejor que dirigirse a la Plaza Minorista, fundada en 1984 como centro de expendio para muchos negocios y familias locales. Colorida y con bastante variedad en frutas, legumbres y verduras, es un placer caminar por sus pasillos, en los que también se puede disfrutar comidas preparadas o un jugo de frutas.
No tan lejos de ahí, en el centro de la ciudad, se encuentra la célebre Plaza de las Esculturas. El artista Fernando Botero es el autor de las 23 esculturas —gigantes de bronce en forma de personajes y animales con siluetas redondas— que habitan este espacio público. El Museo de Antioquia, albergado en una edificación art déco, se encuentra justo a un lado de esta plaza y es parte de los planes culturales imperdibles de la ciudad. La colección permanente recorre la producción nacional, desde el siglo XIX hasta importantes piezas de arte contemporáneo. Además, hay un piso entero dedicado a la obra de Botero, en el que se encuentran pinturas y esculturas, tanto las conocidas como otras que parecen inéditas.
TARDE
Medellín es la primera ciudad de Colombia en tener un metro y sus ciudadanos lo cuidan mucho, ya que se sienten orgullosos de ser pioneros en el país. Hay que tomar la línea azul en la estación Parque Berrío hasta la estación Acevedo, para luego conectar con la primera línea del metrocable o teleférico, construida en 2004. Es una manera de contemplar Medellín desde otro ángulo. En la última estación del barrio Santo Domingo está el Parque Biblioteca España, uno de los proyectos urbanísticos de la ciudad.
NOCHE
La chef Carmen Ángel y su esposo Rob Pevitts han dejado huella en la escena culinaria de la ciudad. Su restaurante Carmen es uno de los emblemas de Medellín, pero también han desarrollado nuevos conceptos, como el sushi bar Moshi, Don Diablo y su más reciente adición, Carmen Xo. Aquí, estos cocineros y su equipo muestran su evolución y dan rienda suelta a la experimentación, creando una comida arriesgada a partir de ingredientes colombianos de pequeños productores y artesanos. Para dormir está Click Clack, uno de los nuevos hoteles de Medellín que privilegia el diseño.
DÍA DOS EN MEDELLÍN
MAÑANA
El Museo de Arte Moderno de Medellín es una de las instituciones culturales clave de este destino. En 2009, una antigua fábrica siderúrgica se convirtió en una de las salas de este museo, un aporte al desarrollo urbano de Ciudad del Río. Sus espacios han sido testigo de múltiples exposiciones del circuito extranjero. Ésta es una parte de la ciudad que merece una visita.
TARDE
Uno no puede conocer la capital de Antioquia sin probar uno de sus platos típicos y emblemáticos. Ya sea la bandeja paisa o la cazuela de frijoles, hay algo especial en la sazón de estos platillos que no se encuentra en otras partes del país. En el barrio El Poblado hay un restaurante concurrido por los locales llamado Ajiacos y Mondongos, donde además de los platos mencionados hay otros tradicionales del país.
Cerca de ahí se encuentra el café Pergamino, ideal para disfrutar el famoso café colombiano de granos selectos y distintas preparaciones. Con la cafeína en el cuerpo, hay que darle un vistazo al empuje paisa traducido en talento. Se debe visitar el almacén de diseño y artesanías 902 Showroom, la concept store Makeno —con objetos de arte y de procesos artesanales— o Bruja Riso, un taller de impresión con productos de ilustradores, artistas gráficos e historietistas.
NOCHE
Para terminar el viaje, nada como brindar en un ambiente entrañable con un buen vino y comida sencilla, pero con esos toques que la hacen especial. Todo eso lo reúne Sambombi Bistró, un lugar único en Medellín cuya cocina está regentada por John Zárate. Tiene una carta que cambia constantemente, en la que incluye sólo productos de temporada, pero quizá haya uno que otro plato que no ha logrado salir de la carta, como el sándwich de pollo frito hecho con pan de arracacha.
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