Los viajes pueden llegar a ser una experiencia estresante y quizá los trayectos sean la parte más intensa. Entre las multitudes, los itinerarios apretados, las horas de vuelo o el miedo a perder un avión, es común que todo el estrés se junte justamente en el aeropuerto. Pero, hace unos meses, justo en la temporada alta de invierno, cuando todo tiende a volverse más caótico, el personal del Aeropuerto Internacional de Portland ingenió una forma para ayudar a los viajeros más tensos, con la ayuda de unas llamas terapéuticas.
Tal y como lo lees. Los pasajeros que llegaban a Portland después de un largo vuelo eran recibidos por la surreal imagen de un par de llamas, a las cuales podían acariciar. Los animales de más de 400 kilos se paseaban por toda la terminal en busca de pasajeros que necesitaran unos minutos de calma para lidiar con el estrés de viajar en temporada alta.
De acuerdo con personal del aeropuerto, el impacto de las llamas en los viajeros se sintió de inmediato. Hasta los pasajeros con más prisa tenían que detenerse un segundo para confirmar que las llamas que veían paseando vestidas de navidad eran reales o que no habían llegado por error a Perú. Aunque, para ser justos, todo parece más apropiado en una ciudad cuyo lema extraoficial es “Keep Portland Weird”.
¿Llamas terapéuticas?
Quizá ya hayas escuchado hablar de otras especies que sirven como animales terapéuticos. Desde luego están los perros que pueden asistir a personas en situaciones de angustia y que, de hecho, se han vuelto bastante comunes en vuelos y otros lugares públicos. Bueno, pues las llamas de terapéuticas que llegaron al Aeropuerto de Portland, tienen exactamente la misma función.
Las llamas que fueron vistas paseando por la terminal pertenecían a la organización Mountain Peaks Therapy Llamas & Alpacas. El proyecto está dedicado a proteger y preservar a estos animales, además de entrenarlos para que puedan convivir con personas en cualquier tipo de situación y asistirlas si atraviesan un proceso difícil.
De acuerdo con la organización, el acompañamiento de una llama puede ayudar a aliviar la soledad, disminuir la presión arterial y reducir el estrés. Su presencia trae una sensación de novedad a los entornos institucionales e incluso ayuda a activar sensaciones en personas neurodivergentes, con trastornos como TDAH o autismo.
