Jaipur, India para principiantes

Una manera infalible de empezar a descubrirla comenzando por Rajastán, por la ciudad rosa de Jaipur.

27 Oct 2017

1. En un hotel como éste, todo el mundo se siente en casa. El Oberoi Rajvilas  es sin duda uno de los mejores del país y el lugar perfecto para refugiarse después de un día de muchísima actividad. Los jardines son inmensos, las habitaciones semejan pequeñas casitas de campo y la alberca es un sueño. Para quienes quieran una versión más “salvaje”, sus tented camps son, por mucho, los favoritos. Ya instalados, comenzar a explorar la ciudad es más fácil.

 

2. La primera parada es casi siempre el Hawa Mahal, con su grandiosa fachada roja en pleno corazón de la ciudad. Justo al lado hay una visita que no hay que perderse, Jantar Mantar, un extraño parque astronómico. El maharajá Jai Singh II mandó construir este espacio, donde los artefactos para observar el cielo son tan grandes que parecen esculturas. Y todos funcionan. Claro que, como utilizan  las sombras del sol, lo mejor es ir de día y cuando el sol está bien alto.

 

3. Amer fort es la gran joya de Jaipur. Es tan grande y tan espectacular que uno podría pasarse el día entero intentando descubrirlo todo. Por eso, si se va con guía, puede al menos sentir que no se está perdiendo de lo más importante. Los espacios son laberínticos y conducen de grandes patios a pequeños espacios y estrechas escaleras. De vuelta a la ciudad se puede hacer una escala en Jal Mahal, un palacio que yace tranquilo en medio del lago Man Sagar.

 

4. La experiencia insólita se vive en Dera Amer, una casa de campo en las afueras de Jaipur, donde se organizan juegos de polo con elefantes o, en la versión menos movida, paseos en elefantes. Se puede ir temprano por la mañana, para empezar el día, y desayunar ahí mismo, antes o después de subirse a dar un paseo.

 

5. Un cierre perfecto es Galtaji o Galta, un antiguo centro de peregrinaje en las afueras de la ciudad. El complejo está compuesto de muchos templos que parecen abandonados, aunque muchos peregrinos siguen viniendo hasta aquí para bañarse en las albercas que se crean con las aguas termales. Pero eso no es todo: entre las ruinas, además de los visitantes hay otros personajes que han tomado estos templos: los changos. Cientos de changos, por todas partes. Y están bañándose, tomando el sol o encaramados en cualquier techo. La imagen es irrepetible.

 

Para un primer viaje a la India es buena idea ponerse en manos de los expertos. Abercrombie & Kent India organiza recorridos a la medida, con guías que hablan español y que pueden recomendar desde una tienda hasta un restaurante auténtico.

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