Cuba cada vez atrae más viajeros; tan sólo en 2019 las autoridades locales esperan recibir cinco millones de visitantes. Las razones por las que el destino está cautivando a los turistas son muchas. Por enumerar algunas, podríamos mencionar el malecón, sus playas paradisíacas prácticamente vírgenes, las cascadas, su historia inigualable o La Habana (su capital), una de las tantas maravillas del mundo.
Esta urbe, como muchas ciudades latinoamericanas, resalta por sus contrastes. Los edificios coloniales conjugan con un puñado de construcciones soviéticas y la apacibilidad de los locales mezclada con los gritos de personas que ofrecen puros “auténticos de fábrica”. Y aunque cada recoveco de la isla tiene algo interesante por contar, sin duda la esencia de la cultura cubana se vive en La Habana.
La Habana, una de las ciudades maravillas del mundo
Desde el 7 de diciembre de 2014, la Fundación 7 Wonders nombró a esta capital como una de las 7 ciudades maravillas del mundo. El reconocimiento fue resultado de un proceso que comenzó desde 2011 y que involucró una votación en línea por parte de millones de personas, que escogieron de entre 1200 metrópolis.
La Habana comparte este nombramiento con Beirut, Doha, Durban, Kuala Lumpur, La Paz en Bolivia y Vigan. Hay que destacar que el objetivo principal de esta lista no es rankear las diferentes ciudades, ya que todas poseen el mismo estatus, más bien lo que pretende es seleccionar aquellos sitios donde los patrimonios culturales e históricos se integran con los habitantes para generar progreso, identidad y reconocimiento cultural.
¿Qué ver en La Habana?
La ciudad se ha hecho famosa por ser un lugar perdido en el tiempo, donde aún es normal ver circular carros de los años 50. Sus elegantes y deterioradas fachadas nos llevan de una forma didáctica a todos los momentos históricos que ha vivido el país y esas edificaciones monumentales de La Habana Vieja nos invitan a recorrerlo por completo.
Por otra lado, la escena artística de la urbe es algo por lo que en definitiva vale la pena viajar a esta capital. Se trata de un lugar perfecto para enamorarse del barroco cubano, ya que todos los edificios, incluida la propia catedral, son precisamente del siglo XVIII. Además, como parte del contraste característico de La Habana, las galerías y artistas contemporáneos están dentro de construcciones viejas; una característica que acentúa las creaciones del siglo XXI.
Por último, no se puede hablar de Cuba sin mencionar la relación de amor que Hemingway tenía con ella. Sus lugares favoritos eran La Bodeguita del Medio y El Floridita, donde bebía mojitos y daiquiris. Incluso fue en la isla donde escribió alrededor de siete de sus libros, entre los que destacan: A través del río y entre los árboles, París es una fiesta e Isla del Golfo.
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