Después del temblor del 19 de septiembre, las Haciendas de Morelos comenzaron a trabajar, de manera independiente, en su recuperación, ya que las familias de las localidades aledañas dependen de este negocio turístico y de hospitalidad.
“Si no las recuperamos sería una pérdida muy seria, ya que son monumentos históricos, testigos de una época en la economía del país. Cuando se producía la mayor parte de los productos a nivel nacional e internacional, las de Morelos hacían azúcar, y fue donde los españoles se establecieron durante varios años”, expresó Juan Fenton, director general de Hacienda San Gabriel.
Las chimeneas altas, donde se quemaba la caña de azúcar, fueron dañadas por el sismo y también se cayeron muros de 300 y 400 años de antigüedad. Los dueños de cada hacienda, como iniciativa privada, se han dedicado a preservar estos monumentos para mantenerlos en pie.
“Este esfuerzo es de varias generaciones, hay familias completas haciendo la labor, pero siempre sin el apoyo del gobierno que prefiere no ver hacia estos monumentos porque los rebasa lo que tienen en cuanto a sitios arqueológicos, que son igual de importantes, pero de entrada, para las haciendas no hay apoyos”.
Después del 19 de septiembre, Fenton explica que fueron visitados por gente del INAH y de la Secretaría de Turismo, quienes comprobaron que las haciendas estaban arruinadas, pero jamás volvieron ni nadie les ofreció apoyo.
“Nosotros metimos nuestros arquitectos y empezamos a levantar todo. En Hacienda San Gabriel son al menos 60 o 70 empleados y sus familias que dependen de este negocio, de ahí vivimos todos, toda una región del pueblo de San Gabriel de las Palmas y Amacuzac, pero así como estamos nosotros están otros lugares como San Antonio el Puente y Acamilpa, y varios lugares que se dedican a las bodas en Morelos, hemos tenido que ver la manera de levantarnos por nosotros mismo y continuar con nuestras labores. El gobierno dijo que habría préstamos, pero no ha sucedido”.
Entonces ¿qué necesitan?: “que se reactive el turismo, los eventos sociales y culturales, necesitamos promover el estado, que sepan que estamos activos. Nuestros restaurantes están abiertos. Desde ahora estamos en funcionamiento, la mayoría de las haciendas lo está. Hay zonas en reparación, pero las habitaciones y áreas de eventos sociales ya están abiertas. No hay excusa para no ofrecer los servicios y disfrutar de estas maravillas”.